El público puede disfrutar desde este fin de semana del nuevo espacio expositivo destinado en el Museo de Huesca a la época visigoda. La institución ha llevado a cabo una remodelación integral de la exposición permanente de la sala 4, en la que se han planteado unos recursos museográficos de gran impacto visual, con vitrinas de fondos lisos monocromos, donde las obras expuestas destacan poderosamente realzando todos sus detalles. El objetivo que se ha planteado el Museo de Huesca con esta actuación es promover y facilitar la compresión y el acercamiento del visitante a la cultura material del mundo visigodo.

Una de las novedades que ha permitido la renovación expositiva es la inclusión de nuevas piezas que hasta ahora no habían sido expuestas y que son fruto de los hallazgos y excavaciones arqueológicas de los últimos años. Destacan, entre ellas, un sax o espada visigoda aparecida en Castelflorite, un anillo con entalle de amatista localizado en Jaca o la reproducción de una excepcional cantimplora de madera encontrada en Sena. Precisamente la pieza original está custodiada en el Museo de Huesca, pero su fragilidad impide que pueda ser exhibida.

Arquitectura visigoda

Otro ejemplo de las mejoras que se han introducido es la vitrina dedicada a la arquitectura visigoda, en la que ahora se exponen capiteles intentando reproducir cómo sería su disposición en una columna recreada. Las obras se presentan contextualizadas con recursos gráficos que proporcionan información complementaria de las piezas expuestas. Recreaciones, dibujos y mapas ilustran los aspectos más destacables del mundo visigodo.

Los textos se trasladan estructurados en niveles, con tipografías de distintos tamaños, lo que favorece su comprensión. Se ha utilizado un lenguaje claro, de terminología sencilla, sin tecnicismos, pero preciso.

A través de todos estos recursos, escritos y gráficos, se pretende que el visitante observe las piezas y comprenda su forma, función y significado dentro de la cultura visigoda.