El Periódico de Aragón

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LA VUELTA DE UN GRUPO ARAGONÉS MÍTICO

Crónica de Ixo Rai!: Un 23 de abril para la eternidad

La banda regresa por todo lo alto en una noche histórica en el pabellón Príncipe Felipe de Zaragoza

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Concierto de Ixo Rai! en el pabellón Príncipe Felipe Jaime Galindo

Como si no hubiera pasado casi el tiempo, desafiando a dos décadas en silencio que no pasan en balde para nadie, cuando las luces se han fundido a negro en el pabellón Príncipe Felipe, Ixo Rai! ha reaparecido en escena parapetado en unos confetis con los colores de la bandera de Aragón que han sido el pistoletazo de salida al ritmo de No te quedes sin entrar. Para entonces, al público, la mayoría ya de una cierta edad ya que los seguidores de la formación han ido creciendo al mismo ritmo que los componentes, ley de vida, ya no le había costado recordar la celebración colectiva que eran los conciertos de Ixo Rai! en los que prácticamente no hay nada inocente.

Es cierto. No hay que engañarse, algunas de las letras han perdido algo de su sentido si nos atenemos a lo que se cuenta en ellas pero la realidad es que la vigencia de las mismas sigue siendo absoluta, como el propio Jota se ha encargado de recordar poco antes de lanzarse con Carta de amor dedicada en su día a los insumisos: «Fue una lucha y un movimiento modélico del que habría que tomar nota, ahora que vamos a rebufo de los ultraderechistas, hay que quitarles la iniciativa», ha reivindicado entre la algarabía de su público.

La banda, que no ha querido olvidarse de sus orígenes, le ha dedicado el concierto a Juanito Ferrández

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La banda, que no ha querido olvidarse de sus orígenes, dedicándole este concierto a Juanito Ferrández (que ha sorprendido al salir luego a cantar Entalto en silla de ruedas en uno de los momentos más emotivos de la noche), «el batería de Ixo Rai!, el jotero, que encarna todo lo que es este grupo. Se lo dedicamos a él y también a nosotros y a todos vosotros y vosotras. ¡A disfrutar!».

Un arranque espectacular

Todo dentro de un arranque de concierto realmente espectacular (con canciones como María, Este es mi barrio, Olé por la música o Polka Buendios de su primer disco, Mosica & Mondongo), repleto de energía y con un sonido 20 años después que se mostraba actualizado y en plena forma.

La banda, desde luego, no ha renunciado ni mucho menos a sus orígenes y a su concepción y no ha dudado, en boca de Jota, en mostrarse muy reivindicativa («esta ciudad tiene 2.000 años de historia y hacen un pabellón y a nadie se le ocurre otro nombre que el que tiene. No había ninguno mejor...») e incluso ha tenido un recuerdo para los 6 de Zaragoza («les dijimos que montaran una mesa para vender camisetas pero alguien del ayuntamiento lo ha prohibido porque le parecía que era hacer política»).

Un aragonesismo con rasmia

El público, por supuesto, no ha dudado en seguirles el juego y ha sido una prueba de que el aragonesismo sigue con fuerza y con ganas de agarrarse a referentes como lo fueron en su día Ixo Rai! que esta noche ha hecho subirse al escenario a todos los miembros que han formado parte del grupo en algún momento de su historia.

"Ha sido una noche maravilla, no sé qué haremos después de esto, ya veremos. No sé si esperaremos 20 años o no sé"

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Por si se lo preguntan a estas alturas, evidentemente, ha llegado el momento en el concierto de los grandes clásicos como 15 d’agosto (con la que se ha cerrado un larguísimo concierto) y también de esos temas que hicieron ondear más altas que nunca las banderas de Aragón, bastante numerosas entre el público, como Un país. Y también para sorprender con una canción inédita en la que nombran a Jorge Azcón y Javier Lambán.

Más de dos horas de concierto de una banda que aseguró que se juntaba solo para un concierto y hacer una despedida en condiciones (el simbolismo del 23 de abril no es para nada casual) pero que tras el buen estado de forma mostrado y las ganas que hay de que siga marcando el camino de mucha gente, surge la duda, ¿ha sido una despedida definitiva? Lo que sí está claro es que lo de esta noche ha sido un 23 de abril para la eternidad. Ahí quedan las palabras de Jota al final del concierto: "Ha sido una noche maravilla, no sé qué haremos después de esto, ya veremos. No sé si esperaremos 20 años o no sé".

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