Tras superar una de sus cíclicas crisis creativas (“debo ser el único artista que reconoce tenerlas”, bromea), a Fito Cabrales le salió un ciclo de canciones “serias”, con alusiones al paso del tiempo y cierta imaginería funeraria a la que ha querido quitar hierro en el simpático diseño gráfico del álbum: esas calaveras con trazo de cómic y connotaciones mexicanas. ‘Cada vez cadáver’ es el extraño, acaso inquietante, título de este álbum con el que Fito & Fitipaldis rompe un parón editorial de siete años y retoma “un oficio que nunca has querido que lo sea, sino que fuera una pasión”.

Álbum de canciones que Fito compuso con una guitarra acústica (“incluso las más rápidas”) y que apunta hacia cierta destilación del sonido con su minuciosa producción de Carlos Raya, buscando “contundencia, electricidad y diferentes colores”. Tenemos una balada ‘bluesy’ como ‘Las palabras arden’, pellizcos de funk, llano rock’n’roll…, y el medio tiempo titular, elegido por el propio Fito como primer sencillo pese a sus parámetros aparentemente poco comerciales. “Ya sé que es una mierda de ‘single’, porque dura casi seis minutos y no es muy alegre. Me llamó la compañía diciéndome que en algunas radios no lo iban a poner”, explica. “Pero siempre ha sido así con esta banda”.

La frustrada banda rockabilly

El tema desliza estrofas escépticas: “Vosotros que me veis, decidme quién soy yo / Quién necesita un rey teniendo aquí a un bufón”. Pero así se reivindica él, como gracioso juglar encantado de vivir en su “realidad paralela”, un mundo de “giras y músicas que nos parece más bonito que el real”. ‘Cada vez cadáver’, la canción, debe su primera pulsión creativa a Quique González. “Yo llevaba un tiempo sin ganas de escribir, hasta que escuché su disco ‘Delantera mítica’ y me enamoré de él y me dio impulso para volver a hacer canciones”, revela Cabrales, que escribió al cantautor madrileño una carta de agradecimiento a partir de la cual escribió su tema. El título proviene de una expresión que se le ocurrió tiempo atrás. “Hará unos ocho o diez años yo quería hacer una banda rockabilly y se me ocurrió llamarla Cada Vez Cadáver. No formé la banda, pero me quedé obsesionado con el nombre”. Sirve ahora como “denominador común” de un cancionero en el que flotan reflexiones sobre el envejecimiento. “No pensé en hacer un álbum conceptual sobre el paso del tiempo, pero se nota que he tirado por ahí”.

Hace ya 15 años que el álbum ‘Por la boca vive el pez’ representó el salto de Fito & Fitipaldis a la liga de los pabellones y los estadios. ¿Le gusta pensar a Fito que sus canciones actuales no solo llegan al gran público, sino que siguen interesando a los viejos seguidores del rock urbano de Platero y tú? Ahí, despeja la cuestión indicando que “no puedes hacer algo que dependa de la aprobación de los demás”, y que “al final, el filtro lo pones tú”.

Rock que llena pabellones

Sabe que la suavidad sonora Fito & Fitipaldis respecto a su vida anterior despertó objeciones en los sectores más ‘underground’ que lo habían seguido en los 90. “Pero nunca me ha importado que me digan en una canción mía es una mierda, o que me repito…”, reflexiona. “Sí que me joden las críticas que no tienen en cuenta otras cosas, como que somos una banda de rock que vende muchos discos y actúa en pabellones, algo que no es muy normal”. Pero, aunque el rock’n’roll no es lo que era en las franjas más juveniles, Fito ve “un montón de artistas a los que, de puro viejos que somos, la gente ha cogido cariño, como M-Clan, El Drogas y muchos más”.

La carretera es el objetivo al que ahora se agarran, con una gira que esperan poder arrancar en marzo. Fito & Fitipaldis solo volverán a actuar si las condiciones son las de la pre-pandemia, con aforos completos. “Y no hay plan B, ni paracaídas”, subraya. El rock’n’roll, como esa fuente de energía a la que siguen acogiéndose señores mayores como los Rolling Stones. “El escenario los cura y les quita años: seguro que no tienen artrosis, ni acidez de estómago. A mí me pasa lo mismo”.