ZARAGOZA JAZZ FESTIVAL

Crítica del Festival de Jazz de Zaragoza: Bruce Barth, la elocuencia del piano

El artista tocó con convicción y entrega, no dio arena por cal, hizo un programa ajustado aunque no corto, y demostró que se puede estar por encima de modos y modas ofreciendo buena música

Bruce Barth Trío en su velada del pasado viernes en la sala Multiusos del Auditorio de Zaragoza.

Bruce Barth Trío en su velada del pasado viernes en la sala Multiusos del Auditorio de Zaragoza. / AUDITORIO DE ZARAGOZA

Javier Losilla

Javier Losilla

ZARAGOZA

Pianista de largo alcance estilístico (jazzman, autor de bandas sonoras, director musical de estrellas como Tony Bennett…), el californiano Bruce Barth reúne en su propuesta sonora referencias que ejecuta con un impagable buen gusto. Pero esas fuentes no le impiden disponer de un lenguaje pianístico propio, sólido y elocuente. Como hombre de jazz en ocasiones se diría que es un epígono de lo que en los años 50 y 60 del siglo XX se llamó tercera corriente (la influencia de la música clásica), aunque en conjunto va más allá de esa taxonomía.

Barth, una persona afable, además de buen músico, que se esfuerza en hacerse entender en español, actuó el viernes en el Zaragoza Jazz Festival, acompañado por dos instrumentistas de esos que hacen poco ruido (no tomen esto en sentido literal), pero de gozosa sabiduría: el contrabajista Mark Hodgson y el baterista Stephen Keogh. Con ellos facturó un concierto notable; sin aspavientos, pero con vigor; sin efectismos, pero con mucho sentido. Comenzó la velada con Better Days, y siguió despachando elegancia y buena música con una revisión de Triste, de Jobin, pieza que registró en Daybreak, su álbum de 2014. En el repertorio incluyó también composiciones como Lonesome Train, con una atmósfera muy de banda sonora; una acertada revisión del Concierto de Aranjuez, del maestro Rodrigo; Warm Night, y Courage, entre otras.

Tocó con convicción y entrega, no dio arena por cal, hizo un programa ajustado aunque no corto, y demostró que se puede estar por encima de modos y modas ofreciendo buena música. Otros lo intentan pero no les sale. Bruce es un tipo de pulsación precisa, exquisita y con swing. Pues oye, ¿qué más le puedes pedir? Para experimentos (brillantes, como sabemos), ya está Ambrose Akinmusire.

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