Tras dos intensas jornadas de conciertos y un completo programa de actividades paralelas y previas, el PolifoniK Sound de Barbastro cerró el sábado las puertas de su decimotercera edición, que ha supuesto "un antes y un después en la historia del festival". La cita ha logrado congregar este año a más de 6.000 visitantes, concluyendo con un éxito rotundo de cartel y público.

Este punto de inflexión ha venido marcado por una nueva disposición de los dos escenarios que reúnen el grueso de los conciertos en el recinto ferial de Barbastro, ahora ambos en el exterior, en un evento que ha ganado espacio y que, sin embargo, mantiene intacta su esencia: calidad en un cartel que aúna lo mejor de la música independiente española y un disfrute pleno sin estridencias en el marco de una ciudad tranquila, que atrapa a jóvenes, familias y mayores, creando un conjunto de público intergeneracional. 

"Se respiraban ganas de festival desde hace mucho tiempo, debido a los dos años de parón por la pandemia", ha recordado el codirector Iván Arana, responsable de la producción, que también ha incidido en la fidelidad del público "polifonikero": "Son muchas las personas que han ido conociendo el festival a lo largo de los años y, una vez que lo hacen, lo señalan en su calendario como una cita ineludible". Y es que el Polifonik "tiene magia", esa que cala poco a poco y que impregna al público, que ha mantenido la sonrisa y las ganas de bailar durante todo el fin de semana y a un equipo organizador que, después de tantas ediciones, suma veteranía y la misma ilusión del principio.

El sábado fue la jornada más potente del festival. Llegaron los dos conciertos más esperados, Guitarricadelafuente, "una mezcla de delicadeza y elegancia, un concierto que mostró la sutileza de un artista de raíces", ha explicado el codirector Luis Moya, responsable de la programación, ante un público entregado, que cala entre las más jóvenes y también entre los mayores.

La banda Veintiuno, en el concierto que ofreció en el Polifonik.

Zahara fue el otro gran concierto de la noche y reflejó ese espíritu "polifonikero" que es capaz de aunar y aupar los ejemplos de artistas más intimistas como el mencionado anteriormente con los más provocadores. El de Zahara fue "un espectáculo electrónico, visual e incluso erótico-festivo", ha apuntado Luis Moya. Se sabía que la artista iba a hacer un auténtico despliegue sobre el escenario, donde se entregó por completo tras animar al público a que se sintiera "completamente libre para bailar o no hacerlo, para hacer lo que quisiera y sobre todo para olvidar durante una hora todo lo que pasa ahí fuera". Y no defraudó con su potente puesta en escena y ese delirio de baile que le es tan propio.

El tirón de Viva Suecia

La jornada del sábado tuvo otras actuaciones memorables como la de Sierra Leona, que llenó con su potente y personal voz la plaza del recinto ferial antes de los cabezas de cartel y que llegaba después de las sesiones de dj que habían animado la ciudad desde mediodía. El día de antes, Viva Suecia había traído a Barbastro a innumerables seguidores y había lucido su potente puesta en escena con la solvencia que le caracteriza. 

En total, han sido una treintena de artistas que han dejado su estela ante un público procedente de Barbastro y la provincia oscense, Zaragoza y otros puntos de España e incluso del extranjero, como Polonia, con turistas que han aprovechado su estancia vacacional en la zona para conocer el festival. Hubo despedidas de soltero y soltera y hasta los asistentes a una boda celebrada en la zona tomaron el PolifoniK como lugar de encuentro y celebración posterior al enlace. 

El festival ha sido posible este año gracias al patrocinio y colaboración del Ayuntamiento de Barbastro, la Comarca del Somontano, Aragón Turismo, Huesca la Magia, Bodega Laus; Bodegas Jaime, Grupo Agora, Atráctica y Gran Hotel Ciudad de Barbastro.

Los alojamientos de la ciudad y zona de influencia han colgado el cartel de completo. Este año los organizadores habían ampliado la red de alojamientos. Además de los hoteles y hostales de Barbastro ciudad se pusieron a disposición del público del PolifoniK la denominada zona de descanso en el Pabellón de la Merced y distintas posibilidades en otros municipios de la comarca como los albergues de Naval, Adahuesca, Castillazuelo o Peraltilla.