El zaragozano Gabriel Sopeña va a celebrar por todo lo alto sus cuatro décadas de carrera discográfica. La vida le ha recordado este año de un sopapo lo efímera que puede llegar a ser –estuvo hospitalizado a causa de una neumonía bilateral grave provocada por el covid– y eso ha disparado aún más su actividad. «No sé si voy a cumplir los 50 años sobre los escenarios, así que quiero aprovechar al máximo. La vida te enseña que hay que disfrutar de cada minuto y dejarte de tonterías», subraya.

El músico, compositor y poeta del barrio de Casablanca se ha embarcado en un sinfín de proyectos que van a reivindicar aún más si cabe la trayectoria y la obra de una figura clave de la música aragonesa y española. No en vano, su talento creativo está detrás de canciones tan míticas como Apuesta por el rock & roll, CassCuando fuimos los mejores o John Milner.

Lo más inmediato es la gira de conciertos que va a ofrecer para conmemorar esas cuatro décadas de carrera y que este miércoles le lleva a la sala Luis Galve del Auditorio de Zaragoza (19.30 horas). «No es fácil concentrar 40 años y 500 canciones en un repertorio, por eso será móvil e iré alternando temas dependiendo de cada ciudad, aunque obviamente estarán las canciones más conocidas con Más birras y Loquillo», indica Sopeña, cuyas composiciones han sido interpretadas por artistas tan relevantes como Bunbury, Amaral, Miguel Ríos, Labordeta, Aute, María del Mar Bonet o Manolo García. Por no hablar de los músicos internacionales con los que ha colaborado: Jackson Browne, María Creuza, Ara Malikian...

Disco en directo de la gira actual 

La gira de celebración de esos 40 años de carrera dará lugar a un disco en directo, mientras que Sopeña ya tiene terminado y listo su nuevo álbum: Desiertos. «En el escenario más optimista se publicará en formato físico en la primavera de 2022, pero no tengo prisa en editarlo. Estoy muy satisfecho. Son 13 canciones muy vivenciales que están muy de acuerdo con mi estado de conciencia actual, aunque algunas tienen bastante años pese a no haberse editado nunca», comenta Sopeña, que destaca el trabajo del director musical del disco, Guillermo Mata.

«Me quedé con ese título porque pienso que con la pandemia vamos a aprender todos mucho. La gente del desierto es capaz de crear un mapa emocional con muy pocos elementos y creo que eso es lo que va a quedar tras la pandemia, lo realmente importante», señala.

Su nuevo álbum ha rescatado también una canción que dejó compuesta junto a su gran amigo Mauricio Aznar, fallecido en el año 2000: La balada del matrero: «Es el artista más total que ha dado esta tierra, y me sigue acompañando siempre».

Junto a él esculpió también Apuesta por el rock & roll, un tema que ya es un himno. «Recuerdo que lo empezamos a componer en la carretera. Lo que iba a ser una canción ligera acabó siendo un tema de resistencia», señala Sopeña, que apunta que Aznar y Jackson Browne son «los mayores genios» con los que ha trabajado nunca.

El músico del barrio de Casablanca también prevé reeditar en 2022 todo su material que aún no está en las plataformas digitales, sin duda una gran noticia para sus seguidores. «Hay muchas canciones desparramadas por ahí, como por ejemplo todo lo que hice con Browne, que quiero subir a las plataformas. Así como los discos de Ferrobós y El Frente, que también quiero remasterizarlos para hacerme un autorregalo por estos 40 años», explica Sopeña, fundador a finales de los 80 de esas dos bandas pioneras del rock aragonés. «Bunbury me recordaba hace poco que cuando tenía once años iba a ver a los Ferrobós».

Toda esta cascada de proyectos constatan el momento de ebullición en que se encuentra Sopeña, que también prevé reeditar tanto en formato físico como digital todo su cancionero completo con partituras y fotografías de años pasados. Y aún hay más novedades: en 2022 se publicará un disco en directo de la gira La vida es de los que arriesgan, realizada junto a Loquillo entre julio y noviembre de 2020.

Gran momento creativo 

Sopeña, Doctor en Filosofía y Letras y profesor universitario, asegura que se encuentra en «un gran momento creativo y en plena madurez», por lo que augura que no tardará tanto tiempo en lanzar el que sería su cuarto disco en solitario tras este Desiertos. Con todo, reconoce que siempre se ha sentido (y se sigue sintiendo) mucho más cómodo detrás del escenario: «Como más a gusto me encuentro es como compositor. Lo que siempre he hecho en mi vida es escribir, y donde más cómodo me encuentro es en la república de las letras; es el ámbito donde me muevo con más soltura y deleite». Esa huida de los focos y de una industria con la que nunca ha comulgado hizo que entre su primer disco en solitario, Mil kilómetros de sueños (1997), y el segundo, SangreSierra (2017), transcurrieran nada más y nada menos que 20 años. «La industria es muy castrante y a mí no me gusta que me domestiquen», asevera el zaragozano.

La música, eso sí, la sigue sintiendo con la misma pasión. «Me apasiona como el primer día o incluso más, porque nunca te defrauda. España es un país con un músculo espiritual extraordinario y eso nos define mucho más que cualquier otra cosa. Somos un país que se ha hecho cantando. Lamentablemente, todo eso es ignorado por los políticos de turno, a los que les importa un pimiento todo lo relacionado con la cultura y la educación».