La banda irlandesa The Corrs triunfó por medio mundo entre mediados de los 90 y principios de los años 2000. Su apuesta musical –una mezcla entre el folk irlandés, el pop y el rock– logró vender más de 50 millones de discos y llenar estadios en muchos países. Incluso tienen el título de miembros de la Orden del Imperio Británico. Su popularidad fue bajando a partir de 2006 y el grupo decidió parar hasta el año 2015, cuando retomaron su actividad lanzando primero el disco White Light y después Jupiter Calling (2017). Los cuatro hermanos aprovecharon ese parón para centrarse en sus respectivas familias e iniciar proyectos en solitario. Sharon Corr, la vocalista y violinista de la banda, acaba de publicar su tercer álbum The Fool & the Scorpion y lo presenta este viernes (21.00 horas) en el Teatro de las Esquinas de Zaragoza.

El concierto, que será en formato sentado, se iba a celebrar en un principio en la sala Rock & Blues, pero ante la buena acogida entre el público se decidió cambiar de escenario. Para quienes ya tuvieran la entrada se han reservado los 200 asientos más próximos al escenario, que serán ocupados por orden de llegada.

En su actuación presentará sus últimas canciones , pero también tocará los temas más conocidos de la banda irlandesa. «En esta gira estoy haciendo como un recorrido por mi vida, aún disfruto mucho tocando canciones como Radio, Dreams o So young», asegura a este diario Sharon Corr, que llega a Zaragoza con toda su banda (guitarra, batería y bajo).

Un álbum catártico 

The Fool & the Scorpion ha supuesto una especie de catarsis para la mayor de los Corrs, como indica ella misma en una de sus canciones: ‘Soy libre, he renacido’. Y es que la irlandesa ha vivido una etapa muy intensa a nivel emocional. En 2015 falleció su padre y unos años después tuvo que pasar por su separación matrimonial, que llegó a trascender a la prensa rosa. «En estos últimos años he tenido muchas ganas de escribir, de sacar lo que llevaba dentro. Está escrito con mucho amor y alma. Al final, para mí la música es como una terapia», subraya.

El álbum se grabó en Los Ángeles en 2019, aunque sus primeros temas se remontan al año 2015. «Estoy muy contenta con el resultado. Todas las canciones son pequeños viajes a la última época de mi vida, en la que han cambiado muchas cosas. Mi divorcio fue duro (’ojalá te ahogues en las lágrimas de amor de una madre’, escribe en la canción que da nombre al disco), pero fue lo mejor, y ahora estoy muy contenta viviendo en Madrid», comenta Corr, que ya lleva un tiempo residiendo en la capital.

Asegura que se enamoró de España durante su época con The Corrs. «En los 90, cuando veníamos a promocionar los discos o a hacer giras, caí enamorada de este país. Me sentía muy bien aquí y por eso decidí mudarme», explica Corr, que adelanta una muy buena noticia para los muchos seguidores de la banda irlandesa: «Aún no hay nada confirmado pero durante este año creo que podremos hacer una gira. Juntos tenemos magia y de vez en cuando necesitamos recuperarla». The Corrs ofreció su último concierto en Londres en 2017, durante la presentación del álbum Jupiter Calling.

Un hogar muy musical 

La mayor de los cuatro hermanos solo tiene buenos recuerdos del éxito y la popularidad que alcanzaron entre mediados de los 90 y principios de los 2000. «Fue muy intenso porque hubo años en que trabajamos 323 días, pero muy bonito. Tuvimos la oportunidad de llegar a casi todo el mundo y conocer muchas culturas y países», valora la irlandesa, que recuerda que el grupo comenzó a fraguarse ya desde su casa natal: «Siempre vivimos un ambiente muy musical. Mis padres tenían sus empleos, pero también eran músicos y tenían varias bandas, así que crecimos con la música siempre en casa y lo veíamos como algo normal».

De forma paralela a esta gira de reunión, la violinista compaginará sus conciertos en solitario mientras sigue dando forma ya a su próximo disco. «No creo que tarde mucho en publicar otro. Ya tengo cuatro o cinco canciones. Siempre estoy escribiendo y componiendo, me da fuerzas», concluye.