El Periódico de Aragón

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La Fira de Manresa por Javier Losilla: Tradiciones y búsquedas mediterráneas

La cita catalana, que reformula las músicas de raíz y las artes escénicas, cumple 25 años

Maria Coma, de los conciertos pop a la exploración de la voz. PACO VALIENTE

Todo es posible en la Feria Mediterrània de Manresa. Todo, entendámonos, dentro de una amplísima programación que transita por las músicas tradicionales y / o populares y las artes escénicas. Así las cosas, el folclore, sin dejar de serlo, toma colores y matices que lo transportan a la actualidad más rabiosa, y la danza, por otra parte, transforma tanto los espacios como el contenido en espectáculos conceptualmente singulares. De la reciente 25 edición nos quedamos con algunas propuestas notables. Hubo más, seguro, pero la Fira todavía no proporciona a sus visitantes el don de la ubicuidad. Por el momento, claro.

Hablemos de la oferta de Maria Coma (catalana sin tilde), por ejemplo, espléndida cantante que, si recuerdan dio hace ya tiempo en Zaragoza un gozoso concierto, dentro del ciclo Vagón de lujo. Pues bien, Maria ha anda ahora en la exploración de la voz humana y ha armado 'Vocal Roots', un trabajo fascinante que cabalga entre la música la performance y el arte sonoro. Su puesta en escena tiene algo de religioso, de ritual, de canto ancestral.

Siempre perturbador

Y el siempre perturbador Israel Galván, bailando varios pasos más allá del flamenco canónico, ofreció Seises, en una apuesta en dos partes. En la primera, trabajando básicamente con el zapateado, trazó un singular recorrido desde el Barroco sevillano hasta la actualidad hispalense, acompañado por piano, clave y percusiones varias. La segunda parte, con L’Escolania de Montserrat, devino en un encaje artístico algo forzado, con resultados globales discretos. 

Israel Galván, en bicicleta estática, del Barroco al mundo actual. PACO VALIENTE

Otro bailaor, Adrián Vega, dice no sentirse plenamente realizado ni con el flamenco ni con el breakdance. De ahí que combine las técnicas de ambas manifestaciones para confeccionar Los lunares del puma, vigorosa reflexión sobre el cuerpo y la danza con la improvisación como elemento dinámico de un concienzudo estudio. Y realmente hermoso resultó el encuentro de la bailarina Patricia Álvarez con Vigüela, grupo de música tradicional castellana (espléndidas voces las suyas), armando toda una historia de cortejo, casamiento, engaños y luto. Una jubilosa demostración de la viveza de lo ancestral y de sus posibilidades.

La María Bonet del siglo XXI

El 'soundscape' musical ofreció actuaciones tan excitantes como la de la jovencísima mallorquina Mar Grimalt, que puede ser sin duda la Maria del Mar Bonet del siglo XXI. Fue una de las artistas que mostraron en la Fira el cada vez más frecuente matrimonio entre los instrumentos tradicionales y los aportes de la electrónica en una búsqueda de nuevas vías de expresión del folclore o de las canciones nuevas que parten de él.

Con voz, piano, bajo, percusión y programaciones se presentó la francesa Mélodie Gimard, cuya abuela aragonesa ha inspirado su incursión en la jota. Bizarra en ocasiones, pero sólida en otras, Mélodie parece salida de un cabaret parisino para abordar desde miradas distintas piezas como Los labradores.

Desde Francia, Mélodie Gimard insufla a la jota aires de cabaret. PACO VALIENTE

Y con la experimentación de Rodin Kaufmann y Loís Pezet (de la región francesa de Occitania) y la mallorquina Maria Hein y la gerundense Azucena Moya ('Ficus-Indica') entró el autotune en el folclore (para que luego digan de Rosalía). Tejiendo raíces y puntas de aquí y de allá, el cuarteto ofreció una actuación envolvente. 

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