MÚSICA

Música al raso: Damas de blanco y hechiceras de negro

La Dame Blanche y Ami Yerewolo inauguran el ciclo musical municipal en la plaza San Bruno de Zaragoza

La artista maliense Ami Yerewolo en su concierto del jueves en la plaza San Bruno de Zaragoza.

La artista maliense Ami Yerewolo en su concierto del jueves en la plaza San Bruno de Zaragoza. / ANDREEA VORNICU

Javier Losilla

Javier Losilla

Jueves. Primer concierto del ciclo municipal Música Al raso. Lugar, plaza de San Bruno (una gran caja de resonancia); horario, infantil (seis de la tarde); programa, cuatro actuaciones de eso que se ha convenido en llamar erróneamente música urbana: A saber: La Chata Flores, rapera de Torrero; La Dame Banche, batidora de estilos, cubana pasada por París; Ami Yerewolo, rapera de Malí, y Las Ninyas del Corro, hiphoperas de Barcelona. A la actuación de La Chata no llegamos por aquello del horario, y Las Ninyas son entretenidas, sí, y algo descaradas, pero no ofrecen nada nuevo que antes, mucho antes no hayan hecho artistas como La Mala Rodríguez. Así, que nos quedamos con La Dame y Ami.

Yaité Ramos (su nombre fuera de los escenarios), nacida en Pinar del Río, en la parte occidental de Cuba, es La Dame Blanche con el nervio del Caribe y el cosmopolitismo de la capital de Francia. Canta, toca la flauta, y un puro habano, que nunca enciende, forma parte de su imagen de marca. Guitarra, batería y programaciones le acompañaron en un escenario que domina a la perfección (ya son algunos años de trayectoria). Su propuesta sonora ha ido definiéndose con el tiempo, y ahora, aun siendo complicado atribuirle una taxonomía, no tiene pérdida. Si La Dame Blanche fuera española podríamos hablar de ella como una Lola Flores del Siglo XXI cruzada con Bambino. Pero como no lo es, anotemos la influencia que el legado de La Faraona tiene en unas canciones que transitan por el son, la salsa, el rap, el reguetón, el dancehall… No es ningún secreto que tanto la Flores como Bambino bebieron no poco en los cancioneros del otro lado del Atlántico para llevar a su terreno los hallazgos de América del Sur. Pues La Dame hace el viaje inverso, lo que demuestra una vez más la cosa de la repetición histórica: envuelve todos los derivados del latineo en el mantón invisible pero audible de la españolidad musical más huracanada.

El público bailó en la plaza San Bruno de Zaragoza.

El público bailó en la plaza San Bruno de Zaragoza. / ANDREEA VORNICU

Música africana

Ami Yerewolo, por su parte, es una de las voces más representativas del rap de Malí. Hace poco más de una década que comenzó su carrera y es conocida en todo el continente negro, aunque todavía no ha logrado una posición sólida en el mercado español (nada extraño, ya que el interés por la música africana en general ha perdido fuelle en nuestro país y los artistas africanos no se publicitan por aquí como antaño). Ha participado en festivales de prestigio, ha grabado tres discos y tiene en Francia un buen número de seguidores. Los escuchadores más avezados habrán caído en la cuenta de que Yerewolo fue una de las participantes en 'Amazones Power' (2000), el segundo álbum de Les Amazones d'Afrique (reunión de cantantes subsaharianas), publicado por Real World, el sello de Peter Gabriel. Pero a lo que vamos: Ami llegó a Zaragoza solo con el apoyo instrumental de percusión y programaciones, y su vigorosa actuación quedó algo deslucida, sobre todo para quienes estamos acostumbrados a escucharla con una base musical más poderosa. Y luego está la cosa de las letras, cuyo significado, sin duda a la altura de su activismo social, se pierde en la imposible traducción del bambara, su idioma, mezclado en ocasiones con el francés.

Pero todo eso no impidió disfrutar de su hip hop que, siguiendo la estela de otros artistas africanos pioneros, estira sus patrones convencionales para penetrar en ritmos de aquí y de allá, en una oferta transnacional y transestilística. Mas insisto: mejor, más arropada, mejor, con banda. Y así, entre damas de blanco y hechiceras de negro, pasamos la primera jornada de Música Al raso. A ver si los próximos conciertos no son en horario de guardería.