El museo Pablo Gargallo de Zaragoza muestra, hasta el próximo 20 de marzo, la obra del artista zaragozano Fernando Clemente titulada La casa triste. Se trata de un proyecto, integrado por piezas escultóricas e instalaciones, que está inspirado en los albergues de carretera diseñados por los arquitectos Carlos Arniches y Martín Domínguez en 1927, una propuesta del Movimiento Moderno de construir el mismo edificio en cualquier lugar y que se plasmó de forma incipiente en España con este conjunto de albergues. Compartían un mismo diseño estándar e idéntica construcción, en la composición de la planta se empleaban formas puras (triángulos, círculos y rectángulos) que evocaban la estética pictórica de las vanguardias.

De los 12 albergues, cuatro de ellos fueron demolidos, y de los ocho restantes, solo el albergue de Triste (Huesca) se mantiene tal y como lo proyectaron los arquitectos, aunque también ha padecido graves desperfectos. Los que siguen en pie han sufrido ampliaciones, se han transformado en paradores nacionales o se encuentran en muy mal estado de conservación. El artista, desde el punto de vista poético, ha querido mostrar lo que fue el albergue de Triste y en lo que se ha convertido, a través de ocho esculturas de alabastro sobre las que se ha aplicado la técnica de la cianotipia y dos instalaciones con pantallas en las que se proyectan vídeos de los albergues.

Según el artista, «los albergues languidecieron durante la dictadura y fueron olvidados en la democracia, se trata de un patrimonio hoy ignorado y sin ningún tipo de protección jurídica institucional, que intentaré recuperar aunque solo sea de una forma moral a través del arte».

El artista zaragozano Fernando Clemente ha recibido su formación de escultura en la Escuela de Arte de Zaragoza y de Ciencias Humanas en la Universidad de Zaragoza, así como de Audiovisuales en la École d’Art Montparnasse de París. En los últimos años ha completado su enseñanza técnica en Etopia, en el Instituto Tecnológico de Aragón y en el Centro de Tecnologías Avanzadas de Zaragoza, y la estética en La casa encendida y el Espacio Fundación Telefónica de Madrid.

Actualmente vive y trabaja en su ciudad natal, donde desarrolla sus proyectos centrados en el videoarte en todas sus vertientes: piezas monocanal con ilimitadas deformaciones de la imagen, videoinstalaciones combinadas con formas tridimensionales, collage audiovisual con metraje encontrado o VJ.

Sin olvidar los orígenes más corpóreos de la escultura o la pintura, engendra piezas multidisciplinares en las que, según las necesidades expresivas, aplica las técnicas y materiales que mejor se adapten al proyecto. Su trabajo se encuadra en un mundo conceptual asentado en la reflexión y crítica de la condición humana, disipándola mediante notas irónicas que salen a la luz tanto en sus performances en directo como en la cavilación íntima y solitaria de la producción en el estudio.

Ha realizado unas 40 exposiciones colectivas y 10 individuales, tanto en nuestro país como en el extranjero: Etopia (Zaragoza), Casa de América (Madrid), Nueva York, París, Toulouse, Inglaterra, Portugal o México, y ha participado en festivales como Usvan de Nueva York, Bang de Barcelona, entre otros.