El Periódico de Aragón

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RESEÑA LITERARIA

Crítica de Javier Lahoz de 'Enajenación transitoria': Réquiem por un sueño

María Coduras indaga en el trabajo de convertir las confusiones en confesiones en un brillante poemario editado por Olifante

La poeta María Coduras que acaba de publicar 'Enajenación transitoria'.

Estamos y no estamos. Pero aun cuando no estamos, estamos. Esto de la poesía tiene su aquel, frases que rompen con lo que expresan para expresar aquello que parecía roto. Recrearse en las palabras es una actividad que debería ser más habitual de lo que es. Sobre todo cuando son ellas, y no las brújulas ni los relojes, las que marcan las relaciones entre el espacio y el tiempo. Cabe mucho mundo en una línea que se dispara sin contemplaciones y que indaga en las diferencias entre rendirse y seguir. Suenan leves y musicales las letras, acusadoras y críticas sin entrar en demasiados detalles. No hacen falta, la brevedad es la esencia, el silencio es el milagro, la quietud es la consecuencia. Poemas que permanecen porque no buscan la permanencia y que desafían las mentes de quienes pensaban que esto no iba con ellos. Una página tras otra nos invita a deslizarnos por este recorrido de señales y sugerencias, de premisas necesarias y de sensaciones que parecen disfrazarse de aforismo.

La pandemia está ahí, escondida pero sin mostrar afán por esconderse. Se asoma y se le permite cierto protagonismo. Lo ha tenido muy a nuestro pesar, cuando no sabíamos hacia dónde mirar ni en qué rincón refugiarnos. De ahí que los rostros muten y tengan más de un aspecto. De ahí que existan confusiones de entre las que parten nuevas confusiones. No tarda la autora, María Coduras, Doctora en Filología Española, en saber convertir por arte de magia las confusiones en confesiones. Y acercarnos a lo cotidiano a través de un lenguaje directo que obliga a mirar lo ya transitado de otra manera, como si fuera objeto de reinvención. Es el recurso propio del ilusionismo, que obliga a mirar más allá mostrando la realidad próxima, la que nunca dejó de estar más aquí. La poesía suena; y si suena, evoca; y si evoca, seduce; y si seduce, atrapa. Hay poesía que encierra mucho saber, pero a mí me interesa más aquella que encierra mucho sabor. Es entonces cuando no se marcha.

Edición cuidada con imágenes y detalles

Se trata del poemario que lleva por título 'Enajenación Transitoria', publicado por la editorial Olifante. Tal y como es habitual, es una edición cuidada, pues son libros que siempre se acompañan de imágenes y de detalles que hacen que cualquiera de sus ejemplares sea todavía más personal. Estructurado en partes que avisan de lo que fue, de lo que es y de lo que será, y abrazando el presente por encima de todo lo demás, la autora dota de significado apuntes que en cualquier otro momento no lo tendrían. Es como una lluvia de imágenes capaz de colapsar a esos arrebatos apáticos que tan frecuentes resultan y que rápidamente se detectan. La fantasía también gusta de participar porque ningún terreno es tan propicio para su cultivo como el de la cotidianeidad y la rutina. Huelga decir que la imaginación se desata si de jugar con el vocabulario se trata. En poesía, los vocablos contienen música, con rima o sin rima, con ritmo o sin ritmo, con asonancias o con disonancias, con la facultad de animar a que los ojos se cierren y las mentes sueñen.

Una mirada limpia para acercarse

A veces la poesía cuesta hacerse entender porque no se posa en ella una mirada limpia. Son otros géneros los que se llenan de recovecos que buscan planteamientos, nudos y desenlaces que se van modificando sobre la marcha, a tenor de lo que un público ávido de sensaciones fuertes exige. Pero aquí la única exigencia es la de la recreación, consecuencia directa de la creación. María Coduras dibuja instantes que invitan a la reflexión con la sonrisa puesta, como si sus disparos contuvieran ironía y mordacidad. Las páginas ofrecen vacíos cuando todo queda dicho con pocas palabras, suficientes, solitarias, desafiantes.

Es este un libro que se lee y se relee rápido, y cuenta con la premisa de que las pausas que cada lector concede a cada verso forman parte del texto. Porque en la poesía se interactúa, más aún en este estado de enajenación transitoria propuesto que sabe a poco, y que anima a no despertar dada la cordura imperante.

‘ENAJENACIÓN TRANSITORIA’       

María Coduras Bruna            

Olifante

96 páginas

14,25 euros

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