Ingrid Magrinyà lo tiene claro cuando se le pregunta sobre Soirée: «Surge de la necesidad como compañía, Los días de Penélope, de seguir creando, trabajando y generando danza después de la pandemia y, por otro, de poder colaborar con otros profesionales en este caso con Jorge García (bailarín y coreógrafo aragonés que está triunfando en Suiza)». Así nace un espectáculo de danza que esta tarde (Teatro de las Esquinas, 19.30 horas, donde se podrá ver también mañana) se estrena y que está compuesto de tres piezas (Electric games, Insomnia y Quisiera haber podido morir en tus brazos).

Las dos primeras están coreografíadas por Ingrid Magrinyà y la última por Jorge García que ha hecho un trabajo «reivindicando las libertades, las identidades de cada uno, el ser el que uno quiera ser con total libertad y sin tener miedo a poder decirlo», explica la propia Magrinyà, que también se detiene en Electric games, un duelo entre la razón y la emoción: «Todo en la vida es un equilibrio entre muchas fuerzas, aquí hemos querido ver quién está moviendo a quién, si es la música la que mueve al bailarín o el bailarín el que inspira al músico. Trabajar sobre la idea de qué es lo primero que te llega, la emoción o la razón. Con esa doble pregunta, hemos estado trabajando con el músico Gonzalo Alonso», explica la coreógrafa.

Adaptación al momento

Las tres piezas conforman Soirée, si bien cada una de ellas está preparada para poder volar en solitario: «Tal y como está estructurado el mundo de la danza en España es complicado mover una pieza grande, por eso, nos vemos obligados a pensar en cómo vamos a tener que funcionar o cómo poder vivir de esto. Y la manera es que cada una de las piezas pueda ser independiente y pueda optar a diferentes espacios. Hemos pensado en eso para poder moverla fuera de Aragón y de España, optar a certámenes, festivales...», dice con sinceridad Ingrid Magrinyà, consciente del complicado mundo en el que se mueve la danza hoy en día en un país como el nuestro: «La danza es la hermana pequeña de las artes y nos cuesta un poco más. Hay que pensar en todas estas cosas porque nos va un poco la vida en ello, hay que ser productivo».

Todo antes de llegar a la reflexión sobre el poder de atracción actual de la disciplina: «Que no se me entienda mal, no es que no haya que entender o no saber o querer comprender más sobre la danza. No se trata tanto de eso sino de que muchas veces un espectador no muy instruido en danza tiene miedo a acercarse por eso y, por supuesto, cuanto más sepa uno, mucho mejor siempre, pero a lo que me refiero es que cuando se abre el telón de un escenario tú también tienes que abrir el tuyo. Tienes que poner un poco tu corazón, no puedes estar todo el rato analizando racionalmente, no hay que tenerle miedo, hay que dejarse empapar y sorprender», reivindica la coreógrafa y bailarina, que cree que la sociedad actual que se ha instaurado no ayuda para lograr este objetivo: «Cada vez vamos más a la inmediatez, al exceso, a la borrachera de imágenes, a la hiperexposición a todo y eso no nos permite retener nada. No nos permite disfrutar de nada ni siquiera saber qué es lo que puede generar en nosotros una palabra, un poema, un movimiento... Esta velocidad y estrés al que estamos sometidos especialmente en lo visual no nos ayuda. Hay una sordera generalizada al silencio, hay un exceso de ruido que no nos deja oír, escuchar, respirar, y no nos permite disfrutar de algo bello que nos detiene a nosotros también en el tiempo».

¿Y en Aragón, qué sucede con la danza? «Se echa de menos que la gente entienda que ver danza es algo normal, que se acerque al teatro a ver qué hay, qué me ofrecen hoy y no porque venga tal o cual persona. Y eso pasa porque desde niños haya esa normalidad, ver bailar y aprender que ir a un teatro sea normal. Y por otro lado tiene que haber referencias, para los chicos que están estudiando la motivación que tienen es tener referencias cerca, vivirlas con figuras tanto nacionales como internacionales. Escuelas hay y muchas buenas en Aragón pero falta un poco de apoyo antes y después para completar ese círculo», dice con rotundidad.

Soirée se representa en el Teatro de las Esquinas hoy y mañana a partir de las 19.30 horas. Las entradas, que se pueden comprar en la web del teatro y en las taquillas antes de las representaciones, cuestan 15 euros de manera anticipada y 18 euros el mismo día.