El visor de Chus Tudelilla: Aragón en la Hispanic Society de Huntington (y III)

La presencia de Aragón en la Hispanic Society of America se extiende a su amplísimo registro fotográfico configurado por las imágenes que Huntington recopiló en sus viajes

'Albarracín' (1925-1928). Zuloaga.

'Albarracín' (1925-1928). Zuloaga.

Chus Tudelilla

Chus Tudelilla

Zaragoza

En una de las numerosas cartas que Archer Milton Huntington escribió en 1898 a su madre desde España, en el que fue su tercer viaje a nuestro país, insistió en el propósito del proyecto que le obsesionaba desde hacía nueve años, cuando en 1889 experimentó su admiración por la cultura hispánica durante su viaje a México: "Mi afán de coleccionar ha tenido siempre -como bien tú sabes- un trasfondo: un museo. Un museo que ha de abarcar las bellas artes, las artes decorativas y las letras. Ha de condensar el alma de España en contenidos, a través de obras de la mano y del espíritu. No ha de ser un montón de objetos acumulados al buen tuntún (...). Lo que quiero es ofrecer el compendio de una raza". Y para ponerlo en marcha, Huntington se impuso una condición: "A España no voy en busca de botín. Me haré con los cuadros fuera. Los hay en abundancia".

El 18 de marzo de 1904, Archer M. Huntington formalizó el acta fundacional de una biblioteca-museo español de carácter público, cuyo objeto sería el "fomento del estudio de las lenguas, la literatura y la historia españolas y portuguesas". El 20 de enero de 1908 se inauguró la Hispanic Society of America, en un edificio de reciente construcción en el Alto Manhattan, con una colección de obras entre las que destacaban las realizadas por Goya, cuya presencia fue enriqueciéndose en el tiempo. Junto al selecto conjunto de papeles de Goya -entre ellos, 'Viejo en un columpio (1923-1828)'-, en la Hispanic se encuentran el boceto y cuadro de 'La duquesa de Alba' (1797) y los retratos del militar y aristócrata Manuel Lapeña (1799), del oficial-comandante de la Real Escuela de Veterinaria Alberto Foraster y Montaner (1804) o del cantante de la catedral de Toledo, Pedro Mocarte (1805).

Tras inaugurar la Hispanic, Huntington viajó a Europa. En París se reunió con Ignacio Zuloaga, a quien propuso organizar una exposición; y en las Grafton Galleries de Londres conoció la obra de Joaquín Sorolla, que le fascinó: "Creo que he encontrado a Dios hombre", escribió a su esposa el 15 de mayo de 1908 y, de inmediato, indicó a sus agentes en Londres que iniciaran las gestiones para organizarle una exposición. En un principio Huntington pensó contrastar las dos visiones de España con una exposición conjunta de quienes mejor las representaban: Zuloaga y Sorolla, pero fue tal la cantidad de obras que envió Sorolla que Huntington no dudó en plantear ambos proyectos individualmente.

Sorolla. 'Aragón. La Jota' (1914)

Sorolla. 'Aragón. La Jota' (1914)

El 4 de febrero se inauguró la exposición después de unas jornadas de enorme trabajo bajo la dirección de Huntington y del artista, que se presentó de imprevisto para estar al tanto del montaje. Sorolla, escribió Huntington en su diario el día 30 de enero de 1909, "está frenéticamente entregado a la tarea de colgar sus cuadros, y tiene a los hombres agotados. (...) Todo el mundo ha estado trabajando día y noche. El Dr. Martín y yo estuvimos en el edificio hasta las tres de la madrugada elaborando el catálogo, que al fin va tomando forma. Sorolla está dispuesto a dejar que nos matemos, si tenemos empeño en ello. Lo único que le importa en este mundo es su arte. Da gusto. Trabaja como a mí me gusta trabajar, así que nos entendemos bien. Sin embargo, me parece que hasta he conseguido cansarle un poquito, y eso también me agrada".

El gran éxito de la exposición contribuyó decisivamente al reconocimiento internacional de la Hispanic y, no menos importante, a la estrecha y cómplice amistad que unió para siempre a Huntington con Sorolla, cuyas trayectorias siguieron unidas a través de sucesivos encargos entre los que destacó la decoración de la futura biblioteca. Huntington tenía en mente un friso superior dedicado a la historia de España, sobre una galería de retratos de personajes ilustres de nuestra cultura; Sorolla, contrario a la pintura de historia, propuso un nuevo planteamiento que acabó convenciendo a Huntington: pintar una serie de paisajes de provincias, destacando los trajes típicos que identifican cada territorio. A partir de la firma del contrato, el 26 de noviembre de 1911, Sorolla comenzó a trabajar en su 'Visión de España'.

La jota, para representar Aragón

Desde muy temprano, la jota se convirtió en el tema que representaría a Aragón en los numerosos estudios preparatorios que Sorolla realizó a partir de 1912; y todo apunta a que fue Carlos Vázquez Úbeda, autor de temas ansotanos, como 'La luna de miel' (1911) en la colección de la Hispanic, quien descubrió a Sorolla el paisaje de esa zona aragonesa. En el verano de 1914, la familia Sorolla se trasladó a Jaca donde pintó el panel Aragón. La Jota, al que dedicamos un Visor.

Francisco Núñez Losada. 'Albarracín' (1931).

Francisco Núñez Losada. 'Albarracín' (1931).

Entre los asistentes a la Exposición Nacional de Bellas Artes de Madrid, en 1912, se cita a Huntington, que bien pudo prestar atención a los cuadros de Miguel Viladrich: 'De la calle de san Juan de Triana', 'La transformación de Dafne' y 'Mil hombres' (retrato de un enano), pues en diciembre de 1913 le compró tres obras, fechadas en 1909: 'Autorretrato', 'El monje Juan Vilas (o el lego inquisidor)' y 'El heredero Curo', y en 1927 toda su producción. El deseo de Viladrich cuando en 1926 viajó a Nueva York era celebrar una exposición en la Hispanic, pero Huntington decidió reservarle un pabellón en su museo. En carta fechada el 24 de noviembre de 1926, Viladrich anunció eufórico su regreso a Fraga: "A los dieciséis días de estar aquí he triunfado más y mejor que Zuloaga". En una de las expediciones por España organizadas por Huntington, las conservadoras de la Hispanic visitaron a Viladrich en Fraga donde pudieron ver el paisaje y los personajes que conocían a través de las pinturas en el museo. Huntington siguió adquiriendo a Viladrich nuevas obras y, en 1937, la Hispanic le otorgó la Medalla de las Artes y las Letras.

Viladrich sintió que había triunfado más que Zuloaga, cuya exposición, celebrada del 17 de marzo al 11 de abril de 1909, no logró el éxito de la de Sorolla. A pesar de los sinceros elogios de Huntington en un intento de animarle, Zuloaga confesó a su tío Daniel que el triunfo de Sorolla en Nueva York le había reventado. Huntingon no dudó en adquirir algunas de las obras expuestas, un conjunto que fue ampliándose con el tiempo. El acento aragonés lo encontramos en el cuadro 'Albarracín' (1925-1928), población que también captó el interés de Francisco Núñez Losada en su pintura de 1931, que conserva la Hispanic.

La presencia de Aragón en la Hispanic Society of America se extiende a su amplísimo registro fotográfico configurado por las imágenes que Huntington recopiló en sus viajes, y por aquellas que realizaron o compraron las conservadoras del museo en las diferentes expediciones organizadas, además de los numerosos archivos de la colección adquiridos a quienes en sus viajes por España incorporaron la imagen de Aragón en sus diarios y álbumes.

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