«Un Dios vengador dio satisfacción a los deseos de la multitud. Daguerre fue su mesías. Y, entonces, esta se dijo: ‘Ya que la fotografía nos ofrece todas las garantías deseables de la exactitud (y los insensatos se lo creen), el arte es la fotografía’. A partir de ese momento, la sociedad inmunda se precipitó, como un solo Narciso, a contemplar su trivial imagen en el metal». De este modo saludó Baudelaire a la fotografía en su comentario del Salón de 1859, un año después de la popularización de las llamadas 'cartes-de-visite' que Adolphe Disdéri había patentado en 1854. El procedimiento de Disdéri democratizó el retrato fotográfico y contribuyó a consolidar la industria debido a la enorme demanda popular: todo el mundo deseaba tener su retrato.
Desde París a Huesca. La primera noticia documentada sobre gabinetes fotográficos especializados en retrato en Huesca corresponde al anuncio publicitario del estudio de Félix Preciado (Barbastro, 1840 - Huesca, 1907) en el semanario 'El Eco de Huesca', el 29 de noviembre de 1875. Además de retratos Preciado informaba que, en su establecimiento del Coso Alto nº 28, también se hacían reproducciones, vistas, miniaturas y ampliaciones a tamaño natural. Las noticias y la inserción de publicidad en prensa nos permiten conocer la trayectoria y gran actividad de quien fue el primer fotógrafo con gabinete estable afincado en la ciudad de Huesca. El deseo de incorporar los últimos adelantos de la fotografía es, sin duda, uno de los rasgos que mejor definen a Preciado desde muy temprano: el mes de agosto de 1876 lo pasó en Madrid para estudiar el nuevo sistema de fotografía al carbón introducido por el investigador fotográfico belga Van Monckhoven (1834-1882). Y dos años después, como resultado de sus experimentaciones, dijo haber encontrado el medio de reproducir la imagen humana con solo conocer nombre y señas de la persona que quisiera retratarse: una auténtica revolución en la fotografía, se leyó en 'El Diario de Huesca', el 28 de diciembre de 1878. Buena inocentada fotográfica.
Pabellones efímeros en diferentes direcciones
Durante los veranos, Preciado acostumbraba a desplazarse a Fraga, Barbastro y Jaca, ciudad en la que a partir de 1882 decidió montar pabellones efímeros en diferentes direcciones, que en 1895 convirtió en galería permanente. El resto del año lo pasaba en Huesca, donde atendía su gabinete y retrataba a los vivos y a los muertos, organizaba exposiciones de sus fotografías en los porches de Vega Armijo, en la fachada de la Casa Lastanosa o en la sombrerería del señor Lacasa, colaboraba en la edición del programa de fiestas de San Lorenzo, impartía cursos de fotografía, era el fotógrafo oficial de las fiestas de la amistad que, con motivo de su cumpleaños, ofrecía la esposa de Manuel Camo en los comedores de Cillas... Su trabajo recibió todos los elogios pues, no en vano, hasta su galería de Huesca llevó los procedimientos más modernos, como la cámara oscura que adquirió en 1886 para retratos de gran formato, o el importante surtido de aparatos, cámaras y objetivos de las empresas más acreditadas que junto a «las inmejorables condiciones de luz de su galería y la gran variedad de ricos fondos, muebles y demás accesorios que posee y sabe apropiar a las circunstancias del modelo, hace que pueda presentar trabajos en tan gran número y tan delicados como los que últimamente ha expuesto» ('El Diario de Huesca', 25 agosto 1890).
