El cine fue inventado a consecuencia de la búsqueda de un mayor perfeccionamiento de la fotografía (búsqueda de la realidad), intentando añadir a ésta una cualidad esencial para lograr la totalidad del realismo: el movimiento. Como dijeron por entonces en EEUU, Moving Pictures.

Todos los que estaban inmersos en este descubrimiento mecánico, de naturaleza química y física, pasaron a la acción con las bases, primero del espectáculo fantástico, teatral, literario y de los sueños, o la realidad del sueño y la ensoñación.

Por entonces tuvo mucha influencia la literatura y la novela, con la estructura literaria (la narración) y la teatral-espectáculo (la representación). En los comienzos del cinematógrafo estuvieron sus descubridores; los Lumíère, Meliés,Edison y Chomón, con los espectáculos del cabaret, el circo, la magia y sus transformaciones y los sueños, más o menos surrealistas.

Igual que Méliès, con sus trucos imaginativos, Chomon fue más lejos pues se basó en las técnicas y trucos fotográficos en ese mundo interior del laboratorio de la fotografía física-visual y química-orgánica. Las sobreimpresiones, transparencias, reservas, tapados, movimiento del papel antes de su revelado y en el caso del cine la marcha atrás o rebobinado. Todo esto Segundo lo superaba con su artesanía profesional estudiada y aprendida anteriormente en su juventud, pues tuvo que comenzar su aprendizaje a los 16 años, ya que por aquellos años los oficios artesanales y artísticos eran a base de practicar. Niepce y Daguerre en 1839 consiguieron fijar una imagen, pero para el movimiento del cine los fotogramas tenían que captar la imagen más rápidamente.

El cine en sus comienzos estaba basado en la filmación a manivela en 12,14,16 imágenes por segundo. Actualmente la filmación de vídeo es de 25 imágenes. Fue el primer español y aragonés que trabajó mundialmente en el cine.

Su universalidad queda demostrada desde hace pocos años, por estudiosos e investigadores, ya que se trasladaron a los lugares donde desarrolló su saber y vida profesional, pues aquí, en aquella España, no la había.