La apuesta parecía tan llamativa e innovadora como arriesgada, para qué engañarse. Llevar un festival de música a una pequeña población como Mozota en verano y, aún más, instalarlo en plena naturaleza… Y más cuando en septiembre anunciaron una tercera edición que la tormenta DANA se llevó por delante con todo lo que ello conllevaba. Ahora, unos meses después, los promotores de El bosque sonoro, en un ejercicio nada habitual en el mundo de la música, acaban de hacer públicas sus cuentas de 2021 con un resultado esperado, déficit. Concretamente, de 6.693,48 euros. “Lamentablemente, -explican desde la organización-, la que iba a ser la tercera edición de El Bosque Sonoro y que debía celebrarse en septiembre de 2021, tuvo que ser cancelada debido a la DANA que arrasó el recinto y que anegó completamente los accesos al festival. Una situación que, lejos de comprometer su viabilidad futura, ha supuesto unas pérdidas económicas menores de las esperadas gracias al apoyo de los patrocinadores y de entidades como el Gobierno de Aragón y la Comarca Central. Las pérdidas ascienden a 6.693,82€, una cifra amortiguada por, entre otros factores, una mayor venta de entradas con respecto a 2020”.

Por la segunda edición de El bosque sonoro, que se celebró durante el mes de julio, pasaron grupos como La Habitación Roja, Iván Ferreiro y Niños Mutantes, y propuestas como las de Iseo Dodosound, Viva Suecia, La Pegatina o Irregular Roots, que atrajeron a más de 3.200 personas. Unas cifras que superaron a la primera edición (2.500 personas) y que sirvieron para darle un impulso a una iniciativa que pretende darle viabilidad al entorno rural a través de la cultura. 

A pesar de la cancelación de la tercera edición con todo lo que ello supuso, el proyecto ha conseguido salvar un poco el año merced al aumento de entradas (muchas no se llegaron a devolver) y a una subvención del Gobierno de Aragón por un importe de 8.700 euros, “lo que contribuyó a dar impulso al evento y a afianzarlo como una cita importante dentro del calendario festivalero de la región. También, destaca el papel de la Comarca Central, que aportó 4.000€ de ayuda directa destinados a la celebración del festival y a la programación de cinco charlas de divulgación en otros pueblos”, señalan desde el propio festival.

A pesar de todos los inconvenientes, El bosque sonoro ya piensa en una nueva edición en este 2022 tal y como deja claro en sus declaraciones: “Porque, sin duda, este proyecto ha llegado para quedarse. Y es que, en su corta vida ha conseguido reunir a 8.220 espectadores, dando empleo a 130 personas (40 puestos directos y 90 indirectos), siendo el 30% de ellos vecinos de Mozota. Una iniciativa que a lo largo de este año y medio de vida ha llevado a cabo 23 actividades (festival, talleres, charlas…), destacando siempre su importante objetivo medioambiental: por cada entrada vendida un árbol plantado y una apuesta firme por la compensación total de sus CO2 emitidos, un total de 14.469 toneladas”.