ESTE FIN DE SEMANA ACTÚA EN EL TEATRO DEL MERCADO

Helena Millán, 28 años entre hilos, varillas y guiñoles

La zaragozana es una de las maestras titiriteras más importantes del país

Helena Millán, hoy en el Teatro del Mercado, antes de estrenar su nueva producción, ‘La pizarra perdida de Einstein’.

Helena Millán, hoy en el Teatro del Mercado, antes de estrenar su nueva producción, ‘La pizarra perdida de Einstein’. / Andreea Vornicu

Álvaro Jordán

Álvaro Jordán

Antes de cada espectáculo teatral, los artistas siempre sufren esos pequeños momentos de nervios. Pero no se trata de algo peyorativo, sino de una adrenalina que hay que abrazar para dar vida tanto a la obra como a sus personajes, nunca mejor dicho en este caso. Porque las figuras y marionetas de 'La pizarra perdida de Einstein' están más vivas que nunca gracias a la fuerza de los hilos, las varillas y los guiñoles que dirige la titiritera zaragozana Helena Millán.

La obra, que se realiza por el centenario de la visita de Albert Einstein en Zaragoza, se ha estrenado esta tarde y estará disponible en el Teatro del Mercado tanto el sábado como el domingo a las 19.00 horas. La función hace un recorrido por la vida del científico, donde recoge aspectos de su persona y sus logros. Para Millán, que ya dio forma y vida a Santiago Ramón y Cajal en su obra 'Cajal, el rey de los nervios', resulta «muy grato volver a tener en escena a otro gran científico».

La aragonesa se encuentra muy agradecida tanto a la Universidad de Zaragoza por la oportunidad que se le ha brindado, como a todo su equipo de trabajo. Y es que tantos años de esfuerzo acaban dando sus frutos. Unos frutos que la actriz ya buscaba germinar desde pequeña: «Empecé en este gremio por una combinación de inquietudes. Yo desde siempre quería actuar, modelar y también hacer uso de la cerámica. Y fue cuando vi que el mundo de los títeres englobaba casi todos esos aspectos. Por otro lado, yo soy maestra de infantil, entonces de por sí me gustaba proyectarme hacia la gente». 

Para Millán, este oficio es «otra forma de contactar con la gente y, sobre todo, comunicar lo que tú quieras comunicar, sea a niños o mayores». El proceso de construcción de cada títere es como una pequeña cocina, donde la artista va materializando poco a poco a cada uno de sus personajes, tras un largo proceso de documentación. Son muchas las posibilidades. Unas veces ella talla la cabeza y otras las crea con un molde de látex o de cartón; algunas veces es un títere de guiñol y otras un títere de mesa. «Durante la creación, debes tener en cuenta todos los aspectos que van a jugarse en escena, sobre todo las técnicas y las circunstancias de la obra», afirma la artista mientras recuerda sus inicios en la profesión, un viaje didáctico que, más adelante, complementaría dando clases de marionetas en la Universidad Popular de Zaragoza. Ocho años después, por causas inesperadas de la vida, esa etapa acabaría cerrando.

Sin embargo, la titiritera no quería que su recorrido concluyese así. «Me había envenenado demasiado con el teatro de títeres como para dejarlo, por lo que decidí montar mi compañía para poder continuar: 'Los Títeres de la Tía Elena'». De esa manera, en 1995 comenzaría su andadura profesional en el teatro, con la que ha podido mostrar su talento al mundo en compañía de sus creaciones. Con quienes guarda una conexión especial.

Títeres e instrumentos musicales

«Al principio cuesta, pero con los años acabas dándole una entidad a cada títere. Los movimientos y las articulaciones son arriesgadas y necesitan un entrenamiento constante, porque debe sentirse que el muñeco está vivo. Yo lo comparo con los instrumentos musicales: se puede jugar con un violín y hacer ruiditos, pero para hacer que saque magia como un virtuoso debes invertir mucho tiempo».

Al reflexionar, la aragonesa declara que el teatro de títeres «siempre estará ahí. Este mundo es muy orgánico y tiene una fuerza tremenda tanto para niños como para adultos, sin distinciones». Con respecto a sus próximos proyectos, Millán da luz verde a la continuación de sus giras, aunque afirma que necesita una desconexión temporal de los escenarios: «Mi prioridad es asegurarme de que este espectáculo salga bien. Después me tomaré un periodo de descanso». 

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