RESEÑA LITERARIA

Crítica de Javier Lahoz de 'Animales heridos': Cuenta conmigo

Elisenda Roca, con su libro, 'Animales heridos'.

Elisenda Roca, con su libro, 'Animales heridos'. / EL PERIÓDICO

Javier Lahoz

Son varios los personajes que aparecen en el arranque de estas páginas provocando un pequeño desconcierto. De repente la acción se pone en marcha y la conexión entre todos esos nombres va surgiendo poco a poco, sin ningún problema para que el lector los identifique a la primera de cambio. Cada uno tiene reservado su sitio, y cada uno es pieza importante del camino que van a transitar en conjunto. Son distintos los escenarios en los que se ubican, dado su momento presente, pero la vida les reserva sorpresas que saben a encuentros inesperados y a la recuperación de un pasado lejano no exento de misterios y de palabras perdidas. El hoy sólo tiene explicación cuando se conoce lo sucedido en el ayer y se diseña la seguridad del mañana. Y las historias inconclusas, esas que agotan por lo que encierran de incertidumbre, merecen un desenlace que serene a quienes viven con un interrogante que reluce sobre sus cabezas.

Es una escritura que sabe a cuento clásico, de los que invitan a cerrar los ojos y a soñar aun a sabiendas de que las pesadillas pueden irrumpir en cualquier momento. Existe un hombre del que se dice que habla con los árboles, existen leyendas y fábulas que comparten los más mayores con los más pequeños, existe un ogro que no se detiene en su maldad, existen un niño y una niña ávidos de curiosidad y existe una protagonista llamada Nora, que parece la reencarnación de una muñeca porque, en homenaje a su mítica tocaya, también posee el arrojo de dar un portazo a las faltas de respeto y de consideración, y de plantar cara a quienes las causan. Existe, por supuesto, una casa que se adivina mágica, con arcones y con secretos, con jardines y con bosques, con presencias y con ausencias, con susurros y con silencios.

Sensibilidad y emoción

A Ana, una señora ya con cierta edad y delicada de salud, le dejan en herencia la mencionada casa. Sus hijas desconocen cuál es el vínculo de su madre con ese generoso señor que acaba de fallecer y que podría incluso ser el protagonista de uno de esos relatos que circulan por tradición popular y que se suelen escenificar en divertidas noches compartidas alrededor de una hoguera. Alguien que no pasa inadvertido para nadie, con propensión a la soledad y que jamás se ha caracterizado por su buen carácter. Quienes rodean a Ana, quienes la cuidan, saben que hay que darse prisa por recuperar el patrimonio emocional que guarda su memoria antes de que esta falle por completo y el olvido definitivo se imponga. Los recuerdos se agolpan y hay cartas que los testifican. La sensibilidad cobra fuerza y la emoción pone las cosas en su sitio. Los diálogos son contundentes. Las miradas son serenas. Las palabras son certeras. Las esperas son necesarias. Las incógnitas son abundantes. La narración es deliciosa.

Cervan y Daniel son otras dos magníficas creaciones. El primero es el médico de Ana cuya incondicional entrega transmite mucho más. El segundo podría ser el príncipe legendario que se ha quedado sin princesa y que permanece atrapado en una cierta melancolía de la que no parece fácil desprenderse. También Alicia, otro de esos eslabones que ayudan a que la cadena del amor se mantenga intacta, sin fisuras. Y por supuesto, además del grupo compacto que forman quienes se añaden a la aventura de revivir aquella razón del existir, como reza el bolero, los perros suponen otra gran compañía. Es horrible escuchar cómo fueron también en su momento 'Animales heridos', título que juega con el doble sentido para referirse a unos y a otros, porque apenas nadie se salva de experiencias dolorosas que se han quedado alojadas en su interior. Esta novela pone de manifiesto la fragilidad que se hace pedazos cuando un elemento nuevo distorsiona lo que creíamos firme, y a su vez la dureza que puede llegar a contener esa fragilidad. Esta novela de Elisenda Roca, autora que ya tiene en su haber unas cuantas obras dirigidas especialmente al público infantil y juvenil, ha sido publicada por la editorial Planeta.

Una vez que esta novela ha llegado al final, sus personajes se quedan. Tal vez el secreto estribe en que no buscan su felicidad tanto como la felicidad de los suyos. Ni siquiera el ogro es una amenaza seria cuando las personas establecen alianzas que sellan con amor y lealtad. Es entonces cuando la verdad aflora y se aprende a empezar de nuevo. Y esa será otra historia.

‘ANIMALES HERIDOS’

Elisenda Roca    

Planeta

240 páginas

19,9 euros