Hay entidades que publican importantes trabajos sobre Aragón, que lamentablemente no trasciendan al público interesado. Otras, como la prestigiosa sociedad La Cadiera, fundada a mediados del siglo XX, lo depositan en la Biblioteca del Archivo Municipal de Montemuzo para que puedan ser consultadas. Allí encontrarán este apasionante trabajo de investigación y divulgación que les enseñará muchas cosas de la operación de cataratas de Juan II, padre de Fernando el Católico, que a los 58 se comenzó a quedar ciego.

El interés de esta aportación es triple porque estudia el hecho médico, valora sus consecuencias políticas y relaciona la operación con el estado de la oftalmología en el medievo, en el que incluso hubo un papa oftalmólogo, Juan XXI, que murió aplastado por el techo que le cayó mientras dormía, a los ocho meses de ser elegido.

El autor de este interesante estudio, que nos permite conocer en profundidad la operación quirúrgica a la que se sometió el rey de Aragón en 1468, es Ángel Faci Paricio, ilustre oftalmólogo zaragozano y miembro de una notable dinastía de médicos. Nos explica cómo se eligió al médico cuidadosamente (el judío Abiatar Crexcas, que ha estudiado en Zaragoza), se obligó a realizar varias operaciones de prueba con anterioridad a la del rey, y se acudió a buscar una conjunción astral favorable para realizar la operación en el derecho (11 de septiembre) y la segunda en el izquierdo (12 de octubre), por supuesto, sin sedar y pinchando con la aguja directamente en la catarata endurecida.

Las cosas salieron bien y recuperó la vista, aunque lo más curioso es que los súbditos consideraron que se debía a un milagro del clavo de santa Engracia que le habían pasado por los ojos. Por ello se fundó el monasterio de Santa Engracia, mientras el rey seguiría teniendo dificultad de lectura, pero habría ganado en visión hasta su muerte a los 80 años, momento en el que su cirujano pronunció la alabanza funeraria del rey. Aprenderán y disfrutarán.