El Periódico de Aragón

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EDITADO POR PÁGINAS DE ESPUMA

Isabel González (presenta 'Nos queda lo mejor'): "Aburrir es lo peor que se puede hacer en esta vida"

La escritora ejeana presenta este viernes en la librería Cálamo de Zaragoza su libro de relatos ‘Nos queda lo mejor’

Isabel González presenta este viernes en Zaragoza su libro 'Nos queda lo mejor'. ANDREEA VORNICU

En 'Nos queda lo mejor', la ironía y el optimismo campan a sus anchas. Pero hay que matizarlo, un optimismo real, ese que se tiene cuando todo ha salido mal, alejado de ese sueño americano de luchar por lo que uno quiere y esas campañas edulcoradas: «Aquí hay un optimismo radical», explica con alegría Isabel González (Ejea de los Caballeros, 1972) que este viernes (19.00 horas) presenta su nuevo libro de relatos, editado por Páginas de Espuma, en la librería Cálamo de Zaragoza.

«En 'Nos queda lo mejor' hay un optimismo que no depende de que las cosas te salgan como tú quieres. Vivimos en un momento en el que hay un exceso de intentar controlar nuestra vida, de construirla. Esto lo aborrezco, lo odio, ¿cómo vas a tener el control de lo que pasa en tu vida? Lo de aquí es un optimismo de la maravilla que es estar vivo y ser tú. En ese optimismo que nos venden se crean burbujas y todo el mundo es como tú, eso me parece un aburrimiento absoluto», dice con soltura.

Tres relatos en cuatro estaciones

'Nos queda lo mejor' está dividido en las cuatro estaciones (Verano, Otoño, Invierno y Primavera)_y cada una de ellas está compuesta por tres relatos. A lo largo de ellos pasa «mucha gente, se ven muchos caracteres y esa sorpresa que es estar vivo, y coincidir con tantas cosas distintas, las ganas de querer estar». Algo que no es casual, «yo quería que el libro estuviera muy vivo», reivindica la escritora, que prosigue: «Y cuando eso pasa no sabes qué te va a pasar. Yo no escribo por viajar a otros mundos, yo no sé en general lo que va a pasar después cuando me pongo a escribir, intento dejarme llevar y disfrutar de lo que va a venir». Llegado a este punto de la conversación, Isabel González deja claro el mensaje: «Aburrir es lo peor que se puede hacer en esta vida», dice mientras se ríe.

Isabel González estará este viernes presentando su obra en Zaragoza. ANDREEA VORNICU

«Aquí no te encuentras un libro de desamor, no hay enfermedades, ni grandes tragedias... Es un libro de la vida cotidiana, de cómo emergen los grandes temas en cualquier cosa. Una persona no dobla una servilleta igual si está atravesada por la tragedia que si de repente está enamorada. Eso es lo que me apasiona, ver cómo se traducen las grandes cosas en los pequeños detalles. ¿Por qué la peluquera me ha cortado el flequillo horroroso? Pues no lo sé. Ponerme en el lugar del otro es lo que me ha motivado aquí. Y creo que esa capacidad de poder estar en mucha gente es lo que te da una gran potencia».

«Es un libro de la vida cotidiana, de cómo emergen los grandes temas en cualquier cosa», dice la autora

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Otra de las características que convierten a este libro en algo especial es la representación de las voces de la clase media: «¿Qué de dónde me vienen? Es que pensamos todos así, ¿no? Quería escribir el libro como soy yo, una tía de 50 años, de Ejea que trabaja 8 horas al día, he intentado no impostar y esas voces son las que tenemos todos en la cabeza. Cuando te sientas a escribir piensas, ¿cuánto traduzco esto? Si lo traduces mucho queda perfecto, todo está ordenado pero para mí se pierde verdad, esa vibración que tienen las cosas y ese movimiento. Así que, al final, te quedas a medio camino a la hora de traducir ese caos que surge».

Escritora impulsiva

Sobre el proceso de escribir, Isabel González duda a la hora de contestar: «Es que es difícil saber lo que quieres contar, uno arranca a escribir… Soy muy impulsiva, corrijo mucho porque escribo deprisa. Para mí, los relatos tienen todo lo que me gusta, el impulso, el fogonazo, el juego constante, aunque no pienses en el lector, lo haces inconscientemente porque juegas con lo que saben los demás porque no se puede explicar todo... Aun así, te digo que, para mí, es mucho más difícil escribir una novela, pero eso depende del pulso que cada uno tiene y de su forma de contar».

Y eso que, a pesar de todo, la ejeana tiene claro que cada proyecto es muy diferente: «Todos los libros que hago son distintos aunque sí te digo que separar los libros de la vida es difícil. No escribo contra el aburrimiento, escribo para divertirme un poco más porque yo nunca me aburro», concluye. 

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