El Periódico de Aragón

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Adaptación al tebeo de la novela homónima de Javier Lázaro

Un cómic de terror con Gallocanta de fondo

Acrótera Ediciones publica 'El legado de Duncan', con ilustraciones de Moratha y textos de Sonia Górriz y Jesús Franco

Una de las viñetas del cómic 'El legado de Duncan'. Acrótera Ediciones

¿Qué tienen que ver unas brujas escocesas y la Laguna de Gallocanta? Esa fue la incógnita que el escritor aragonés Javier Lázaro logró despejar en 2016, cuando publicó su novela de ficción 'El legado de Duncan'. Ahora, Acrótera Ediciones recupera su historia con un cómic homónimo, con adaptaciones del texto a cargo de Jesús Franco y Sonia Górriz e ilustraciones del darocense Moratha.

Una aventura que sale un poco de lo que la editorial turolense nos tiene acostumbrados -sus publicaciones suelen ser más históricas que ficticias-, pero que cuenta con todos los ingredientes necesarios para triunfar como lo está haciendo. "La mayor parte de la historia sucede en nuestro territorio, en la Laguna de Gallocanta, y pese a que es ficción tiene una parte histórica", explica Jesús Franco, guionista y director de Acrótera. Así pues, la editorial afincada en Caminreal (Teruel) no renuncia a su esencia, que no es otra que "hacer territorio". "El cómic reivindica la laguna, sus localidades y su fauna, especialmente la grulla, tan característica de esta zona. Todo eso está presente en la historia", afirma Franco.

El proyecto, sin embargo, nació del interés del propio Lázaro en llevar su relato al cómic, transmitido a Moratha incluso antes de ser publicado por primera vez. "(Javier Lázaro) escribió el libro y me dijo que, a la vez que la escribía, la veía muy de cómic", cuenta el ilustrador darocense, quien asegura que, en primera instancia, su reacción al recibir la novela fue de sorpresa: "Me sorprendió muchísimo porque la novela hablaba de brujería, de terror, y mi estilo siempre había sido más histórico y de humor. Una vez la leí, la vi muy adaptable al cómic, pero sabía que iba a suponer un esfuerzo para mí".

Una de las viñetas de 'El legado de Duncan'. Acrótera Ediciones

Con todo, el dibujante se vio capaz de responder a la confianza del escritor aragonés y se puso manos a la obra. Tras crear los primeros bocetos, se puso en contacto con los responsables de Acrótera, con los que ya había trabajado en más de una ocasión. "Estábamos trabajando con Moratha en otro tipo de publicaciones y en un momento dado nos habla de esta posibilidad. Tanto a Sonia (Górriz) como a mí nos pareció que encajaba en nuestra línea editorial", recuerda Jesús Franco.

Un trabajo de "dos más dos más dos"

Así, una vez decidida su publicación, Sonia Górriz y Jesús Franco empezaron a desbrozar la novela original. Górriz, por un lado, se encargó de destripar a fondo el libro, a conciencia, intentando meterse en la mente de Javier Lázaro. Un trabajo difícil, teniendo en cuenta que era su primera vez como guionista. "Lo más complicado quizá sea adaptar el lenguaje, pero me lo he pasado muy bien. Además, como estaba Jesús (Franco) echándome una mano, ha sido muy divertido", admite la guionista. Jesús Franco, por su parte, fue el encargado de los diálogos. "Soy lector habitual de cómics y este es el séptimo u octavo que guionizo, por lo que de esa parte me he encargado yo", señala.

De esta forma, el trabajo ya no era de tres, sino que se convirtió en una labor de "dos más dos más dos", como el propio Franco la define. "La primera parte fue la de Sonia con Javier Lázaro, que sabía de la existencia del cómic pero no participó, por lo que ella tuvo que meterse en su cabeza para entender el porqué ocurrían ciertas cosas -expone el director de Acrótera-. Luego, la segunda parte se desarrolló entre Sonia y yo, introduciendo los diálogos. Y el tercer 'dos' fue el de Moratha conmigo. No ha sido un trabajo de tres, sino que formamos una especie de parejas hasta llegar al producto final". "Le mandábamos a Moratha lo que queríamos contar, él hacía unos dibujos y luego adaptábamos los diálogos", rememora Górriz.

De izquierda a derecha: Jesús Franco, Moratha, Sonia Górriz y Javier Lázaro.

En esa última parte, Moratha reconoce que lo más difícil fue adaptarse al nuevo tipo de dibujo. "Algunas viñetas las he tenido que rehacer más de cinco veces. Son todas en una escala de grises, pero tienen que tener la fuerza que tú quieres", comenta el darocense. Y prosigue: "Una vez terminado el tebeo, tuve que cambiarle las caras a todos los personajes porque eran demasiado amables para la dureza de las escenas".

Apostar por el territorio

En cualquier caso, los tres autores se muestran muy satisfechos con el resultado. Una satisfacción con la que concuerda el autor de la novela original. "Siempre ha estado muy abierto y creo que está muy contento con el cómic. Hay viñetas que no salen en la novela, pero, para que se entendiesen, había que meterlas. En ese sentido no ha habido problemas", subraya Górriz. "Hay personajes o pequeñas tramas de la novela que no aparecen. Y al contrario, hay situaciones que no aparecen como tal en la novela. Por ejemplo, los finales tienen elementos comunes pero no son iguales", apunta Franco en esa línea.

Ahora, la editorial ya mira a un futuro en el que seguirá reivindicando el patrimonio del entorno. Un entorno que, como el propio director reconoce, "lo podemos abrir mucho". Así, desde esta pequeña empresa turolense han nacido publicaciones que hablan de los castillos de Mora de Rubielos o Montearagón, por citar algunos ejemplos. Un trabajo de fondo que sin duda ofrece una gran ayuda para unos territorios en muchas ocasiones denostados, y que Acrótera demuestra que puede hacerse desde Escocia o desde Caminreal, con realidad o ficción, pero siempre con el mismo fin: apostar por Aragón.

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