No es extraño, por tanto, que fuera Preciado quien acompañara a Pérez Galdós en el viaje que el escritor hizo al Valle de Ansó, en julio de 1894, para documentar el ambiente donde situó su comedia 'Los condenados'. Ni que fuera nombrado en 1899 fotógrafo oficial del gabinete antropométrico de la cárcel de la Audiencia de Huesca. El éxito animó a Preciado a montar una nueva y extensa galería, sin la incomodidad de las escaleras, en la planta baja de la calle Sancho-Abarca, en un huerto jardín contiguo a las escuelas municipales, en enero de 1896; y a presentar en junio de 1897 el cinematógrafo Lumière en Jaca, que llevó en agosto al entresuelo de su gabinete del Coso Alto nº28, y en octubre al Gran Bazar Económico de Zaragoza. Todo ello sin descuidar su trabajo en los gabinetes de Huesca, para el que solicitó la ayuda de aprendices, y de Jaca. El 18 de junio de 1895 'El Pirineo de Aragón' informaba de la apertura de la nueva galería fotográfica de Preciado, instalada en la casa que Fermín Díaz había construido en la calle del Obispo nº12. Un año antes, en junio de 1894, Preciado había sido noticia en prensa por la publicación del álbum 'Balneario de Panticosa'. José Coarasa Barbey de Huesca conserva en su colección un ejemplar integrado por 17 vistas, captadas en diferentes años, a partir de la temporada de verano de 1882. La Fototeca de la Diputación de Huesca conserva otro álbum editado por Preciado en julio de 1897, 'Panticosa', de dimensiones más reducidas y con siete fotografías, algunas coincidentes con las del álbum anterior, que fueron tomadas entre 1882 y 1894-1896. En torno a 1903, Preciado decidió editar mediante la moderna técnica de la fototipia algunas de las albúminas incluidas en los álbumes citados con el ánimo de activar su comercialización.
Un violento incendio cambia la suerte
Todo iba bien a comienzos de 1904. Aquel año Preciado volvió a hacerse cargo del gabinete que había fundado en Jaca, abierto durante todo el año desde 1901; y en Huesca el público admiraba la calidad de sus retratos y vistas de la ciudad. La suerte pareció cambiar la noche del 1 de marzo de 1904, cuando un violento incendio destruyó en pocos instantes el gabinete de la calle Sancho Abarca; pero un mes y medio más tarde, Félix Preciado y su hijo León lo reabrieron. Nada podía con Preciado, salvo la muerte, que le llegó en abril de 1907. Su viuda, Patricia Arruebo –maestra y directora del colegio de primera enseñanza superior Santa Teresa en Huesca en 1884, año de su matrimonio con Félix Preciado–, y su hijo León se hicieron cargo de la galería que pasó a denominarse Vda. e hijo de F. Preciado en Coso Alto nº28 y Sancho Abarca nº13; por muy poco tiempo. En octubre de 1909 murió León. El 9 de abril de 1910 'El Pirineo Aragonés' anunció la nueva apertura de la antigua galería fundada por Preciado en la calle Obispo nº12 de Jaca, a cargo de Francisco de las Heras (Torre de Valdealmendras, Guadalajara, 1886 - Jaca, 1950), distinguido oficial de la casa Coyne de Zaragoza, con quien Patricia Arruebo decidió asociarse. El gabinete Fotografía Viuda de Preciado y Cia se convertirá a partir de 1911 en Fotografía de F. de las Heras cuando Patricia Arruebo, «hábil y acreditada artista en el ramo de la fotografía», contrajo matrimonio con Antonio Galé. En agosto de 1912 Fidel Oltra se anunció sucesor de Preciado en el gabinete de Huesca.
Su valía como retratista
No se conservan muchas fotografías de Félix Preciado, pero las que se conocen son excepcionales. Si las vistas de los álbumes del Balneario de Panticosa documentan momentos claves en la historia del establecimiento, al que tenía fácil acceso gracias a su cuñado Clemente Arruebo, que trabajaba en el Gran Hotel Restaurant de Madrid; los retratos muestran la extraordinaria capacidad de Preciado para captar la personalidad de quienes hacía posar con tanto mimo ante su cámara, acogidos por diferentes forillos y accesorios, y por los caballitos que entretenían a los más pequeños. Ramón Acín, como tantos niños de Huesca, posó junto al caballito de cartón hacia 1894; años más tarde, en torno a 1912, el caballito es uno de los elementos junto a la pajarita de papel en el montaje fotográfico en el que Acín interviene con otros amigos en el estudio de Fidel Oltra, cuando este se hizo cargo del estudio de Félix Preciado.
