ENTREVISTA |

Julia Navarro (autora de 'Una historia compartida'): «Somos lo que comemos, pero también somos lo que leemos»

La exitosa escritora y periodista presentó esta semana su debut en el ensayo en Zaragoza

La escritora Julia Navarro, delante de la Biblioteca Nacional de Madrid

La escritora Julia Navarro, delante de la Biblioteca Nacional de Madrid / Juan Manuel Fernández

Álvaro Jordán

Álvaro Jordán

Con ocho novelas a la espalda, Julia Navarro ha publicado su libro más personal hasta la fecha: 'Una historia compartida'. La autora se ha atrevido a dar una vuelta de 180 grados a su género y estilo con un ensayo que invita a contar la historia de la humanidad desde «un lugar común alejado de la supremacía masculina, que ha omitido a tantas mujeres». La escritora detalla que sería injusto silenciar también a los hombres, puesto que «no se entiende a Cleopatra sin César ni Marco Antonio o a Frida Kahlo sin Diego Rivera. Este es un encuentro con esas mujeres, pero sin olvidar el papel de los hombres que estuvieron con ellas, para bien o para mal». Una historia con ellos, sin ellos, por ellos y frente a ellos. 

¿Qué sensaciones le despierta la recepción de sus lectores ante este cambio de género?

Me resulta gratificante y primordial entrar en contacto con mis lectores y escuchar sus puntos de vista, es algo de lo que siempre aprendo. 

¿Le ha sido complicado pasar de la ficción de la novela a escribir sobre el mundo real?

No, en absoluto. Antes de ser escritora fui periodista, así que en mi caso puedo navegar entre ambos mundos. 

¿Cómo surgió el nacimiento de este ensayo?

Este libro lo escribí en la pandemia, aislada como el resto de la gente. Ese encierro me generó un afán por moverme, que provocó que acelerase la creación de mi última novela 'De ninguna parte' y comenzase el proceso de lo que será mi siguiente obra. Pero de lo que me di cuenta al estar conmigo y mis pensamientos fue que necesitaba hacer un alto en el camino, una reflexión personal y un viaje interior para encontrarme conmigo misma. De esa inquietud surge 'Una historia compartida'.

 Una historia contada tanto a través de los hombres como de las mujeres. 

En este libro he querido plantear a mujeres que me han impactado e interesado en mis viajes por la lectura, pero también a través de los hombres que estuvieron con ellas. Creo que la historia que nos han contado, que hemos leído, es una historia incompleta, escrita desde la perspectiva de los hombres. En ese camino, han omitido a muchas mujeres que han destacado en todas las materias académicas. Para mí, una historia no está completa si no es una historia de todos: una historia compartida.

Entre esas mujeres, usted destaca la figura de la periodista Oriana Fallaci. 

Su biografía me fascinó, ya que estamos hablando de la periodista más importante del siglo XX. Su situación fue una gran suerte, porque tuvo la oportunidad de entrevistar a las grandes figuras del siglo. Siempre estaba donde debía estar, donde se encontraba la noticia ya fuera buena o mala. En mi caso, lo que hago es un pequeño guiño con mi trayectoria como periodista. Yo no tuve esas entrevistas con la historia pero tuve la suerte de poder ser testigo de una parte de nuestra historia reciente, que fue la Transición. Yo busco reflexionar sobre el papel de las mujeres en las últimas décadas. No hemos alcanzado la igualdad plena pero algunas cosas han cambiado, evidentemente.

¿Cómo fue vivir la Transición democrática desde la primera fila?

Cuando yo empecé a trabajar de periodista, las mujeres teníamos unos cuantos 'handicaps'. A veces era difícil que los políticos nos concedieran entrevistas y por eso nacieron 'Los desayunos del Ritz', de la unión de cinco mujeres periodistas para poder entrevistar a todo aquel que, en ese momento en nuestro país, tuviese algo que decir.

¿Y qué le parece la figura actual de la mujer en el periodismo?

Afortunadamente, las cosas han cambiado mucho. La presencia de la mujer está en todas las actividades de la sociedad, por lo que significa que hemos ido abriendo puertas. Falta un techo de cristal por romper, eso sí. Y es que lleguemos a la sala de mando en todos los ambientes laborales. Por ejemplo, los dirigentes de una planta de hospital suelen ser hombres. Y en el caso del ámbito de la justicia y la ley, cada vez hay más mujeres pero los altos cargos siguen siendo mayoritariamente hombres. 

¿Qué lección se lleva después de este ‘viaje’ interior? 

 Que leer, en definitiva, es abrir una puerta a la reflexión, al conocimiento y al encuentro con otros. Siempre dicen que somos lo que comemos, pero yo creo que también somos lo que leemos. 

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