Antes de que la pandemia cambiara el mundo tal y como lo conocíamos la entrada para un concierto en el pabellón Príncipe Felipe de Zaragoza podría costar entre 20 y 25 euros (dependiendo también, evidentemente, el caché de los artistas). Dos años después, una vez que se ha retomado la actividad de los grandes conciertos el precio de las entradas se ha disparado hasta cifras raramente vistas hace un tiempo. Una entrada media para ver a Serrat cuesta 70 euros (también las hay de 99 euros), lo mismo que para ver a Camilo o ver a Raphael en el mes de diciembre también obligó a tirar de cartera. Ver a otros grupos como Vetusta Morla y Amaral costó aproximadamente 40 euros. Y uno de los artistas del momento, C.Tangana ha agotado todas las entradas con unos precios medios de 70 euros. Pero, ¿qué hay detrás de este aumento de precios?

No es que los cachés de los artistas se hayan disparado sino que, fundamentalmente, ha incrementado de manera notable los gastos de producción: «Hay que contratar al doble de personal en seguridad, por ejemplo, y eso teniendo en cuenta que vas a conseguir atraer a todo el público que esperas cuando el aforo ha estado al 100%». Así lo explica el representante de los promotores en Aragón, Chema Fernández, que recuerda la sensación que tenía cuando programó conciertos en la sala Mozart en plena pandemia: «De repente, mirabas los gastos y se te habían disparado, porque necesitabas más gente para cumplir todas las medidas de seguridad».

A eso hay que añadir la implantación del pasaporte covid. Algo que, por ejemplo, hizo que MPH Eventos, productora de un buen número de conciertos en el Príncipe Felipe, tuviera que doblar personal para evitar posibles retrasos. El objetivo se cumplió con creces pero los gastos, lógicamente, crecieron. Todo en un escenario en el que los aforos estaban al 100%.

Un promotor que también ha programado en el pabellón Príncipe Felipe pero que prefiere guardar el anonimato también lo tiene claro: «Hoy es inviable hacer un concierto y cobrar las entradas a 20 euros. Las cuentas no salen ni si quiera para quedarte a cero. La tendencia que va a seguir el mercado es esta y lo que se busca es fidelizar al público con sus artistas».

A esta situación de encarecimiento de los gastos de producción por las exigencias vigentes hay que añadir también el IPC desbocado que estamos viviendo en la actualidad y que ha provocado que las (pocas) giras que se están realizando hayan visto encarecido el transporte de todo el material necesario.

La realidad es que, a pesar de este incremento de precios en las entradas, el sold out está siendo una norma bastante general en los últimos conciertos programados en el Príncipe Felipe. Pasó con el del Camilo (regresa en julio del año que viene) pero también lo han logrado otros artistas como Aitana, Raphael, Amaral, C. Tangana (lo tiene todo vendido), Serrat ha tenido que programar un segundo concierto de su gira de despedida,... Es decir, el público tiene ganas de conciertos y está claro que, de momento, está respondiendo a la llamada de sus artistas favoritos. Está por ver si cuando el mundo se estabilice (y acabe esta pandemia), el panorama sigue siendo el mismo y lo que es más importante, si el público seguirá respondiendo a pesar del aumento de precios. Como siempre, será él el que dicte sentencia y el que marque la tendencia. La realidad es que ya estamos inmersos en un año 2022 en el que el pabellón Príncipe Felipe ya tiene programados un buen número de conciertos y no hay ninguno que, de momento, no haya sido recibido con un buen ritmo de venta de entradas.