El olor a tinta y papel, las grandes figuras y los más de cuarenta estands de tiendas y editoriales vuelven a reinar en la Sala Multiusos. El Salón del Cómic de Zaragoza regresa, tras un año de parón por la pandemia, a ser el centro de reunión de todos los aficionados a los tebeos en la capital aragonesa. Desde ayer y hasta mañana, autores, libreros y aficionados volverán a verse las caras. Mascarilla mediante.

La cita, uno de los momentos más esperados por el sector, concentra todas las ganas y la ilusión de los participantes. Un fin de semana cargado de talleres, conferencias, firmas y premios, ya que el Salón entregó ayer sus tradicionales premios. También, por cierto, los otorgados en 2020, cuyos ganadores no pudieron recogerlos por la cancelación del evento.

En Aragón, el Salón del Cómic de Zaragoza funciona como un termómetro de la situación del noveno arte en toda la comunidad. Para Daniel Viñuales, editor en GP Ediciones, el momento de las viñetas en la comunidad es envidiable: «Veo al cómic en Aragón con muchas ganas». Unas ganas que, para Viñuales, están acompañadas de talento, ya que en la comunidad «hay muy buena materia prima, tanto de autores como de historias».

Dibujante y editor en el colectivo Malavida, Xcar asegura que la presencia de su editorial en la cita es obligatoria: «Si no venimos nosotros, no puede venir nadie». «Aquí se respira cómic por todos los lados», cuenta el autor, cuya editorial atraviesa un año que ha resultado satisfactorio para los creadores, que han podido ver como «el público vuelve a apreciar que la cultura es muy importante». «Vamos a ir poco a poco, a disfrutar del momento pero siempre con moderación», advierte Xcar.

Una ventana para el autor

El Salón del Cómic también es una oportunidad para que los nuevos autores se hagan con un hueco en el sector. «Es la cita más importante del año para nosotros», señalan Ernesto Utrillas y Luis Loras, autores del fanzine Teruel Mutante. Un tebeo que publica un nuevo número en este diciembre, «aprovechando la relevancia de esta cita», y que celebra el regreso de las grandes ferias y firmas: «Para el mundo del cómic, el contacto con el lector es fundamental».

Una línea que comparte Javier Rubio, que ocupa las funciones de autor y editor de Zaragoza Resiste, un cómic sobre los Sitios de la capital aragonesa. «Tenía muchas ganas de volver al Salón, porque es la forma más sencilla de reencontrarme con los lectores», señala Rubio, que asegura que la pandemia no ha golpeado a su producción: «Me he forzado a escribir más, solo he tenido algunos problemas en la distribución».

La gran cita para los libreros

La última de las patas, la más cercana a los lectores, es la que componen unos libreros que afrontan este Salón desde posturas diferentes. Para Víctor García, de El Armadillo Ilustrado, la cita es una apuesta fuerte: «Es el año que más firmas hemos traído e, incluso, hemos ampliado el estand», confirma el ilusionado librero. Una ilusión que también transmite Alejandro Martínez, de Futuro, que agradece que el público «siga con el cómic, pese a los efectos negativos de la pandemia». «Creo que los lectores han visto en la lectura un ocio seguro y por eso han seguido a nuestro lado», reflexiona Martínez, que certifica que los numerosos cambios en el entretenimiento no han modificado los gustos de sus compradores: «Cómic americano, europeo y manga entre los más jóvenes».

El mismo criterio se ha mantenido en Excelsior, librería que regenta un Pedro Abad que advierte que el futuro próximo del cómic es brillante: «El confinamiento ha ayudado a crear muchas obras nuevas y de calidad».

Un futuro que pasa, sin duda, por la ya asentada venta online. Gonzalo González, de Milcomics, lo ha vivido en sus propias carnes: «El porcentaje que antes se vendía online ahora es el que se vende en tienda, y viceversa».

El cómic en Aragón cierra este fin de semana, con su gran cita, un año que confirma su buena situación. Todos los participantes en el Salón tienen un objetivo común: un 2022 aún más súper. 

Los escolares zaragozanos, los encargados de estrenar la cita

La edición de 2021 del Salón del Cómic de Zaragoza es especial porque supone el regreso de una actividad ya tradicional en las semanas previas a la Navidad. Este año, además, la celebración llega con una novedad importante: la presencia de cientos de adolescentes en las primeras horas del viernes. Tradicionalmente, el Salón permanecía cerrado durante la mañana de su primera jornada, pero desde este año la situación ha cambiado. Alumnos de cinco centros educativos de la capital aragonesa fueron los encargados de estrenar la vigésima edición del Salón del Cómic de Zaragoza. Desde las 11.00 horas, con la inauguración del evento, y hasta las 14.30 horas, cientos de alumnos recorrieron los pasillos de la Sala Multiusos en busca de tebeos, mangas, figuras y merchandising de sus personajes favoritos, además de conocer más de cerca el proceso de creación de los tebeos. Una iniciativa que ha triunfado entre los colegios y los institutos de toda Zaragoza, generando incluso más demanda de la que la organización ha podido acoger, debido a las restricciones sanitarias que siguen imperando en este tipo de eventos. «No hemos podido acoger a todos los centros que han querido participar en esta nueva actividad», indicó Azucena Altarriba. La organización del Salón del Cómic de Zaragoza aseguró también que la intención en las próximas ediciones es conseguir que sean muchos más los alumnos y los centros aragoneses que participen en esta novedosa iniciativa que acerca a los más jóvenes al mundo de la viñeta.