Entrevista

“Es terrible que Occidente le haya dado la espalda a la gente de Afganistán”

“El objetivo del cine es entretener pero ‘La Unidad. Kabul’ tiene un fin humanitario”, señala el director que estrena nueva temporada hoy en Movistar + rodada en parte en Pakistán

Dani De La Torre.

Dani De La Torre. / Faro de Vigo

Mar Mato

Si vieron las dos entregas anteriores de la serie “La Unidad” (Movistar +) anótense en su libreta mental de pendientes la tercera colección. Con ella, nos trasladan al Afganistán en los días en los que los talibanes llegaron a Kabul, la capital, para instaurar de nuevo su horror. El estreno de los nuevos capítulos llega hoy y en ellos veremos las escenas más fuertes de toda la serie. En esta ocasión, la historia no será edulcorada totalmente, aunque todo el mundo sabe que la realidad siempre supera a la ficción. Alberto Marini y el director gallego Dani de la Torre (Monforte de Lemos, 1975) nos llevan a agosto de 2021.

El director gallego Dani de la Torre, en el rodaje. Abajo, el actor Michel Noher.

El director gallego Dani de la Torre, en el rodaje. Abajo, el actor Michel Noher. / MARÍA HERAS

En esos momentos, los personajes de Marian Álvarez y Michel Noher, entre otros, se encuentran de misión en Afganistán pero el movimiento de los talibanes los separa. Desde España, pierden su señal mientras ellos viven la peor situación de su vida. En su ayuda, desde España, saltará Carla –personaje de Nathalie Poza– en un caos burocrático y de pavor en Kabul para averiguar si están vivos o muertos. De la Torre conversa sobre qué ha supuesto para ellos el rodaje que los ha llevado a Pakistán donde tuvieron que trabajar escoltados.

¿Por qué decidieron mirar a Afganistán para esta tercera entrega de “La Unidad”?

Cuando acabamos la segunda temporada queríamos cerrarla ahí. Pero surgió el problema de Kabul, el abandono de las embajadas con la llegada de los talibanes. El papel allí de la Policía y el Ejército español nos abrió varios frentes para poder cerrar la trilogía de manera diferente. Podíamos ir al origen del problema, a uno de los países donde el terrorismo islámico tiene su origen.

Lo cierto es que en aquellos días interesaba mucho la situación de Afganistán pero a día de hoy las noticias relacionadas con los problemas de la población son mínimas.

Por eso, creemos que era una oportunidad fantástica para cerrar la serie, fijándonos en una parte humanitaria. No solo mostramos todo lo que ha pasado con los refugiados intentando salir de allí, también mostramos la llegada de los talibanes y el sufrimiento que esto ha producido en las mujeres que han perdido todos los derechos como la enseñanza, el poder expresarse libremente... No pueden estudiar, ni trabajar; llevan burka. Es la anulación de la mujer. Queríamos poner el foco ahí. Es terrible que Occidente les haya dado la espalda.

Nos hemos olvidado muy pronto de ellas.

Es lo que tenemos en esta sociedad que olvida muy pronto. Ahora, estamos en una guerra (la de Ucrania) y todo el mundo se ha olvidado de ella también. No hay manifestaciones contra la contienda. Estamos un poco anestesiados, solo nos preocupa lo de cerca. En el sector de la ficción [del audiovisual] nos pasa lo mismo. Se trata mucho la maternidad, el género, los problemas laborales... está muy bien pero nos olvidamos de que fuera de nuestras fronteras están pasando cosas. ¿Cómo se permite en el siglo XXI que un país vuelva a la Edad Media? Hay que poner el foco ahí.

Las localizaciones presentan una gran verosimilitud.

No hemos podido ir a Afganistán pero se ha recreado entre Pakistán (Karachi), Almería y Madrid. En Pakistán íbamos protegidos con personas armadas hasta los dientes. En las localizaciones no nos permitían salir de allí. La seguridad es compleja para los extranjeros. Fue muy pintoresco poder rodar allí, en unos sitios tan complicados.

En este rodaje han participado actores y actrices afganos, ¿cómo ha sido trabajar con ellos teniendo en cuenta el choque cultural y la situación histórica?

La combinación de actores afganos con españoles ha sido compleja. Utilizar los idiomas de origen es complicado. La comunidad afgana en España es pequeña. Hay bastantes limitaciones. Nos encontramos con maridos que no dejaban venir a trabajar a sus mujeres. Algunos afganos tenían miedo de las represalias de los talibanes a su familia en Afganistán.Pero el trabajo conseguido es potente emocionalmente.De ellos y ellas aprendimos cómo los afganos viven con los peligros en su país. Eso nos ayudó a recrear los espacios, el ambiente, los sentimientos. Fue muy exigente para todos los departamentos, incluidos los de vestuario, decorados.... Ha sido muy duro pero nos ha ayudado a contar esto. Me quedo con la emoción de los afganos cuando entraban en el set y me decían que se parecía mucho a su pueblo, a lo que habían vivido en el aeropuerto [en los días cuando intentaban escapar del país]. Tenemos el caso de la boxeadora afgana (Shabnam Rhaim) que hace de médico en la serie. Ella escapó de allí por miedo.

¿Cómo ha sido el proceso de documentación de las operaciones y actuación del bando español? ¿Cuáles han sido sus fuentes?

Nuestros asesores principales han sido el Ejército español, los GEO. Hablamos con un policía que estuvo allí, también con corresponsales. La verdad, ha sido un trabajo muy complejo de documentación. Ha sido duro y muy potente.

Desde su punto de vista, ¿cuál es la finalidad del cine?

Ante todo, entretener. Pero “La Unidad, Kabul” va más allá, tiene un fin humanitario. Muestra las experiencias de los propios personajes. El fin es intentar poner el foco donde Occidente les ha dado la espalda. Queremos poner en valor esa lucha de los afganos por lograr la libertad. Ojalá sirva para concienciar sobre lo que ocurre allí.