Pocos -por no decir casi ninguno- pueden presumir de haber estado en lo más alto de la escena musical durante 60 años. Raphael llega este viernes 10 de diciembre a las 21.00 horas al Pabellón Príncipe Felipe para demostrar, una vez más, que sigue siendo un artista obligatorio en todos los repertorios musicales. Sus éxitos de toda la vida, algunas de sus canciones más nuevas y parte de su próximo trabajo, realizado junto a Pablo López, se podrán escuchar en la voz de uno de los incuestionables de la música nacional.

¿Ya está acostumbrado a las restricciones por la pandemia?

Lamentablemente nos acostumbramos a todo. Es el momento de que todos nos lo tomemos en serio y se vacunen aquellos que todavía no lo han hecho. Me hace gracia la gente que dice que no le pueden obligar a hacerlo... Tampoco les obligaron a llevar a sus hijos al colegio y lo hicieron. Me parece muy egoísta, porque es algo que también afecta a todos los demás.

En Zaragoza es obligatorio el uso del pasaporte covid desde hace unas semanas...

Creo que tenía que haber llegado hace un año. Pero bueno, me alegro de que se usen este tipo de medidas, aunque sea tarde.

La gira se llama Raphael 6.0. ¿Cuántas versiones ha habido ya de Raphael?

Muchas, muchas. Lo que pasa es que soy una persona que nunca está conforme haciendo siempre las mismas cosas. Siempre tengo que estar arriesgando y enseñándole al público cosas nuevas. ¿Qué necesidad tengo de grabar? Ninguna, pero a mí me encanta hacer cada año un disco, que se siguen vendiendo mucho. Pero aunque no se vendan: quiero que el público vea que me preocupo por ellos, que siempre están bien informados de lo que me sucede y así será hasta el final de mi carrera. Que no sé cuándo será.

¿Es fácil seguir encontrando esas cosas nuevas?

Fácil no es. Pero se encuentran si piensas en ellas y si te preocupa de verdad tu carrera. Si vives tu carrera con la misma pasión que yo, encuentras esas novedades que van a interesar a la gente. Lo que el público no te perdona es el inmovilismo, que siempre hagas lo mismo y te hagas aburrido. Ahora, si sorprendes a la gente cada vez que te ve, es muy alentador para ellos y para el artista.

Hay artistas, sin embargo, que prefieren mantenerse en su zona de confort...

Sí, pero yo trato de sorprender, de agradar y de seguir haciendo todas esas cosas he hecho durante toda mi carrera.

¿Cómo aguanta uno 60 años realizando la misma actividad?

Es algo que se puede hacer perfectamente y yo soy una viviente prueba de eso. El día que me aburra y me canse de mis canciones me quedaré en mi casa. Si sigo haciendo esto es porque me apasiona. Nadie puede pensar que estoy para retirarme porque es absurdo: nunca he estado como estoy ahora. El aprendizaje de toda una vida me sirve de mucho y hace que el público termine los conciertos mucho más complacido. La experiencia de tantos años me ayuda. El tiempo también te da el riesgo de que si no te has cuidado o no estás en las mismas condiciones, te van a pillar. Pero si puedes mantener el tono, es algo fantástico para todos.

Hace un par de años se sentía como un joven de 30, hoy dice que está en el mejor momento. Asusta un poco.

Es que estoy perfectamente. Hubo un momento en mi vida que no lo estuve y me tuvieron que trasplantar. Pero ahora ya estoy fenomenal. Hacía siglos que no estaba tan bien, lo que es una alegría para mí y para todos los que me quieren.

Sin usted no se entiende el último medio siglo de música en España. ¿Cómo se convive con ese estatus?

Lo afronto con normalidad. Es la vida que me ha tocado vivir, porque sirvo para ello. Lo he demostrado 500.000 veces y es la vida que me gusta llevar. Me siento como un pez en el agua.

Su vida y su música conectan las vidas de gente de diferentes generaciones.

Tienes toda la razón. Es algo muy bonito. También te digo que no es lo más importante para la carrera de un artista. Lo más importante es haber hecho lo que has querido y haber conseguido llegar a cierta edad. Siempre he pensado, desde el inicio de mi carrera, en cómo estaría si mi carrera se alargaba mucho. No solo en lo físico, también en mi fuerza y en mi figura sobre el escenario. Y lo he conseguido, porque estoy con una voz increíble, aunque no tengo el truco para decir cómo se consigue. Los cien metros lisos no los puedo correr, pero cantar todo lo que quiera.

Es curioso que ya viese cómo iba a ser su carrera.

No lo veía, lo deseaba. Y he tenido la suerte de que ese deseo se ha hecho realidad. Por ejemplo, cuando me trasplantaron, podía pensar que se acababa mi carrera y no habría pasado nada. Pero la vida está llena de maravillosas sorpresas.

Hagámoslo al revés. ¿Qué le dice el Raphael de 78 años al joven que empezaba?

Chaval, ¡qué bien lo has hecho! Reconozco que he tenido espíritu de sacrificio y no he llevado la vida de un joven pensando en mi familia y en lo que me rodea. He coartado mi vida para tener una mayoría de edad brillante para que la gente, cuando me vea, diga: "¡Cómo sigue cantando este chico!". Ese es mi mayor premio.

Está orgulloso de su carrera, por lo que se ve.

Por supuesto, si te digo lo contario miento.

Una carrera que le ha hecho que hoy éxitos como Mi gran noche sigan sonando en todas las discotecas.

Y en el fútbol, y en todos los sitios. Es porque la gente lo ha querido así, porque ellos quieren que mis canciones se sigan escuchando.