–Le voy a dar la vuelta al título, dígame, ¿qué cuentan los muertos?

–Todo lo que van descubriendo los investigadores de la guardia civil... Pero el sentido que tienen esas muertes es lo que se les escapa y es lo que yo cuento. Existe el tópico de que los muertos siempre llevan secretos consigo.  

–Muertos, desde luego, no le faltan a su novela...

–Hay de todo tipo de condición, no todos son asesinatos pero sí todas son muertes. Y yo voy contando las partes de la vida de los muertos que ocultan a la investigación. 

–Existe la teoría de que en la primera página de una novela, uno puede descubrir casi todo de la misma. ¡Menuda primera página ha escrito!

–A mí me gusta. Quiero atrapar al lector, pero sobre todo a mí misma. Ya sé que la literatura es artificio pero también se cuenta desde la verdad. A mí me gusta que una novela, independientemente del género que sea, desde las primeras líneas me sumerja en ella y me haga olvidarme del mundo. Eso está en la novela del XIX, en las grandes novelas de género, en las de aventuras… Eso para mí es innegociable. Yo respeto a mis lectores pero, sobre todo, intento respetarme a mí misma desde el principio. Quiero sentirme cómoda y desafiada y aquí decidí empezar con un accidente de avión que tiene muchas de las claves de la novela. 

–Es su tercera novela, todas protagonizadas por Julián_Tresser que acaba de ascender. ¿Qué tiene ese personaje?

–Estoy muy familiarizada con Julián Tresser que empezó como teniente de la guardia civil y ahora es capitán de la UCO. Con él, he ido conociendo a la guardia civil desde la primera novela. Cada vez voy interiorizándome más con ese cuerpo policial que me permite mostrar su trabajo y que ha evolucionado muchísimos en los últimos 30 años. Eso me permitió crear a Julián y cuanto más lo conozco, más me atrevo con la escritura y más admiro sus valores, su trabajo, su sacrificio y el hecho de que no se rindan nunca.

 –Que la trama de su novela conduzca a Valencia hablando de corrupción no parece tampoco casualidad.

–Me gusta mucho su luz, que la considero diferente a otras luces, y su mar que aunque sea Mediterráneo, yo lo he sentido muy especial. Junto a esa belleza, es una de las comunidades con mayor índice de corrupción histórico en los últimos 20 años. Me parecía un escenario perfecto para lo que yo iba a contar. Hay una desaparición enigmática de dos personas muy incomprensible incluso para los propios guardia civiles. El equipo de Tresser está perplejo y desconcertado. Pero también hay una historia detrás que es la codicia, el que tenía mucho que ha querido más. Para que uno se corrompa tiene que haber un corruptor y hay políticos que son corruptos teniendo mucho dinero. Luego los que están en la base que se han dejado corromper y tienen menos dinero, podía ser hasta entendible pero los que tienen mucho que sigan para tener más, es incomprensible.

 –Lo que sí introduce en su novela es el factor de culpa que no siempre va ligado a la corrupción.

–En mi novela, hay corrupción, pero también una intimidad de los personajes que nos conduce a la culpa sobre todo. Hay muchos que están marcados por la culpa y por el dolor sobre todo. Es una novela con investigación policial en tiempo real, los lectores lo sabemos al mismo tiempo que los investigadores, hay acción y aventuras. Y también hay amor, drama y melodrama. He hecho un mix con todo lo que yo amo y está cercano a mí.

 –La novela negra no puede separarse del componente social.

–La denuncia social es muy visible e inexcusable en la novela negra, va con su equipaje. Pero también hay otros factores que nos ayudan a explicar la realidad más allá de la corrupción, historias muy particulares del escritor. Aquí yo he querido meter temas menos habituales como son el suicido y la España vaciada o sentenciada, como queramos llamarla. Esa España de 8.000 pueblos de los que 5.000 tienen menos de 1.000 habitantes y que están sentenciados porque no habrá cambio generacional. La novela negra te permite al mismo tiempo que avanzas en la trama, mostrar esos lados oscuros, tenebrosos, sucios de la sociedad… y la novela negra es un contenedor estupendo para acogerlos a todos.

 –En su novela, existe un AVE entre Zaragoza y Valencia, es usted muy optimista creo yo.

–Renfe te pone que lo hay pero luego ves que hay que hacer un transbordo en Madrid, que no es directo… Y dije, lo voy a poner para que la gente se sensibilice con eso. En Aragón se va mucho a Tarragona pero es que Valencia está cerquita, si hubiera un AVE directo, generaría riqueza en Valencia y felicidad en los aragoneses. Quiero que la gente se dé cuenta ahora que no hay AVE.

 –¿Ya tiene en mente su cuarta novela?_¿Seguirás ascendiendo Julián Tresser?

–No sé si ascenderá porque él asciende porque tiene una hija adoptada y eso supone más gastos y quiere un salario mejor. No sé si seguiría ascendiendo porque precisamente en la guardia civil cuando asciendes te arriesga a un cambio de destino y cuando tienes ya una vida arraigada… Así que no sé si querrá ascender. Con esta novela hay un antes y un después en su vida. A partir de ahora, él va a tener consigo cosas que siempre ha anhelado, pero ya estaré yo para complicarle la vida.