277 ANIVERSARIO DEL NACIMIENTO DEL ARTISTA

La Lonja descubre la Zaragoza de Goya con una exposición sobre su etapa joven

La muestra, que incluye obras del pintor nunca vistas en la capital aragonesa, se inaugura el jueves

Daniel Monserrat

Daniel Monserrat

Reivindicar los 29 primeros años de Goya en Zaragoza porque cuando «él se va a Madrid en 1775 es un hombre ya formado como artista y como persona y, por lo tanto, su deuda con Zaragoza es notable». De hecho, «él siempre hace referencia a la ciudad, la llama su patria, tiene una especial sintonía con esta ciudad». Domingo Buesa desvela de esta forma el objetivo de la exposición 'Yo soy Goya. La Zaragoza que viví (1746-1775)' que se inaugura el próximo jueves, 30 de marzo (en el 277 aniversario del nacimiento del de Fuendetodos) y que, organizada por el Ayuntamiento de Zaragoza, la Fundación Ibercaja y la Real Academia de Bellas Artes de San Luis, él comisaría.

«Hemos querido trabajar en recuperar ese Goya, esos primeros 29 años de su vida y no solo él sino también queremos relatar la ciudad en la que vive el pintor», explica Buesa, que va más allá para centrar del todo la muestra: «No es una exposición de cuadros de Goya o de obra de Goya sino que es una exposición que intenta mostrar cómo vive en Zaragoza».

'Retrato de María Teresa de Vallabriga a caballo'

Eso no implica que entre las más de 50 obras que se van a poder ver en la exposición no haya auténticas joyas como el 'Retrato de María Teresa de Vallabriga a caballo', cedido por la Galleria degli Uffizi de Florencia y que ya está colgado en la Lonja desde el miércoles de esta semana. «Es la obra más importante de la muestra –señala Buesa– y es excepcional porque podríamos decir, además, que la infanta vuelve a casa, no olvidemos que ella ha nacido en Zaragoza y está enterrada en la cripta del Pilar, está muy vinculada a la ciudad». Pero no será la única obra que nunca se ha expuesto en Zaragoza hasta ahora ya que otro aspecto muy importante en Goya es la figura de su mujer, Josefa Bayeu. «Podemos decir que también vuelve a la ciudad en que nació con un dibujo que le hizo su marido, el único que deja de su mujer».

Además, Buesa tampoco quiere dejar de resaltar «el retrato de Goya con la gorra que marca el final de su vida que me parece impresionante y que es una aportación que viene del Museo del Prado». Se trata del último autorretrato del pintor de Fuendetodos que forma parte de la lista de piezas que nunca se han expuesto hasta ahora en Aragón.

Muestra concebida desde la didáctica

La exposición está concebida con una carga didáctica notable, «quien quiera ver solo obras de Goya que no venga. Aquí tiene que venir la gente que quiera aprender sobre Goya, recuperarlo como ser humano, como un zaragozano y un aragonés más de aquel momento y desde su realidad personal. Aquí no es el gran pintor de la corte sino que es el hombre que se tiene que buscar la vida y que tiene que sacar adelante a su familia», reivindica Buesa. De hecho, en la exposición se sitúan las nueve casas que en las que residió el genio de Fuendetodos en la capital aragonesa, de algunas de ellas se reproduce hasta el plano de la misma fielmente.

"Cuando él se va a Madrid en 1775 es un hombre ya formado como artista y como persona"

'Yo soy Goya', además, esconde pequeñas sorpresas que implican a artistas contemporáneos: «Como lo único que nos guía es acercar el Goya de Zaragoza a la gente de aquí pensamos que sería una buena idea incorporar a artistas contemporáneos, que funcionaran haciendo la escenografía de la exposición, lo que le da un valor muy notable. De esta manera, tenemos una magnífica reconstrucción de la tahona de Mariquita en la que Goya cantaba para sacar dinero, y Fernando Alvira ha hecho una reconstrucción magistral en un óleo de 12 metros cuadrados».

No ha sido el único ya que Pepe Cerdá ha reproducido la vista que tenía Goya desde la cocina de Fuendetodos del artista (que se ha recreado) y Ricardo Lamenca ha pintado la vista que tendría de Zaragoza desde su estudio. «También varios ceramistas de Muel aportan sus obras y colaboran en darle ese toque de modernidad a la exposición», explica Buesa.

La muestra también le reserva un «guiño al sentido de la modernidad de Francisco de Goya que seguro que le gustaría. Se trata de incorporar elementos de las nueva tecnologías más revolucionarias para recuperar la figura de Goya… pero eso lo guardamos, de momento en secreto», revela el comisario de la muestra antes de concluir con una reflexión: «Goya cuando se va ya tiene claro quién es. Gonzalo Borrás decía en una conferencia que si a los 29 años tuviera que aprender el oficio nunca hubiera llegado a ser un gran pintor». 

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