El anacronismo del título no se debe a que comentemos una publicación antigua sino al hecho de que sea un estudio basado en la memoria de los años de infancia del autor, momento en el que el actual paseo de Sagasta llevaba ese nombre. Estamos hablando de una importante calle diseñada con andén central en 1921, que nació siendo la comunicación de la ciudad con los montes de Torrero, espacio en el que además del Canal acabó estando el cementerio. Ese camino, con torres de recreo y pequeñas industrias familiares, se convirtió en residencia de la burguesía de la ciudad a principios del XX, cuando construyó sus chalets modernistas en un paseo que se llamó de Sagasta, en honor del presidente del consejo de ministros. El diseño de Casañal y del arquitecto Ricardo Magdalena hizo posible un moderno paseo, con un tranvía que circulaba por medio hasta la remodelación de 1921. Fue bautizado en 1931 como avenida de la República cuando ya poseía un boulevard central para paseantes y aparcar coches. Convertido en paseo del general Mola en 1939, se remodeló en 1971 con edificios de mayor envergadura en los impares y manteniendo algunos pocos de los que fueron hermosos chalets unifamiliares en sus números pares. Y poco después recuperó el nombre primitivo de paseo de Sagasta.
Dimensión humana del paseo
Después de contarnos muy bien la historia, su autor Javier Suárez Sánchez- Ventura se adentra –con mucho acierto y agilidad– en explicar los edificios que lo componen y los que hubo antaño, cuestión muy importante pues muchos se derribaron. Es un recorrido apasionante que debemos agradecerle, puesto que hablamos, después del Coso, del espacio más hermoso que tuvo esta ciudad. Partiendo del colegio jesuita del Salvador remodelado en 1913, desde 1979 Ibercaja, va subiendo por el lado de los impares recordando el colegio del Sagrado Corazón de 1875, donde hoy está el Corte Inglés y no dejando ningún edificio sin referencia. Por el lado de los pares parte desde el edificio del cine Elíseos, construido en el solar del antiguo velódromo e inaugurado en diciembre de 1944, concluyendo en los nuevos bloques de pisos levantados en el antiguo solar de la empresa Litografía Portabella de 1896. Con cada edificio aprendemos la historia de los grandes arquitectos de aquellos años. Y todo ello con un extraordinario aporte fotográfico que convierte a este trabajo, editado por la sociedad de La Cadiera, en punto de referencia para conocer este histórico lugar de Zaragoza que recuerda con cariño y con precisión Javier Suárez al que hay que agradecerle su esfuerzo y su empeño en documentar la dimensión humana de este hermoso paseo zaragozano de Sagasta, que antaño impresionó a los viajeros.
‘HISTORIA Y RECUERDOS DE NUESTRO PASEO MOLA’
Javier Suárez Sánchez-Ventura
Sociedad La Cadiera, publicación 657, Zaragoza, 2022
78 páginas
