ACCÉSIT EN LA ÚLTIMA EDICIÓN DEL PREMIO GARCÍA MERCADAL

Dana Arquitectos: "La arquitectura tiene una parte subjetiva, como todas las artes"

Ainhoa Iglesias, Álvaro Bermudo e Ignacio Calvo son los componentes de este estudio zaragozano

Ignacio Calvo, Ainhoa Iglesias y Álvaro Bermudo, en el estudio de DANA Arquitectos.

Ignacio Calvo, Ainhoa Iglesias y Álvaro Bermudo, en el estudio de DANA Arquitectos. / Jaime Galindo.

Sergio H. Valgañón

Zaragoza

Zaragoza y su universidad es su epicentro. Ainhoa Iglesias, Ignacio Calvo y Álvaro Bermudo estudiaron juntos en la Escuela de Ingeniería y Arquitectura de la capital aragonesa y poco después fundaron Dana Arquitectos, su propio estudio. Hoy son la primera empresa, plenamente integrada por egresados de la facultad que han ganado un reconocimiento en el premio García Mercadal.

«En la universidad siempre se nos insistía en la importancia del trabajo en equipo», cuenta Calvo, que cree que el accésit cosechado hace tres meses es «un premio para la escuela, para la obra y para todos los estudiantes». Unos alumnos que en la facultad zaragozana no aprenden solamente arquitectura, sino que la ingeniería tiene un papel clave en su educación, como cuenta Bermudo: «Que la escuela exija un alto nivel en ingeniería nos ayuda a ser arquitectos con una visión mucho más global ante los proyectos».

Se atrevieron, pese a su juventud –los tres se graduaron en 2016–, a emprender una aventura empresarial que «nunca es un camino de rosas». Un sector complicado en el que la juventud «no se toma como virtud, porque se considera que hay falta de experiencia». Por ello, los reconocimientos, que en Dana ya rondan la decena, «hacen que el cliente tenga más confianza en el estudio para encargarle un nuevo trabajo».

La casa Mitmac

El gran reconocimiento del pasado 2021 para Dana fue el accésit en el García Mercadal, en la categoría de viviendas unifamiliares. La casa Mitmac, situada en el barrio de La Paz, fue el proyecto por el que el estudio zaragozano recibió este reconocimiento. «Fue una emoción enorme, casi no nos lo creíamos», confiesa Iglesias.

Un premio que fue «un chute de energía» y que significa, para Calvo, que «las cosas se están haciendo bien». Iglesias entiende, con el galardón, que el estilo de Dana gusta en el sector: «La arquitectura tiene una parte subjetiva, como el arte, que no tiene por qué gustar a todo el mundo».

Una vivienda en una parcela pequeña y complicada, que obligaba a intervenir desde cero al estudio arquitectónico. «Había que desarrollar un proyecto en altura pero sin ser muy impresionante desde la calle», cuenta la arquitecta. Como sello de identidad, la innovación fue capital en el desarrollo del edificio, con «el uso de materiales tradicionales de una forma más contemporánea», describe Bermudo.

El resultado es una casa amplia, llena de luz y con un patio central, «muy amplio y muy íntimo», que es el núcleo de la casa. «Comparamos esta casa con una geoda: por fuera, una cáscara blanca, y por dentro, todo un mundo de ladrillo y lamas en torno al patio», detalla Iglesias.

Una construcción que es el orgullo del estudio y de la que destacan, sobre todo, «el buen uso de materiales, el aprovechamiento de la parcela y el presupuesto contenido con el que se hizo la obra».

La nueva arquitectura

Aunque no llevan mucho tiempo en el sector, el estudio Dana ya ha podido percibir los cambios que marcan las nuevas tendencias de la arquitectura. Inevitablemente, la pandemia ha sido, en los dos últimos años, el motor de las transformaciones del sector.

«El concepto de exterioridad es lo más demandado por los clientes», cuenta Calvo, que entiende que la búsqueda de espacios amplios sea una consecuencia del confinamiento. «La gente ahora quiere casas en las que puedas soportar estar unos meses encerrado», opina Bermudo, que resume las nuevas peticiones en «viviendas unifamiliares y con espacios abiertos». Una opinión compartida con Iglesias, que ve también en la luz parte de la solución: «Se piden casas con mucha iluminación y las terrazas cerradas, que tanto se ven en Zaragoza, ya son cosa del pasado».

El confinamiento vivido ha hecho que la sociedad reflexione sobre los espacios en los que transcurre su vida: «Estamos empezando a darle mucha importancia a la calidad de la vivienda». Sea un chalé lleno de compartimentos o un pequeño apartamento de una sola habitación, en Dana determinan que hoy las personas «queremos vivir en lugares mucho más confortables».

El futuro, al que ellos miran a diario, trae nuevos vientos a la arquitectura. «La eficiencia energética y la arquitectura sostenible van a marcar el futuro del sector», asegura Calvo, que ya nota como los clientes reclaman este tipo de características en las nuevas construcciones. Aunque no solo los futuro proyectos piensan en el medio ambiente, porque como explica Bermudo, las reformas también van en esa dirección: «Ya se hacen pequeñas intervenciones que buscan, sobre todo, el bajo consumo». Los tres arquitectos instan al público a olvidar «la súper casa del futuro, con muchos paneles solares y muchas capas distintas», porque la eficiencia energética se puede alcanzar «cambiando pequeñas cosas en nuestros hogares». 

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