Si alguna conclusión se ha sacado de la reunión que han tenido los responsables de la Escuela Museo Origami de Zaragoza con representantes de todos los grupos políticos municipales es que nadie quiere que el proyecto se derrumbe por todo lo que supone para la ciudad... pero la realidad es que, de momento, no hay ninguna solución clara sobre la mesa.
El responsable de las exposiciones del Museo del Origami, Felipe Moreno, ha señalado que el lugar ya se ha convertido en «toda una referencia para el turismo en Zaragoza. En algunos portales de viajes salimos como el segundo lugar que se debe visitar, solo por detrás de la basílica del Pilar». Algo en lo que están de acuerdo los responsables municipales.
Deuda contraída
Ahora mismo, el museo está atravesando por una «situación delicada» merced a una deuda que tiene contraída con el ayuntamiento por la utilización del espacio (la segunda planta del Centro de Historias). «Es la única deuda que tenemos y es lo que nos impide seguir trabajando», señala Moreno, que reconoce que en la actual situación no es posible continuar. El problema se complica porque el ayuntamiento todavía no le ha indicado cuánto tiene que abonar. Algo que Cultura asegura que es responsabilidad de Intervención.
«Existe una posibilidad real de abrir nuevas delegaciones, siempre bajo el sello zaragozano, de este museo en Málaga, Londres o Dubai».
Además, tras diez años de vida, el convenio firmado con el consistorio está a punto de caducar. Por eso, el director del museo, Jorge Pardo, defiende la urgencia de firmar un nuevo contrato con un proyecto cultural avalado por su década de desarrollo y para el que ya tienen proyectos de futuro como es que «existe una posibilidad real de abrir nuevas delegaciones, siempre bajo el sello zaragozano, de este museo en Málaga, Londres o Dubai».
