El Periódico de Aragón

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UNA ESCRITORA DE ÉXITO

Reyes Monforte: "África de las Heras fue muy buena espía incluso después de muerta"

La escritora madrileña desvela la vida de la española que fue un importante activo de la KGB en época soviética

La madrileña Reyes Monforte ha regresado a las librerías con ‘La violinista roja’. MIGUEL ÁNGEL MONTESINOS

Reyes Monforte rescata la figura de África de las Heras, una de las espías más importantes del mundo en su nuevo libro, La violinista roja (Plaza & Janés), que es como se llamaban a las radioperadoras soviéticas en Ucrania durante la Segunda Guerra Mundial.

–África de las Heras protagoniza este nuevo libro, ¿cómo la encuentra?

–Como llegan las cosas más importantes en la vida, sin esperarlo y de la manera más tonta posible. Estaba con otra novela y descubrí la historia de África de las Heras que no la conocía y me sigue sorprendiendo que a día de hoy sea tan poco conocida. Es una española que fue la espía soviética más importante de la KGB, del siglo XX.

 –Pero, ¿cómo puede ser eso?

–Luego entendí que no conocíamos nada sobre ella hasta años después de su muerte (lo haceen 1988) porque el mejor espía es aquel que nadie sabe que existe ni cómo es. Si no poco podría hacer.

 –¿Se conoce tan poco sobre ella solo por eso o hay alguna cuestión política o de género de fondo?

–No, no es por política ni por el hecho de ser mujer. Ella casi consideraba que ser mujer era el mejor disfraz para ser espía y pasar inadvertida. ¿Quién iba a sospechar que una mujer de lata costura en París que no hablaba de política porque decía que no entendía era una espía soviética? ¿O que una venerable anciana que hacía pastelitos a sus vecinos por la tarde iba a ser una espía? Muchas mujeres espía utilizaron el hecho de ser mujer como una tapadera perfecta sin que nadie sospechara de ellas. No tiene nada que ver con política ni con cuestiones de género.

«Sabía que la comunicación hacía ganar guerras y que la desinformación las hacía perder»

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 –Desde luego, la española forma parte de la Historia.

–Estuvo en todos los escenarios posibles del siglo XX. Donde pasaba algo, allí estaba África de las Heras. Estuvo en la revolución de Asturias de 1934, en la guerra civil y no de cualquier manera sino de interrogadora de las checas más crueles donde fue captada por la KGB, Stalin le mandó a la casa de Frida Kahlo para montar el operativo para asesinar a Trotski, en la Segunda Guerra Mundial estuvo en los bosques de Ucrania ejerciendo de operadora de radio donde interceptó muchos mensajes que ayudaron a ganar la guerra a los aliados…

 –Sin duda...

–Pero también durante la Guerra Fría estuvo en París donde protagonizó una de las trampas de miel más fructíferas de la URSS, enamoró al escritor uruguayo Felisberto Hernández y se casó con él que era un anticomunista declarado. Se trasladó a Uruguay y formó la mayor red de espías soviéticos que durante 20 años operó en todo el mundo…

 –¿Podemos decir que hoy el mundo sería distinto si no hubiera existido ella?

–Seguramente, si no hubiese existido ella y otros muchos como ella, sí. El director de la CIA en Uruguay estaba como loco porque sabía que existía pero no sabía su apariencia ni por dónde se movía pero la intuía y todo lo que le salía mal a la CIA era por culpa de ella. La realidad es que la conocemos poco porque fue una muy buena espía. En el siglo XX conocemos a muchos espías soviéticos, pero ella logró que nadie conociera nada sobre ella hasta diez años después de su muerte. Fue muy buena espía incluso después de muerta.

"¡Qué dices una película, tiene 50! Estoy segura que dentro de cinco años conoceremos más cosas todavía sobre ella"

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 –Practicaba un idealismo que casi está enterrado en la actualidad.

–Ella se declaró comunista, hija de la URSS e incluso dejó una nota bibliográfica diciendo que había nacido en Ceuta pero que ella era soviética. A diferencia de muchos de sus compañeros y superiores nunca se sintió decepcionada por el comunismo ni por la URSS ni se arrepintió de nada de lo que hizo. Murió en 1988 y estuvo en la KGB hasta 1985, era la instructora de la nueva camada de espías soviéticos. Ni traicionó a la URSS ni esta le traicionó a ella. Falleció unos meses antes de la caída del Muro de Berlín y de la disolución de la URSS, fíjate si sabía cuando aparecer en escena y cuándo largarse.

 –Con una nueva guerra Europa, ‘La violinista roja’ nos devuelve a una época que creíamos superada.

–Estamos viendo mucho de lo que se cuenta en la novela, hemos vuelto a hablar de los servicios secretos soviéticos, de la desinformación… África de las Heras fue la operadora de radio contra los nazis. Durante toda su vida interceptaba los mensajes del enemigo a través de su radio. Siempre fue muy buena y era muy consciente de que la comunicación ganaba guerras y que la desinformación le hacía perder guerras al enemigo. Ella fue muy buena en el manejo de la información. Y ahora los propios periodistas tenemos que enfrentarnos a informaciones que a veces no sabemos si son verdad.

 –¿Se conoce algún episodio en el que estuviera en peligro?

–Seguramente los hubo pero, claro, a ver quién te confirma eso. Seguro que estuvo en peligro, estuvo en las trincheras en la guerra civil, patrullaba la ciudad, luchó contra las nazis,... Lo más fácil era que la hubieran matado porque se metía en todos los charcos. En 1956 se casó con un espía italiano y este hombre cuando empezó a dudar de la URSS y el comunismo apareció muerto por lo que muchos creyeron que África de las Heras tenía que ver con el asunto. La policía le detuvo y ese fue el único resbalón que tuvo y entonces fue cuando Moscú no quiso arriesgarse y la sacó de ahí. Era a principios de los 70.

 –África de las Heras tiene una película, ¿cree..?

–(Interrumpe). ¡Qué dices una, tiene 50! Estoy segura que dentro de cinco años conoceremos más cosas todavía sobre ella.

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