Dicen que los niños nacen con un pan debajo del brazo, pero en el caso de Mateo fue una pandereta. El pequeño asturiano, que ahora tiene 5 años, pertenece a una familia muy aficionada al folclore y a la música más tradicional de su tierra, una pasión que siempre inculcaron a su hijo. "Su padre y yo bailamos en un grupo tradicional asturiano, y él lo mamó desde que nació. Se empapó de esa música y de sus instrumentos; de hecho toca la pandereta bastante mejor que yo", confiesa Carmen Alonso, madre del pequeño.

Mateo tiene "la pandereta na man", desde bien pequeño. Elena Alonso

Tanta es la devoción que siente Mateo por este tipo de música, que "busca vídeos en Youtube de artistas como Xabier Díaz (músico gallego, virtuoso de la pandereta), o Eva Tejedor, (reconocida panderetera asturiana y maestra de percusión tradicional) e incluso de Carlos Núñez", asegura su madre, que en ocasiones, "yo le digo: 'hijo mío, ¿no te gustaría escuchar a Camilo?' y él me responde: 'no, no... prefiero esto".

Los padres de Mateo pertenecen a un grupo tradicional de Asturias, una pasión por el folclore que han inculcado a su hijo.

Y en esa búsqueda de voces y ritmos tradicionales de pandereta, apareció, en su universo musical, las Tanxugueiras. "Estábamos los dos escuchando música en Youtube y de repente vimos un vídeo de ellas. Y desde ese día, ya te imaginas: el vídeo, puesto en bucle. Pero eso fue antes de todo este bum", aclara Elena, que se enteró de la presencia del trío gallego en el Benidorm Fest por su marido. "¿Tú sabes que estas chicas que ve Mateo se van a presentar a Eurovisión?", le comentó hace un tiempo al volver del trabajo. Enseguida lo pusieron en conocimiento del pequeño ovetense, y desde ese día, a tope con Tanxugueiras. "¡Mamá, ponme Terra!, ¡mamá, ponme Terra!... Era un no parar", recuerda.

Momento de Mateo mientras interpreta "Terra" con la pandereta (foto derecha), frente al micro. En otro momento, esta vez con guitarra en mano (foto izquierda).

La orgullosa madre asegura que Mateo se aprendió la canción "al dedillo, pero como él la entiende, claro, porque no sabe ni gallego, ni euskera".

Y llegó el certamen. Tanto en semifinales como en la final, la familia votó por Tanxugueiras para que lograran ir a Eurovisión. El sábado, cuando todo se decidía, Mateo quería verlas a toda costa, "y como era sábado y actuaban de segundas, le dejé que se quedara. Y claro, flipó él y flipamos nosotros. Fue maravilloso". El pequeño se acostó sin saber el desenlace de la final, y fue lo primero que preguntó nada más despertarse el domingo. "¿Ganaron?, me dijo, y en cuanto le di la noticia: "¡Jooo, mami!".

Para mitigar ese enfado, Elena le convenció de que "ellas están muy contentas y muy agradecidas. Además saben que las estuvimos apoyando y que las votamos. Tú tranquilo, Mateo, lo importante es participar, y a ellas ya las conoce todo el mundo. No pasa nada porque no hayan ganado".

Más calmado, dedicó la mañana de ese domingo a ver la actuación una y otra vez. "Me pidió que le pusiera el vídeo de la final, no sé cuantas veces lo escuchó. De repente me fijo en una de las veces, que se pone a imitarlas, con la pandereta, y hace los mismos gestos. Entonces me dice: tengo que aprender la parte de la muiñeira", recuerda entre risas, la madre.

Elena no se resistió a registrar en vídeo su gran actuación, para después compartirlo en redes sociales. El pequeño Mateo, con micro en mano y pandereta, firma una performance en el salón de su casa a la que no le falta detalle, no sólo en ejecución vocal y en coreografía. Y es que "¡hasta le pidió a su padre que le pusiera un alambre en el pie de micro para colgar la pandereta!", matiza Elena, llena de orgullo. "Lo hizo genial, pero bueno, qué voy a decir yo, que soy su madre".

"Ahí nació esa locura de Mateo por las Tanxugueiras", comenta a FARO, diario perteneciente al mismo grupo editorial que este medio, esta madre asturiana que espera que este vídeo y la historia de Mateo llegue de alguna u otra manera a ojos de Tanxugueiras. "Sería la bomba que ellas pudieran hablar con él, o mandarle un vídeo o un mensaje; de verdad que fliparía, alucinaría,... no me lo quiero ni imaginar", confiesa ilusionada.

Si finalmente, las tres gallegas ven la actuación del pequeño pandereteiro de Oviedo, seguro que ese mensaje no tarda en llegar. Y es ya se sabe que "non hai fronteiras", y mucho menos con la vecina Asturias.