El Periódico de Aragón

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Reseña

Los libros aragoneses de Domingo Buesa: La magia en un recetario

El cocinero Joan Rosell propone un conjunto de recetas en un curioso libro que recorre el espacio donde se encuentran la magia y la cocina

El cocinero Joan Rosell, junto a dos de sus libros (a la derecha, '33 recetas mágicas')

Cuando lees que Pedro Subijana escribe que cocinar es un acto de magia, de arte y de alquimia, cobra sentido todo ese conjunto de recetas que nos propone el cocinero zaragozano Joan Rosell, en un curioso libro que prologa el citado maestro Subijana y enriquece las magníficas ilustraciones que hace la polifacética Marta Fontana, proponiéndonos una lectura de ideogramas ciertamente sugerente como presentación de las 33 recetas del libro, número que es símbolo de la edad de Cristo o de los grados de la masonería.

Para entremés del libro de cocina se nos ofrece un recorrido por el espacio donde se encuentran la magia y la cocina, donde los cocineros y los magos no cuentan nunca sus preciados secretos, aunque saben que todos ellos están en la naturaleza, donde nacen los ingredientes mágicos. Y para comenzar el maestro Rosell nos hace descubrir un ejercicio para que descubramos nuestro número secreto, el color, la planta mágica y la piedra, a la que debemos cargar en agua de manantial y sal durante una noche.

Ya está el lector preparado para adentrarse en el recetario donde se le explica unas recetas con sus valores refrescantes, vigorizantes, tranquilizadores o no sé qué. Con sus ingredientes y con el modo de elaborarlas en medio de rituales mágicos que culminarán con el vino que deberá acompañarla, cosa no menos importante para conseguir los efectos mágicos. Entre receta y receta se van asomando conjuros tradicionales que nos reafirman el poder que tienen los rayos de la luna. Joan Rosell, cocinero en Zaragoza antaño, ahora en las Cinco Villas y mañana donde el poder del Sol Invictus le lleve, ha hecho un recetario precioso, utilísimo y además construido con una investigación seria y muy profesional, editado con mucha elegancia por Prames.

La torrija española con canela e hidromiel, el pan suave de artemisa, el arroz con avellanas, las perdices con ajo negro, la mantequilla de valeriana, el vino de ortigas, o el crespillo de borraja con su flor y su miel, les están esperando. El viaje merece la pena. Como me anunció mi amiga Teresa de Doce Robles, no se arrepentirán de traspasar la puerta de la cocina y acabar guisando en la marmita de la bruja de la mano del gran y divertido Joan Rosell.

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