Si bien en los grandes eventos se ha notado un aumento importante en el precio de las entradas, es algo que no ha repercutido en las salas de música que cuando han vuelto a programar (ahora mismo, están en un parón provocada por la nueva situación sanitaria, vigente de momento hasta el 15 de enero) han mantenido en su mayor parte los precios: «Al final en una sala, entra la gente que entra y están más controlados los gastos, no se te dispara», explica Chema Fernández, programador de La casa del loco. Algo que también refrenda el presidente de la asociación que engloba a las salas de la comunidad, Aragón en Vivo, Patxi Cano: «El público entendió perfectamente que ya no se puede hacer un concierto por menos de 10 o 15 euros de entrada porque ya el simple hecho de tener que dar de alta a todo el mundo en la Seguridad Social obliga a ello. Pero, una vez, asumido esto, los precios los hemos mantenido y eso es algo que teníamos muy claro porque nuestra apuesta es para que la gente vuelva a las salas».

Y eso que estos locales tienen claro que no ayudan para nada que las situaciones sean cambiantes, «porque no es lo mismo hacer un concierto para gente sentada que de pie y los contratos que tú firmas con las bandas se cierran muchos meses antes, luego no puedes cambiar las condiciones», explica Patxi Cano, que programa en una de las salas más activas, el Rock & Blues Café: «Cuando eso pasa, que ya has hecho la inversión, calculado la producción, ya no puedes subir el precio de las entradas por lo que es cuando vienen las cancelaciones o cuando los bolos salen con pérdidas...», razona el promotor que pone un ejemplo muy claro: «Nosotros el 28 de enero tenemos programada a Sharon Corr en la sala, es el único concierto de su gira que se hace en un lugar que no es un teatro. Es una apuesta nuestra porque vamos a perder dinero pero nos iba a compensar por la promoción que iba a tener el bar y por ser una declaración de intenciones... Ahora, con la nueva situación estamos pensando en cambiarlo de lugar por lo que calcula, los costes de producción se van a incrementar y ya no se puede subir el precio de las entradas. Resumiendo, vamos a perder dinero y también la promoción que íbamos a tener con la actuación...».

Tanto Chema Fernández y Patxi Cano esperan que las ayudas «lleguen de una vez y en una cuantía importante» porque, aseguran, «la situación es más que insostenible. ¿Qué hacemos con el mes de enero? ¿Hasta cuándo se va a prolongar esto?». En ese sentido, Pachi Cano asume «que luchar contra el virus es complicado y hay que tomar decisiones. Yo eso no lo discuto, pero esto se solucionaría si nos compensaran con un porcentaje de la facturación de los años prepandemia. Es lo justo porque nos están obligando a cancelar los eventos. Tenemos un aforo permitido pero si ahora nos lo reducen está claro que algunas citas no son viables así que no hay otro remedio... aunque no soy optimista, creo que la situación se prolongará más allá del 15 de enero», concluye Cano. 

La problemática de los gastos de gestión

Otro de los peligros con los que tienen que lidiar los promotores en esta época en la que de un día para otro los conciertos corren el peligro de ser suspendidos, es qué hacer con los llamados gastos de gestión. Algo que explica claramente el presidente de la asociación Aragón en Vivo, que engloba a la mayoría de las salas de la comunidad, Patxi Cano: «Si yo suspendo un concierto y devuelvo el dinero de las entradas porque evidentemente no se va a hacer, el espectador pierde dinero porque los gastos de gestión las entidades no lo devuelven ya que la gestión está hecha. Entonces, la situación supone que si yo quiero que el público que ha confiado en algo que yo he programado no pierda dinero tenga que asumir los gastos de gestión por lo que los costes se disparan aún más», indica Cano, que por eso explica que la situación ideal es que la gente no devuelva sus entradas si hay nueva fecha para el concierto: «Eso a nosotros nos da aire porque, al menos, no tenemos que afrontar una decisión complicada pero, evidentemente, el espectador está en su derecho de pedir que se le devuelva el dinero», señala el programador de una de las salas más activas, el Rock & Blues Café.