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Rosario Villajos (autora de 'La educación física'): "Si no sabes respetar tu cuerpo, no sabes tratar con cariño el ajeno"

La escritora, ganadora del Premio Biblioteca Breve 2023, presentó recientemente su novela en Zaragoza

Rosario Villajos, autora de 'La educación física', en su reciente visita a Zaragoza.

Rosario Villajos, autora de 'La educación física', en su reciente visita a Zaragoza. / Jaime Galindo

Daniel Monserrat

Daniel Monserrat

Rosario Villajos ganó el Premio Biblioteca Breve con La educación física (Seix Barral), novela con la que visitó_Zaragoza recientemente. Una obra que dibuja el retrato de una adolescente, Catalina, marcada por una relación complicada con su propio cuerpo y por el rencor hacia un mundo empeñado en convertirla en culpable por el hecho de ser mujer.

 –‘La educación física’, el título ya lo dice casi todo...

–Me acordaba de la asignatura del instituto que se llamaba así y me parecía ridícula porque físicamente no te educaban, te educaban para el sprint o para el potro de tortura que era algo que odiaba. Igual que mi novela anterior se titulaba La muela y no hay muelas en ella, aquí quería poner educación física porque no la hay. La protagonista es una especie de Carrie, que tampoco conoce su cuerpo, sabe lo que es la regla, no es tan ignorante como aquel personaje, pero hay muchas cosas que no sabe.

 –¿Cuánto daño ha hecho que no se eduque a las mujeres sobre su cuerpo?

–El daño es más grande es no conocer tu propio deseo y que estemos a merced de la pornografía. De hecho, ahora ya parece que está evolucionado en la pornoviolencia, parece que están viendo eso últimamente los jóvenes, las jóvenes no lo sé... El daño más grande es no saber respetar tu propio cuerpo y no hablo solo el de la chica, si no sabes respetar el tuyo no sabes respetar el ajeno ni tratarlo con cariño. No se sabe que una relación no es como tomarse un café sino algo más profundo que tiene que ver con tratar tu cuerpo y el de la gente como algo sagrado porque no somos nada más que nuestro cuerpo. Yo no creo en el alma, somos cuerpo y si no hay cuerpo, no estamos aquí.

"Me aterra hablar del premio porque me da pudor, genera una expectativa"

 –La novela empieza que parece que va ser una historia de miedo y al final es más de valentía.

–Yo quería hacer una novela de aventuras, si hubiera sido un personaje masculino, le habrían pasado otras cosas más parecidas a lo que cuenta Catalina al principio cuando se cuelan en una urbanización con otros chavales. Pero esto era un truco porque no hablo de las aventuras que va a tener Catalina sino otras diferentes, cómo lidiar con los comentarios de los chicos, cómo cruzar un descampado a media noche... Aventuras muy alejadas de otras como La isla del tesoro o El guardián sobre el centeno donde los protagonistas son semiadolescentes. Es otro tipo de aventuras.

 –¿Quería remover conciencias?

–Quería remover la mía, yo escribo para mí, para quitarme cosas de encima. Tenía tanto rencor acumulado de aquella época, que me preguntaba por qué me caen tan mal los tíos, por qué tengo ese rencor acumulado. Yo no tenía conciencia feminista ni nada de eso, yo era la típica chica que decía que yo tenía más amigos que amigas y con el tiempo me he dado tiempo que era mentira. Quería remover mi propia conciencia, desnaturalizar algo que yo consideraba naturalizado como que alguien me pudiera tocar el culo o las tetas sin previo consentimiento. Quería desnormativizar todo eso y el feedback que me está llegando de gente que me escribe es increíble. Me dicen que ha sido como si hubiera levantado una alfombra llena de mierda que sobre todo chicas tenían olvidadas. Y algunos hombres me han dicho lo mismo, que tenían olvidadas ciertas cosas que habían hecho.

"Quería remover mi conciencia, yo escribo para mí, para quitarme cosas de encima"

 –‘La educación física’ está ambientada en los años 90, pero parece demasiado actual...

–Eso me dicen, que es una trampa porque parece una novela de los 90 pero cuando la lees, ves como todavía suceden ciertas cosas. Yo no estoy muy familiarizada con la juventud ahora y no te puedo decir que ocurra lo mismo. No sé cómo funciona ahora, si las chicas no se sienten culpables de lo que llevan o no llevan cuando se intentan sobrepasar con ellas… Algo que nosotros sí sentíamos en la época.

Rosario Villajos presentó recientemente su novela en Zaragoza.

Rosario Villajos, autora de 'La educación física', presentó recientemente su novela en Zaragoza. / Jaime Galindo

 –Denuncia que el foco muchas veces está equivocado porque los peligros no siempre son externos.

–Es que en todas las televisiones, por ejemplo, cuando pasa algo, hablan de las discotecas, de las calles… pero la estadística dice que es más probable que te viole alguien de tu entorno, el profesor, el cura de tu barrio, el padre de tu amiga,... que un extraño.

 –A lo largo del libro, el tiempo transcurre a través de unos relojes dibujados, ¿por qué?

–Lo que quería es que el lector se tomara este libro como una espera porque hacer autoestop requiere mucho tiempo, quería que nadie pensara que a Catalina la podían recoger, que la acompañaran en su espera. El reloj me ayudó a eso, a resolver esa espera de forma visual, y el reloj me ayudaba a crear esa tensión.

"Deberíamos estudiar por qué el cuerpo de la mujer de repente da tanto miedo"

 –¿Por qué escondemos el cuerpo femenino?

–La portada del libro parece una escultura griega, para la cultura clásica no existía la vulva, ahí desaparece. Anteriormente, en otro arte te vas a encontrar vulva y genitales representados muchos más grandes que la persona pero a partir del arte clásico, los genitales masculinos se reducen y los femeninos desaparecen. Es una contraposición tan grande a lo que ocurre cuando eres un adolescente... Todo el mundo te dice, «te están saliendo los pechos». No tienen ni idea de lo humillante y terrible que es decir eso. Lo intentas asimilar y solo quieres que no te lo recuerden. Los chicos no pasáis por esa presión.

 –¿Pero a qué tiene miedo la sociedad?

–Es como si el cuerpo de la mujer fuera un altavoz molesto y por eso hago una comparación con los toros. Cuando vi el vídeo musical de Malamente a Rosalía montada en una moto y un torero toreando, dije «así yo lo veo», es como que el cuerpo de una mujer les diera miedo por algo que yo no soy capaz de entender. Pero eso es cuestión de terapia y creo que, en realidad, os lo tendríais que mirar vosotros.

–¿Cree que se quiere culpabilizar el cuerpo de la mujer?

–Pero deberíamos estudiar por qué el cuerpo de la mujer de repente da tanto miedo. En Instagram censuran los pezones femeninos pero es que la Venus de Milo tiene unos pechos redondos sin pezones. Me gustaría entender porqué molesta tanto, no sé si es algo que de bonito que es, resulta doloroso.

 –¿Qué le ha supuesto ganar el Premio Biblioteca Breve con esta novela?

–No tengo ni idea, yo estoy feliz de que se haya publicado el libro y que se publique con Seix Barral es ya un premio en sí. Me aterra hablar del premio porque me da pudor, genera una expectativa como que tengo que ser como las personas que lo han ganado antes que yo. No sé si es el síndrome de la impostora, pero me aterra pensar que alguien espere a Faulkner, a Flaubert o a Elvira Lindo, pero, ¡claro que estoy contenta! H