Rosario Raro ha sido, en la sede de la Fundación Caja Rural, la autora protagonista de la primera tertulia del ciclo Los lunes de otoño, que celebra su tercera edición. En el Día Internacional de las Escritoras, la elección de la narradora castellonense no ha podido ser más acertada. Junto a Alejandro Corral y a José Luis Corral, Raro ha desgranado su obra y ha revelado a su público, que ha llenado dos tercios del aforo permitido, algunos de los secretos que le han llevado a ser una de las autoras más reconocidas del país.

Aunque Canfranc ha sido la excusa del encuentro, en recuerdo de la novela de Raro Volver a Canfranc, ninguno de los tres participantes en el coloquio han desechado la oportunidad de conocer más a fondo el proceso de creación y de escritura de la novelista.

Raro ha confesado que el pasado fin de semana asistió, en la localidad oscense, a la ruta turística que surgió de su novela. «Es muy emocionante ver el impacto que tiene lo que una escribe», ha descrito la escritora, en referencia a Volver a Canfranc.

De este municipio aragonés se ha destacado , sobre todo, la importancia de la estación de tren. «No podemos olvidar que atravesar los Pirineos por Canfranc era el camino más rápido entre Madrid y París», ha detallado Raro, que ha defendido la importancia del ferrocarril en el norte de Aragón porque, en su momento, «fue la única apertura que tuvo España hacia el resto de Europa». El cariño de la autora hacia la estación aragonesa ha sido constante en todas sus intervenciones. Raro ha contado que descubrió la magia de Canfranc en «un libro francés, titulado Lugares abandonados, en el que aparecían varias fotos de la estación de Canfranc». Cazadora de historias, como ha explicado durante toda la tarde, Raro ha asegurado que, casi al instante, se dio cuenta de que «era inevitable hacer un relato en torno a Canfranc y su estación».

También ha tenido tiempo para explicar lo que escondía La huella de una carta, su novela de 2017. Raro ha narrado su investigación de El consultorio de Elena Francis, célebre programa de radio en España: «Encontré su archivo, con más de 75.000 cartas, y descubrí que todo era un negocio». Por ello, su carácter reivindicativo: «Los escritores tenemos la obligación moral de dar voz a aquellos que no la tienen».

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Raro ha contado parte de su trabajo antes de una novela. «El bloqueo de la hoja en blanco me parece un sin sentido», ha destacado la novelista, que ha asegurado que lo mejor para escribir «es tener la historia en la cabeza antes de teclear». La construcción de personajes se basa en la gente de su entorno: «Si pienso en alguien concreto, ya tengo información para construir a un personaje».

Rosario Raro participa el 19 de octubre, en Huesca, en Martes de otoño, la continuación del ciclo en la capital oscense.