Pablo. A secas. Repetido dos veces. Junto. Y en minúscula. Para pablopablo, este nombre es una especie de burbuja en la que su imaginario cobra vida. Ahí tienen cabida sus emociones, sus reflexiones, sus guerras, sus alucinaciones… sin necesidad de validación alguna. Es él en su máximo esplendor. Brilla por naturaleza propia, pero también por aspiración personal. A pesar de su juventud, es un chico curtido al compás de la música. Sus padres, Jorge Drexler y Ana Lann, así lo quisieron desde que llegó al mundo.