MÚSICA

Crítica del estreno musical de 'The fabrication of light': La construcción de las máquinas deseantes

El Grupo Enigma interpreta por primera vez en España la pieza de Chaya Czernowin en la sala Luis Galve del Auditorio de Zaragoza

La Orquesta de Cámara del Auditorio de Zaragoza Enigma en su actuación del martes.

La Orquesta de Cámara del Auditorio de Zaragoza Enigma en su actuación del martes. / OCAZENIGMA

Javier Losilla

Javier Losilla

“Chaya, esto no es una pieza, es un monstruo. ¡Pero es tan asombroso!”. Eso fue lo que le dijo en 2020 el compositor y director Enno Poppe a Chaya Czernowin tras haber dirigido el estreno de 'The Fabrication Of Light', la pieza musical escrita en 2019 por la autora nacida y criada en Israel, mientras ultimaba los preparativos para la presentación de su ópera 'Heart Chamber'. El martes pasado, 23 años después de aquel debut en Colonia, 'The Fabrication Of Light' sonó por primera vez en directo en España, en el Auditorio de Zaragoza (con Chaya Czernowin entre el público), fruto del talento de la OCAZ Grupo Enigma, formación dirigida por Asier Puga.

Czernowin es una de las compositoras de música contemporánea más notables y la obra que nos ocupa, de una inusual duración de algo más de 60 minutos, un trabajo brillantísimo; complejo y repleto de sorprendentes timbres, pero fulgurante. Si pueden echar un vistazo a su partitura verán que las notaciones conforman por sí mismas una obra de arte acotada por instrucciones de interpretación muy precisas para cada una de las secciones de instrumentos: desde el ángulo del arco atacando las cuerdas y los muy sonoros pizzicatos Bartòk, hasta la colocación de los labios o los atenuadores de sonido en los instrumentos de viento para conseguir una vibración determinada.

Ensemble largo

Pensada para un 'ensemble' largo (flauta, oboe, clarinete, fagot, trompa, trompeta, trompeta, trombón, tuba, dos percusionistas, piano, sintetizador, dos violines, viola, violonchelo y contrabajo), la composición está estructurada en cuatro movimientos ('Spiral I', 'II', 'III' y 'IV'). En palabras de su creadora se trata de “una ceremonia donde se desarrolla de manera circular el proceso de construcción de una máquina. Si bien cada uno de los tres movimientos principales comienza con la misma 'Elegía', que podría ser un lamento por la expansión de la oscuridad, el resto del movimiento es una construcción, en música, de las máquinas para crear luz”. O sea, un 'work in progress' de conflicto, de lucha, de colisión entre la materia oscura y las máquinas deseantes de luz; es decir, un sistema de producir deseos casi a la manera de los artilugios teóricos de Deleuze y Guattari.

Y en esa producción de deseo entra en juego una singular manera de abordar el hecho musical transformando 'in situ' la tímbrica de los instrumentos. Las cuerdas acuchillan la atmósfera; los metales buscan una deliberada opacidad y un deslizamiento; las percusiones son golpeadas, rascadas o acariciadas con diferentes objetos, al igual que el piano, intervenido directamente sobre sus tripas. El sintetizador y los sampleos puntúan y aportan ruidismo al proceso… Incluso la voz, sin palabras, participa en la creación a través de unos conos de cartón minuciosamente diseñados. Sostiene Czernowin que su trabajo “no es música en el sentido de intervalos, dinámicas y ritmos, sino universos orgánicos”. Vale, pero, para entendernos, hay que hablar de cómo Enigma y su director manejaron gozosamente intervalos, dinámicas y ritmos. Incluso los silencios. No exagero (espectadores hubo que comparten mi opinión) si anoto que la interpretación de Enigma (más allá de que fuese en directo) supera en brío, concepto y desarrollo a la grabación de 'The Fabrication Of Light' que el mencionado Enno Poppe realizó con el ensemble MusikFabrik.

Varios de los músicos de Enigma durante su actuación.

Varios de los músicos de Enigma durante su actuación. / OCAZENIGMA

"La modernidad es, ante todo, espectáculo"

En su ya clásico ensayo 'El alma de Hegel y las vacas de Wisconsin', el italiano Alessandro Baricco se dolía de que la música contemporánea hubiera perdido la conexión con la modernidad: "La cuestión no es volver o no la tonalidad. Este es un falso problema. La cuestión es volver a establecer una relación con las lenguas vivas que hoy pronuncia la modernidad y buscar una sintonía en el sentir colectivo. Con una certidumbre: la modernidad es, ante todo, espectáculo". Pues bien: Chaya Czernowin es justamente esa conexión con la modernidad y sus circunstancias que pedía Baricco. Y 'The Fabrication Of Light', un espléndido paradigma. Una perturbación necesaria que Enigma y Asier Puga han tenido la audacia necesaria para llevarla al escenario.