El escritor Jesús Tíscar es el último ganador del certamen literario Tierra de Monegros gracias a su relato Pobre sangre.

Tíscar, que ya ganó el concurso hace catorce años, se impuso en la XXIII edición del certamen organizado por la Comarca de Los Monegros a más de 400 autores de más de 20 países. El escritor, natural de Jaén, presentó en Pobre sangre un relato «triste y humano» ambientado en la posguerra española. « Era una historia que tenía en mente desde hacía tiempo y cuenta cómo desde la pobreza más absoluta se intenta salvar a la persona a la que amas profundamente con un poquito de jamón», detalló Tíscar, que se declaró aficionado a las novelas ambientadas en este período histórico. El ganador del concurso, que recogió el premio de manos del presidente comarcal Armando Sanjuán, también reveló algunos de los secretos que marcan su proceso creativo: «Me gustan los dramas, porque creo que es una forma de escarbar en el lector y, al mismo tiempo, me gusta la comedia. Escribiendo puedo llegar a ser humorísticamente muy cruel también».

Tíscar escribe cuentos, novelas, artículos, guiones y obras teatrales. También trabaja profesionalmente como actor. Ha publicado once libros, ha estrenado cinco obras de teatro y ha ganado más de treinta galardones literarios. El laureado narrador agradeció la existencia del Tierra de Monegros y consideró «una gran alegría» poder ganar por segunda vez. «Es un concurso que tiene muy buena fama, primero porque es limpio, segundo porque trata muy bien a los escritores y, además, está bien dotado y los premios literarios limpios en los que te tratan bien están haciendo cada vez más falta», sentenció Tíscar.

El segundo premio recayó en Francisco Javier Fernández, quien presentó De repente, el último verano. Residente en Alicante, Fernández describió su obra como «un relato ambientado en los años 70 del siglo pasado que es, en parte, autobiográfico». Una pregunta sin responder por su padre marcó el pistoletazo de salida para la escritura del texto: «Es una especie de deuda que tengo con él. Falleció, aunque no en las circunstancias que aparecen en el relato, y me di cuenta de la cantidad de cosas que no hablé con él y me hubiera gustado. En mi cabeza empecé a dialogar con mi padre y el diálogo me llevó a esos momentos de la infancia: cómo disfrutábamos, cómo me han quedado grabados aquellos viajes al pueblo».

El último de los premios del concurso, el Relato monegrino, fue para Luis Antonio Salvago, que escribió en Chanson française un relato sobre la despoblación que refleja el abandono del hogar y la pérdida de los pueblos.