Como si fuera el primer día. Así salió ayer Corita Viamonte al escenario del Teatro Principal de Zaragoza con la salvaguarda que hacía 70 años que se había subido por primera vez a unas tablas. Casi nada. Acompañada por el Teatro Lírico de Zaragoza, la cupletista le brindó al público aragonés un espectáculo con el que celebrara su larga estancia en el mundo de la revista. Y eso que hace tres años que había anunciado su retirada oficial, pero el escenario llama y de qué forma. Algo que, sin duda, demostró ayer la cupletista que mostró lo mejor de su repertorio en una velada casi para nostálgicos.

 El concierto-espectáculo, que se fue hasta las dos horas de duración, dirigido musicalmente por José Félix Tallada contó con un repertorio musical de canción española de los maestros Chueca, Soutullo y Vert, Sorozábal, Serrano, entre otros muchos, para conformar un sonido especial en una noche de emociones.

Histórica de la revista

Y es que la artista aragonesa, que cuenta con un bar en El Tubo de Zaragoza en el que se rinde homenaje también a su trayectoria, es una especie casi en extinción y es que la artista ya lamentaba en un reciente entrevista en este diario «las pocas oportunidades que se le dan al cuplé en la actualidad», un género en el que, según calcula, «solo quedamos Lilián de Celis, Olga María Ramos y yo», decía casi con orgullo. No conviene olvidar que de las siete décadas que la cupletista ha vivido sobre las tablas se pueden rescatar varios hitos. Quizá el más destacado fue el de convertirse en la tercera cantante española en actuar en la antigua URSS, un hecho del que precisamente ahora se cumplen 50 años.

El equipo artístico, a destacar, de la noche estuvo compuesto por Conchita de Castro (vestuario), Jesús Celma (regidor), Luisa Borobia (sastra), Urbain Hair Estilistas (maquillaje), José Luis Jimenos (sonido) y Mar Dagnino (fotografía).

Todo lo recaudado en el homenaje de ayer (las entradas tenían un precio simbólico de 10 euros) irá destinado a Aspanoa y a la Asociación Madrinas Animalistas Rescate. Y es que, pese a su retiro profesional, Corita Viamonte sigue haciendo conciertos benéficos para sus «mayores», como ella los llama: «Como el general Custer, hay que morir con las botas puestas».