El circo de los horrores está de vuelta en Zaragoza. Tras su última actuación en 2019, uno de los espectáculos más importantes del panorama nacional regresa al Parque del Agua con sus dos grandes carpas listas para albergar diez días del show más sexual y atrevido de la compañía. Desde el 27 de enero y hasta el 6 de febrero, Bacanal está dispuesto a llevar a los zaragozanos al más profundo infierno.
El oscuro escenario, adornado con cuadros de monstruos, jaulas que los encierran y una gran escalinata, se abre de par en par con la entrada de Lucifer. Cuando los tímidos focos alumbran las tablas, una gran mesa, llena de suculentos manjares, es el punto de reunión del mismísimo diablo y de toda su tropa. Un chasquido de dedos y la orgía de comida, sexo y desenfreno da comienzo. «Aunque, en verdad, es todo para mí», sentencia Lucifer.
Tras el calentamiento -literal y sexualmente hablando-, el diablo lanza su oferta: Lucifer otorga la posibilidad a la humanidad de vivir la mejor fiesta de sus vidas. El precio es hacerse con sus almas. Como ayudantes, varias decenas de artistas encargados de convencer a los asistentes de que el camino correcto es, al menos durante el par de horas de Bacanal, el de los excesos. «Necesitamos en estos momentos una gran fiesta», cuenta Lucifer (Suso Silva), y conseguir, a través de ella, «superar las incertidumbres, que es lo que nos hace verdaderamente humanos».
Artistas de más de una decena de países se juntarán en el escenario para demostrar sus habilidades: equilibrios, vuelos, trapecios, fuerza y actuaciones musicales forman el programa des esta especial fiesta. Un gran evento al que el público, le guste o no, está invitado: «Siempre rompemos la cuarta pared, y en Bacanal no va a ser menos».
Un espectáculo contra la nueva normalidad
Ya despojado de los cuernos y del traje de Lucifer, Silva confiesa que las tablas son «un modo de vida, nunca un trabajo». Tras el rotundo éxito del estreno de Bacanal en Madrid y en Alicante, Zaragoza es la ciudad encargada de abrir una gira que va a llevar a El circo de los horrores por todo el país. «Zaragoza es una ciudad insigne, que siempre responde», asegura un Silva contento por la acogida, porque «los maños sois la hostia».
Nacido en pleno confinamiento, Bacanal es un espectáculo que quiere combatir todo lo que sucede fuera de la carpa. «La gente está muy quemada con esta situación y quiere sacar todo el fuego que lleva dentro», asegura Silva, que nota como toda la sociedad quiere disfrutar del ocio que la pandemia ha limitado. El ejemplo, entre risas, lo tiene en casa: «Nébula (Sara Silva) es mi hija en casa y en el escenario, y a veces la tengo que atar a la cama, porque siente que ha perdido dos años de su vida».
Aunque con distancias, mascarillas y gel de por medio, Bacanal tampoco olvida una de las esencias de El circo de los horrores: el contacto con los asistentes. «Es algo más complicado interactuar en esta situación», lamenta el director de la función, pero adelanta que «van a seguir subiendo personas del público al escenario». Una circunstancia que Silva, Premio Nacional de Circo, ha resuelto con un contacto «sutil, con distancia, pero que no se olvida del juego».
No sabe si fruto de su juego con Lucifer o de una casualidad macabra, Bacanal también tiene un objetivo místico. «El anterior show fue Apocalipsis, en el que se hablaba de que el mundo se iba al carajo, de que nos íbamos a dividir y de que nos estábamos cargando el planeta», recuerda Silva. La pandemia, que dio inicio un mes después del fin de Apocalipsis, le hizo recibir muchos mensajes de gente enfadada, «que me llamaba visionario y decía que había tentado al diablo». ¿La solución?: «Si soy un visionario, pues voy a hacer una Bacanal, para que todos acabemos comiendo, bebiendo y follando».
Como reflejo de la sociedad y de lo que desea su público, El circo de los horrores se instala durante diez días -entre el 27 de enero y el 6 de febrero, a excepción del martes 1- en Zaragoza para propagar un mensaje de goce y disfrute. Las entradas para Bacanal están a la venta en la página web de la compañía, con todos los boletos vendidos para varias de las funciones.
