Pedro Mañas da el salto a la novela juvenil con ‘Un lobo dentro’

Un juego inocente que se desboca hasta dejar de ser un juego. Una broma, una burla, una amenaza, un golpe o una paliza. Así empieza todo, una historia que sucede todos los días, en todas partes, de manera llamativa o sutil, a un montón de personas distintas, a veces viéndose y otras veces sin que la gente lo quiera ver. Esta es la historia sobre el 'bullying' que el escritor Pedro Mañas viene a contar en su libro 'Un lobo dentro', que ha presentado esta tarde en el Ámbito Cultural de El Corte Inglés de Zaragoza.

La obra busca mostrar el potencial que tiene cualquier persona para convertirse en un monstruo, un Lobo, después de sufrir acoso. Una cicatriz que, como ha detallado Mañas, «se cura, pero que no desaparece y sigue ahí». Uno de los mantras de la historia es que «si una persona no puede dejar de sentir miedo, será quien lo infunda», y se representa a través del protagonista Jacob. Quien tras haber sido víctima del 'bullying' durante su infancia acaba cambiando las tornas en ese ciclo para convertirse en el nuevo abusón, un monstruo que teme que ese terror social y psicológico vuelva a ocurrir. 

La obra lleva dos meses en el mercado, y aunque apunta a ser una novela juvenil, al autor le ha sorprendido la cantidad de reseñas provenientes de gente adulta: «Todos hemos atravesado el proceso del acoso escolar. Si no es como víctimas, ha sido como acosadores, cómplices o testigos. Ese efecto ha hecho que los lectores hagan una retrospección y se hayan dado cuenta de que no siempre fueron los buenos». Para Mañas, ese ha sido un sentimiento que le ha calado hondo. Como ha clarificado, «todos podemos ser monstruos. De la misma forma en que 'El principito' reconecta con nuestra infancia, este libro busca reconectar con nuestra adolescencia». 

Miedo a ser diferente

El miedo a ser diferente, a no encajar, es un tema que ya ha aparecido previamente en la literatura infantil del autor, representada con toques de humor. Sin embargo, Mañas ha considerado necesaria una novela de este tipo, una obra propia dirigida a un público más maduro y con un tono más serio y oscuro. Un trabajo para el que el escritor ha tenido que bucear en su propio pasado, una experiencia «dura pero bonita al mismo tiempo». 

Este «salto de edad» de la novela infantil a la juvenil ha supuesto tanto beneficios como perjuicios para Mañas: «Por una parte, este libro me ha dado la libertad de detenerme en elementos como las atmósferas o las descripciones psicológicas de los personajes. Pero, por otra parte, al ser tan liberador me generaba una sensación de caminar en el vacío. Estaba forzado a desarrollar nuevos recursos, nuevas técnicas y una nueva voz. Ha sido todo un desafío, para lo bueno y para lo malo». 

Pero, ¿se nace o se hace ese lobo interior? Según Mañas, «todos tenemos cualidades para ser lobos buenos o malos, depende de las circunstancias. Pero, al mismo tiempo, creo que todos tenemos una posibilidad de redención, de darnos cuenta de que una relación sana no se crea a través del abuso de poder». «Aunque para los adultos el ámbito escolar pueda parecer una península, para los niños y adolescentes es todo un mundo, que puede marcar su adolescencia para bien o para mal», continúa. 

Junto al acoso escolar, la novela incluye otros temas actuales como la transfobia, a través del personaje de Gabi, quien a pesar de las burlas se siente completamente a gusto en su piel, sin miedo a represalias. A través del personaje, a Mañas le ha gustado pensar que «en los institutos la transexualidad está pasando de ser un tema relacionado con el sufrimiento a un reflejo de la tolerancia y la diversidad». Aunque la novela busca esa concienciación contra el acoso, el filólogo ha considerado que debe haber un equilibrio, marcado por la bondad y por la ferocidad de un Lobo: saber decir que no y tener confianza en nosotros mismos.

Dentro de los próximos proyectos del autor, quien ha considerado que la escritura es un modo de ponerse en paz con el niño y adolescente que fue, destacan entregas de corte infantil y adulto: «Cuando disponga de tiempo libre para respirar, empezaré a abrir el melón de esos proyectos. Ahora me resulta imposible».