Tradición, innovación y calidad musical han conjugado en la sala Mozart del Auditorio de Zaragoza. El obligatorio Concierto de Año Nuevo ha convencido a los asistentes, que casi han llenado todas las butacas, de que la cultura es el mejor regalo en estas fechas.

La música clásica ha sido el pilar de una actuación que ha sustentado la música vienesa de los Strauss, aunque también ha dejado hueco a la novedad. La primera, en el propio programa clásico: sonidos de compositores franceses y ritmos argentinos se han colado en un programa que, dirigido por Juan Luis Martínez, se ha escapado de lo convencional.

El otro gran atractivo de la tarde lo han puesto los acompañantes de la Orquesta Sinfónica de Zaragoza. En primer lugar, el coro inlcusivo Cantatutti, una agrupación que interpreta los temas en lengua de signos para que todos puedan disfrutar de la música. Una iniciativa capitaneada por Borja Morera que ha podido estrenar Somos tu voz, una composición exclusiva para el coro y hecha para la ocasión. 

La danza, llevada a cabo por las compañías de la oscense Violeta Borruel y del zaragozano Ramón Artigas, ha elevado el nivel al añadir a su clásico repertorio la representación de hasta tres coreografías nuevas, también realizadas para el Concierto de Año Nuevo. 

La guinda a una tarde mágica la ha puesto una participante habitual en las actuaciones de la Orquesta Sinfónica de Zaragoza. La soprano alemana Nina María Fischer ha deleitado al público zaragozano con su voz como ya había hecho en el mismo escenario en varias ocasiones anteriores. Un broche perfecto a un concierto que abre el año musical en la capital aragonesa.