ARTE

El Visor de Chus Tudelilla: António Passaporte fotografía Aragón para Casa Loty

Fue el único fotógrafo de la firma desde que fue contratado en 1926 hasta 1936, cuando el inicio de la guerra civil supuso el final de la empresa

Cascada de los Fresnos en el Monasterio de Piedra.

Cascada de los Fresnos en el Monasterio de Piedra. / ANTÓNIO PASSAPORTE

Chus Tudelilla

Chus Tudelilla

La firma Loty en las fotografías de António Passaporte (Évora, 1901-Lisboa, 1983) dio origen a la creencia de que se trataba de un seudónimo, cuando en realidad era el acrónimo de la primera y última sílaba de los apellidos de quienes en 1925 habían fundado Casa Loty: Concepción López (Madrid, 1901-1981) y Charles Alberty (Besançon, 1885-¿?). Passaporte fue el único fotógrafo de la firma desde que fue contratado en 1926 hasta 1936, cuando el inicio de la guerra civil supuso el final de la empresa. En los fragmentos de sus memorias inéditas, que diferentes estudiosos han recuperado, Passaporte escribió sobre los años de estancia en España adonde llegó en 1923 siguiendo a su hermano Bernardo, por cuya mediación dejó su primer trabajo en los laboratorios cinematográficos Madrid-Films para incorporarse a la firma El Papel Fotográfico Industrial de Charles Alberty&Cia, representante de papeles fotográficos y fabricante de papeles heliográficos. Todo eran ventajas en el cambio de trabajo: mayor sueldo, porcentaje de los cobros y ventas, y un pase kilométrico para hacer lo que más le entusiasmaba: viajar. Muy pronto, Passaporte compatibilizó la actividad de viajante con el encargo de fotografiar las ciudades y pueblos que encontraba en su ruta, así como los monumentos más singulares, tipos y costumbres de cada lugar, con destino al archivo de fotografías que Colecciones Loty tenía el propósito de ofrecer a la creciente demanda de imágenes de instituciones y publicaciones.

Entrada principal del Monasterio de Piedra.

Entrada principal del Monasterio de Piedra. / ANTÓNIO PASSAPORTE

Según recuerda Passaporte, Charles Alberty compró una cámara ICA de 10 x 15, y le inició en la fotografía turística. António Passaporte, hijo de un reconocido fotógrafo de Évora, aprendió rápido y la calidad de sus imágenes posibilitaron que la firma Loty obtuviera permiso de Patrimonio Real en 1927 para fotografiar los Reales Sitios, que sus fotografías se publicaran en revistas y folletos editados por el Patronato Nacional de Turismo y consiguieran premios en certámenes nacionales e internacionales. Todo iba bien hasta que estalló la guerra. Charles Alberty salió de España y su rastro se pierde para siempre; Concepción López, su mujer, le buscó en Bruselas y al no encontrarlo regresó sola a Madrid. Y António Passaporte se afilió a UGT, participó en los Comités de Abastos de Madrid antes de unirse como reportero a las Brigadas Internacionales hasta que los problemas de salud le obligaron a concentrar su labor en el boletín del Ejército Popular, Transmisiones.

'Zaragoza 1930. La ciudad en la fotografía de Loty'

Al final de la guerra, Passaporte declinó trabajar con la editora Casa Arribas de Zaragoza y regresó a Évora. En Madrid quedó Concepción López y López, doña Concha, la cajera de la Papelería Hispania en la calle San Bernardo, propiedad del hijo de una prima, donde se guardaban las 123 placas de Colecciones Loty que el Ministerio de Cultura compró en 2009, enriqueciendo así el fondo de más de 7.000 imágenes adquiridas en 2002 que incluían las fotografías de Aragón, la mayoría de la ciudad de Zaragoza que Isabel Argerich Fernández y Rosa Chumillas Zamora presentaron en la exposición 'Zaragoza 1930. La ciudad en la fotografía de Loty' celebrada en las salas de Bantierra, en 2015. La investigación que realizaron permitió conocer a los tres protagonistas de Colecciones Loty y descubrir a través de la mirada de Passaporte las vistas, monumentos, edificios y calles de una ciudad que recorrió en dos jornadas del mes de diciembre de 1930; sin desatender, por supuesto, el conflicto social y político que por entonces se vivía en Zaragoza como consecuencia de la sublevación de Jaca.

Antigua fachada del Monasterio de Piedra.

Antigua fachada del Monasterio de Piedra. / ANTÓNIO PASSAPORTE

Cabría la posibilidad de que Passaporte, quien siempre se desplazaba en tren, hubiera aprovechado el trayecto a Zaragoza para realizar las fotografías de Ariza, Alhama, Nuévalos, Monasterio de Piedra y Tarazona, pero la indumentaria de las personas que aparecen en las imágenes indica que corresponden a diferentes fechas. La única fotografía de Ariza, 'Tarde de toros', celebrada quizás durante las fiestas de septiembre, anima a pensar que de allí pudo visitar Alhama –de donde se conservan cinco imágenes–, y Nuévalos, para realizar el completo reportaje del Monasterio de Piedra, verdadero propósito de aquel viaje. Las fotografías que hizo de la 'carrera de pollos' que se celebra en Calatayud el día de la Concepción, permiten datar la estancia de Passaporte en la ciudad el 8 de diciembre, donde pudo permanecer varias jornadas antes de trasladarse a Zaragoza a mediados de aquel mes, en 1930. Demasiados días, en todo caso.

Objetivos de carácter turístico

Más allá de fechas, los reportajes del Monasterio de Piedra y de Calatayud encajaban con los objetivos de carácter turístico que pretendía Colecciones Loty: vistas de conjunto, arquitectura, monumentos, obras de arte, tipos y costumbres, técnicamente bien resueltas y de reconocible tono artístico para cuya comercialización la firma llegó a proyectar una iniciativa pionera que no prosperó: la creación de una asociación internacional de varias empresas, el Archivo Fotográfico Universal, SA, que facilitase el envío de imágenes desde cualquier país. No hay duda de que António Passaporte cumplía con las expectativas de Concepción López y Charles Alberty.

Entre los destinos de todos los viajes fotográficos el Monasterio de Piedra, cerca de Nuévalos, junto al nacimiento del río Piedra, ocupa lugar principal tras la reforma impulsada por Juan Federico Muntadas y su esposa Carmen Muntadas Mariñosa que convirtieron las ruinas del monasterio cisterciense, adquirido por su padre Pablo Muntadas en 1840, en un auténtico vergel en el desierto de Aragón. A Jean Laurent, autor de las primeras imágenes conservadas de Piedra, siguieron numerosos fotógrafos, entre ellos Passaporte que retrató para Loty el lago del Espejo y las cascadas Iris, Caprichosa, Trinidad, Fresnos, Baños de Diana, Niña y la Cola de Caballo con su gran Gruta, a cuyo interior podía accederse desde que en abril de 1860 se horadó la roca; una fecha señalada en la historia del monasterio que, en la actualidad, ostenta entre otras categorías el rango de Conjunto de Interés Cultural, en la categoría de jardín histórico, concedido por el Gobierno de Aragón en 2010.