Bajo la idea de que La lluvia amarilla no es una obra costumbrista sino poética sobre el tiempo, los abrazos que no se dan y las emociones que no se comparte, el oscense Jesús Arbués ideó la adaptación escénica de la novela de Julio Llamazares (precursora del concepto de la España vacía tan en boga en la actualidad) que, después de un arrollador éxito en el Teatro Español de Madrid, llega este jueves al Teatro Principal de Zaragoza donde estará en cartel hasta el domingo. El propio Arbués, director y creador de la adaptación, junto a los actores Ricardo Joven y Alicia Montesquieu, y el gerente del Patronato de las Artes Escénicas de Zaragoza, José María Turmo, ha presentado esta mañana la producción que promete ser una de las sensaciones de la temporada escénica del teatro.

La obra, que empezó representando el fallecido Pedro Rebollo al que se le dedica el montaje, transcurre en el Pirineo aragonés, en el pueblo ya deshabitado de Ainielle, y es, ha insistido Arbués, “el discurso último de alguien que está solo. Llamazares no escribe un monólogo sino los pensamientos de alguien que está a punto de morir”. Y en esas reflexiones, en la diferencia fundamental que hay entre la versión escénica y la novela, interviene Alicia Montesquieu pero no como tal sino “como un elenco de fantasmas a veces, otra como pensamientos del propio Andrés (protagonista de La lluvia amarilla), a veces tarareando a capela canciones de Labordeta, una jota…”, ha explicado Arbués al que ha completado la propia Montesquieu: “La historia es Andrés y la propuesta de dirección es mi personaje”.

“Hemos huido del costumbrismo para hacer un espectáculo poético”, en el que, asegura Arbués, juega un papel fundamental el videomapping “creando atmósferas oníricas. Lo que aparece es un Ainielle imaginado ya que solo al final aparece realmente pero hay que tener en cuenta que el escenario es un personaje y opera como tal”, ha reivindicado el director que ya ha avisado que él es “poco de silencios” sobre si en la adaptación teatral se siente también esa magia de los silencios como en la novela: “La lluvia amarilla tiene una gran intensidad emocional –ha señalado Ricardo Joven-, pero el silencio es todo lo que ha rodeado a ese personajes para llegar hasta el momento en el que está, ya no hay silencio, no ha lugar porque es la última bocanada antes de morir, el silencio está agotado”.

La lluvia amarilla ya se ha podido ver en el Teatro Olimpia de Huesca y en el Teatro Español de Madrid y en todas las funciones, el público ha salido “profundamente emocionado, tocado en el fondo de su sentimiento”, dice Joven. “Es más terrible la obra de teatro que la novela porque hemos concentrado en 70 minutos lo que la hace más terrible, lo esencial, quitando quizá esas vaguadas”, ha afirmado con rotundidad Jesús Arbués. Algo que ha sido para Ricardo Joven “enormemente doloroso pero es uno de los retos que uno más desea. Me ha hecho bucear hasta el fondo de Andrés y estar en el horror, el miedo y la soledad del abandono”.

La producción de Corral de García se representará de jueves a sábado a las 20.00 horas y el domingo a las 19.00 horas. Los precios de las entradas oscilan entre los 5 y los 25 euros y para las funciones del jueves y el viernes hay posibilidad de bonificaciones.