Los libros atraviesan el ladrillo y emergen de las paredes. Sesudos ensayos sobre política, economía o comunicación se enfrentan con algunas novedades y con las coloridas portadas de los textos sobre sexualidad, cultura pop o filosofía. Pequeña, acogedora, con dos mesas llenas de novedades y una quincena de sillas al fondo frente a una pared a la que le falta una gran mesa cuadrada que sirva como centro de operaciones de sus talleres. Así es La Montonera, la nueva librería ubicada en la calle San Pablo, que apuesta por que el pensamiento crítico vuelva a imperar en las mentes de los ciudadanos.

Aunque parezca arriesgado emprender una aventura así en medio de una crisis sanitaria, que nunca parece acabar, y con una frágil situación económica, por el impacto del coronavirus, Royo opina que «es un buen momento para abrir una librería». «Cada vez se lee más», asegura el librero, que ve un crecimiento sostenible en el consumo literario en el país: «Las últimas estadísticas reflejan que desde hace una década, cada año se lee más que el anterior». Un efecto multiplicado por la pandemia, «ya que se han vendido muchos más libros».

Unos libros que, en el caso de La Montonera, pertenecen a unos géneros muy concretos. El ensayo y la novela de autor son los principales textos de la librería. Por temas, economía, política, feminismo, periodismo o cultura encabezan una lista en la que también se cuelan algunas de las novedades del mercado editorial. «Hay tres patas que sostienen todo: feminismo, pensamiento crítico y cultura pop», enumera Royo, que ve en el resto de los géneros «muchas más ramas que ayudan a conformar un edificio cultural mucho más amplio».

«Creo que son los tres temas que más conozco», argumenta Royo, filósofo de formación, para explicar por qué se decantó por estas temáticas. «Son tres temas en los que podría aportar algo nuevo», cuenta un Royo que ve en La Montonera una novedad necesaria para la ciudad: «Zaragoza necesitaba una librería como esta».

Mucho más que una tienda

Pero La Montonera no se limita a la venta de libros. Esta librería quiere traspasar la frontera y ser un lugar cultural de referencia en la capital aragonesa. «Apostaremos por las tertulias y los seminarios», detalla Royo. De hecho, el acto de presentación del local fue el pasado martes, con un coloquio en torno a Pasionaria: La vida inesperada de Dolores Ibárruri, la biografía de la líder comunista escrita por Diego Díaz. El autor estuvo presente en la cita junto a la historiadora Sescún Marías y el concejal en el Ayuntamiento de Zaragoza Alberto Cubero. «Queremos que siempre pasen cosas en la librería», apunta Royo.

El librero considera que el papel de una tienda independiente como La Montonera es fidelizar al público, tener relación constante con él y llevar los encuentros a mucho más que el intercambio de libros y dinero. «Vamos a desarrollar la idea de que esto es mucho más», explica Royo, que ve en su nuevo proyecto una oportunidad para «leer y reflexionar todos juntos».

Frente a las grandes superficies o a las franquicias, las librerías independientes gozan con la ventaja de la cercanía. «La relación con el librero es algo que solo podemos ofrecer nosotros», opina Royo, que ve en «la confianza con el librero» una de las patas de este sector comercial.

Insistente en el vínculo que se crea entre un librero y su comprador, Royo considera que solo en los pequeños comercios se puede conseguir una cuidada relación. «Las librerías independientes siguen siendo el canal favorito del lector para hacer sus compras», opina el librero. Ese papel de prescriptor y de aconsejador, el tener a una persona pendiente de las compras y con la que se puede debatir sobre las compras, es una idea que Royo asegura que mantendrá.

Un cuidado que llega, incluso, antes de que el potencial comprador lo sepa. Porque, aparte de los géneros en los que está especializada, La Montonera también rebusca entre los catálogos menos conocidos. «Siempre estamos buscando algunas novedades que no se suelen ver», explica Royo, que cree que una de las funciones del librero es «descubrir autores y publicaciones a los clientes».

Ideología

Transparente en sus explicaciones, Royo también lo es al contar el concepto que defiende La Montonera. Claramente identificada con la izquierda y el progresismo, para el librero la postura política no es un handicap sino una oportunidad. «Queremos abrir nuevas puertas, con las que imaginar nuevos mundos y repensar el presente y el futuro», resume Royo. «Lo que tenemos es lo que somos: todo refleja lo que es La Montonera», sentencia.

La relación personal del librero con el barrio de San Pablo ya se está notando, cuando la librería solo lleva una semana abierta. «La gente ya se fijaba cuando estaba preparando el escaparate», narra Royo, que admite haber notado «mucho cariño y mucho apoyo hacia el proyecto».

Si el zaragozano no teme al presente y se ha atrevido a abrir una librería, el futuro le inquieta aún menos. Royo confía en que espacios como La Montonera nacen «para quedarse» y pueden llegar a tener un papel muy importante en el escenario cultural de ciudades como Zaragoza. De nuevo, el trato al cliente es lo que marca la diferencia con las grandes superficies o las franquicias, grandes vendedoras también de productos culturales: «En este tipo de librerías hemos demostrado que apostamos por tener una relación muy cálida con nuestra gente». «La propuesta de ir más allá que una simple librería va a tener un hueco muy importante en nuestra sociedad», reflexiona el librero.