Arte

El Visor de Chus Tudelilla: Otto Wunderlich de paso por Aragón

Su archivo conserva fotografías de Tarazona, Vera del Moncayo, Monasterio de Veruela, Teruel, Daroca, Calatayud, pueblos y montañas del Pirineo, etc.

Imagen de Calatayud, por Otto Wunderlich.

Imagen de Calatayud, por Otto Wunderlich.

Chus Tudelilla

Chus Tudelilla

En 1953, la Dirección General de Turismo informó a Otto Wunderlich (Stuttgart, 1887-Madrid, 1985) de que no le comprarían más copias fotográficas. Wunderlich no ocultó su malestar pues, no en vano, como escribió en la carta de respuesta del 30 de junio, había sido «uno de los colaboradores más antiguos para la propaganda de turismo en España desde su comienzo como Comisaría Regia de Turismo»; y, por supuesto, se mostró contrario a la propuesta de vender los clichés para su explotación mediante tiradas de copias en otros laboratorios. Una decisión, estaba convencido, que compartirían la mayoría de quienes habían suministrado regularmente fotografías a la Dirección de Turismo.

En su carta, Wunderlich aporta además una serie de datos que pueden ayudar a conocer su trayectoria profesional, envuelta en sombras. Según escribió, los varios miles de clichés que integraban su archivo respondían a su exclusiva iniciativa personal, motivada por la admiración que en él suscitaba la belleza de los paisajes y monumentos de España. Hemos de entender por tanto que no recibió encargos directos para realizar las fotografías de carácter artístico, más allá de que fueran adquiridas por organismos turísticos y revistas ilustradas, a diferencia de los reportajes de carácter industrial en los que siempre medió contrato de trabajo. De lo que podemos deducir que Wunderlich no se dedicó profesionalmente a la fotografía o, al menos, que supo compatibilizarla con otros trabajos.

De familia acomodada, nada se sabe de su formación como fotógrafo, aunque todo parece indicar que fue resultado de su amplia cultural visual, adquirida durante innumerables viajes y visitas a museos. En 1913, Wunderlich llegó a España para trabajar en las oficinas centrales en Madrid de la empresa Sociedad Minera El Guindo en la cuenca de La Carolina en Jaén, que en 1920 se transformó en la Compañía minero-metalúrgica Los Guindos, con importante capital alemán. El año de su llegada coincidió con la constitución de la Sociedad Peñalara. Los Doce Amigos, germen de la Agrupación de Alpinistas Peñalara abierta desde 1915 a quienes desearan asociarse.

En el Archivo de Wunderlich –que puede consultarse en la web de la fototeca del Instituto del Patrimonio Cultural de España, donde fue depositado tras su adquisición en 2008–, se conserva una secuencia de fotografías fechadas en verano de 1915 en las que Wunderlich aparece junto a un grupo de amigos en el albergue de los alemanes, construido en plena Sierra de Madrid, refugio durante años de innumerables aficionados al camping y a la vida en la montaña, como se lee en el pie de la fotografía que, junto a otras también de Wunderlich, ilustra la crónica de Antonio Victori sobre la Sierra y las diferentes asociaciones montañeras, en el número 690 de 'La Esfera' (26 marzo, 1927).

Por ser conocedores de la experiencia estética y científica que procuraba la visión moderna del paisaje, Wunderlich y sus amigos alemanes en España no dudaron en integrarse en Peñalara y participar activamente en sus iniciativas: excursiones, conferencias y exposiciones de fotografía porque, como escribió Francisco Andrada en diferentes artículos para la revista Peñalara, la máquina fotográfica era la compañera inseparable del alpinista; no concebía una excursión en que no se llevase algún aparato aunque afortunadamente, pudo constatar, son escasas las que se realizaban sin cámara, grande unas veces, las más de modelos plegables, y algunas de reducidas dimensiones que cabían en el bolsillo del chaleco.

Daroca.

Daroca.

En opinión de Andrada, el aficionado a la fotografía que iba a la montaña a hacer arte era más exigente que el alpinista, y mientras que este solo deseaba obtener buenos documentos fotográficos y recuerdos de la excursión, aquel no se contentaba y buscaba un bello asunto, composición y sentimiento artístico. Ese fue el propósito de Wunderlich, cuyas fotografías figuraron en salones de fotografía de montaña nacionales y alguno internacional. Y de camino a las montañas fotografió la arquitectura de pueblos y ciudades, cuyas imágenes reclamaron las revistas ilustradas más destacadas del momento, como 'Estampa', 'La Esfera', 'Blanco y Negro', 'Arquitectura'... y especialmente, las administraciones dedicadas al fomento del turismo nacional y exterior: la Comisaría Regia de Turismo (1911-1928), el Patronato Nacional de Turismo (1928-1936) y la Dirección General de Turismo, con destino a sus numerosas publicaciones.

Cuatro viajes por Aragón

Fueron años de prosperidad y alegrías. En 1928, Otto Wunderlich contrajo matrimonio con Margarita Wellaner y en noviembre nació Rodolfo, su único hijo. Queda pendiente la investigación de su trayectoria, pero intuyo que no dejó de trabajar en la empresa de Los Guindos mientras recorría España.

Graus.

Graus.

De los cuatro viajes que se estima realizó por Aragón, en 1918, 1919, 1929 y 1930, su archivo conserva fotografías de Tarazona, Vera del Moncayo, Monasterio de Veruela, Teruel, Daroca, Calatayud, pueblos y montañas del Pirineo, Zaragoza, Albarracín, Alhama, Nuévalos o el Monasterio de Piedra... Muchas de ellas se publicaron en revistas, guías y libros, como el dedicado al Parque Nacional de Ordesa que la Comisaría de Parques Nacionales editó en 1935, con fotografías de Wunderlich y algunos de los fotógrafos conocidos como el Grupo de maestros de Peñalara. En sus fotografías, Wunderlich buscó dar expresión artística al nuevo modo de ver y entender el paisaje a través de la confluencia de los valores patrimoniales que definen y aportan identidad al territorio. Una visión moderna que contribuyó a considerar la necesaria relación que debía existir entre las diferentes disciplinas de la cultura y de la ciencia para una mejor comprensión del paisaje natural y urbano.

El registro fotográfico cambió radicalmente a partir de 1936. Las vistas de montañas y monumentos ceden ante el saludo de quienes huyendo de un país en guerra alzan al unísono su brazo en el barco que les devuelve a Alemania al grito de '¡Heil Hitler!' En mayo de 1938, Otto Wunderlich recibió un telegrama postal del Cuartel General del Generalísimo Estado Mayor en Burgos que daba respuesta a su petición de abril: no era posible contratar sus servicios como fotógrafo e intérprete. Pese a la negativa, dejó su trabajo en el centro experimental de aviación y regresó a España donde, al parecer, pudo incorporarse a una de las empresas del conglomerado Sofindus que dirigía Bernhardt, al tiempo que realizaba reportajes de los diferentes actos del Partido Nacional Socialista en España. Como representante de la agencia P. Wehr de Berlín obtuvo el permiso de la Delegación Nacional de Prensa para circular libremente por el país y fotografiar y filmar en todo el territorio nacional. En la tarjeta del permiso de trabajo del 2 de marzo de 1951, Otto Wunderlich figura como fotógrafo por cuenta propia.

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