GALARDONES LITERARIOS

Fernando Benzo (Premio Azorín por ‘Los perseguidos’): "Les dejo a los lectores las interpretaciones morales"

El escritor ha visitado Zaragoza recientemente para presentar su novena novela

El escritor Fernando Benzo, Premio Azorín de Novela 2023 por su obra 'Los perseguidos', en Zaragoza

El escritor Fernando Benzo, Premio Azorín de Novela 2023 por su obra 'Los perseguidos', en Zaragoza / Jaime Galindo

Álvaro Jordán

Álvaro Jordán

El escritor Fernando Benzo regresa a la literatura después de dos años de pausa a través de su novena novela: ‘Los perseguidos’, que le ha convertido en el ganador del Premio Azorín de Novela 2023, dotado con 45.000 euros. Para Benzo, ha resultado un «orgullo y alegría que el jurado me haya elegido entre más de 200 candidaturas, algo que no suele pasar muchas veces en la vida. Así que es un momento que estoy disfrutando muchísimo». 

Un suceso poco habitual, puesto que el libro lleva menos de dos meses publicado, y que como ha destacado Benzo, ha permitido mejorar el arranque de la obra para llegar al máximo número de lectores posible. Eso sí, para el autor ese no es el final sino una piedra más en el viaje de la novela. Un viaje con un final claroscuro en el que acecha esa inquietud del autor por la falta de inspiración en un futuro.

«Cuando tú terminas de crear una novela, generalmente pones todo lo que tú tenías dentro y todas tus energías se consumen. Cuando ese ejercicio en el que te vuelcas termina, te quedas vacío. Entonces la pregunta que surge es si podrás volver a desarrollar otra historia, si tendrás algo más que contar», ha confesado el autor. Aunque la noche sea larga, siempre hay un día más claro y Benzo confía en que ese «miedo» siempre se acaba disipando para centrarse en su siguiente aventura literaria. La clave para ello: volcarse por completo en una idea, aunque por el momento el escritor madrileño permanece con el chip de ‘Los perseguidos’.

Una obra que se basa en dos historias paralelas que, poco a poco, van encontrándose entre sí. Por un lado se narra la historia de Dardo y Peyo, dos delincuentes pertenecientes a una banda en la ciudad de Madrid de los años 70. Donde van creciendo como criminales hasta ser narcotraficantes, capos del crimen organizado. Benzo se encarga de narrar sus vidas completas: sus traiciones, decepciones e historias familiares. «No se trata solo de sus aventuras en la calle, sino de contar sus vidas», ha explicado Benzo.

En paralelo, se relata la historia de Daniela Lozano. Una periodista que, tras perder a su novio en un accidente de tráfico, sospecha de que su fallecimiento podría tratarse de un asesinato. Con ayuda de Peyo, Daniela tratará de desenmascarar los sucesos ocultos del accidente. ‘Los perseguidos’ es una historia que reflexiona sobre las segundas oportunidades y los «códigos de la calle», unas tradiciones que parecen estar perdiéndose según el autor. 

La pérdida de 'La calle', para bien o para mal

«Yo creo que ya no se vive tanto en la calle, para bien o para mal. Lo bueno es que ya no te encuentras a esos críos que vivían todo el día en la calle, sin estudios y sin porvenir. Su único futuro era acabar en la delincuencia y en las drogas. Pero, al mismo tiempo, se ha romantizado de tal forma la calle que ya no se siente como antes», ha enunciado Benzo mientras ha aclarado que la perspectiva de su novela intenta no mitificar esa visión, puesto que Peyo y Dardo no son unos delincuentes trágicos sino que, al final, son «villanos». 

Si hay un elemento que el nuevo Premio Azorín intenta constatar en su obra, para la cual no descarta seguir desarrollando el universo en el que se ambienta,  es contar las historias de los personajes sin dictar sentencia sobre ellos: «Eso se lo dejo a los lectores, para que cada uno saque sus propias conclusiones e interpretaciones morales». De hecho, quienes han podido leer la novela han destacado, en ocasiones, la falta de «valentía» en el personaje de Daniela. Y es que el tema de la cobardía y la valentía también ha sido un hecho que ha rondado por la cabeza de Benzo algunas veces en relación a la sociedad actual. Aunque, para él, más que «un problema de valentía y cobardía, se trata de una escasez de luchadores y una abundancia de acomodados».