CONCIERTOS

Segundo día de Música al raso: De Yebra de Basa a la costa de Perú

Susana Baca y Joaquín Pardinilla Sexteto protagonizan una nueva cita con el ciclo Música al raso

Susana Baca en la plaza San Bruno de Zaragoza el jueves.

Susana Baca en la plaza San Bruno de Zaragoza el jueves. / ANDREEA VORNICU

Javier Losilla

Javier Losilla

No, no estoy insinuando que los más de 100.000 esclavos africanos que fueron transportados a Perú entre 1528 y 1821 procediesen de la localidad altoaragonesa de Yebra de Basa; el titular responde a la forma similar de entender las músicas tradicionales que tienen Susana Baca y Joaquín Pardinilla Sexteto. Una y otro actuaron el jueves en la zaragozana plaza de San Bruno, y anotemos ya, que no es cosa menor (ya saben, la obligada cita M.R.), que los técnicos de sonido, cada uno con su artista, convirtieron una plaza tendente a la reverberación en un auditorio. Bravo por ellos.

Bravo igualmente por Susana Baca, que ese día cumplía unos espléndidos 79 años, por su voz inagotable y por sus solventísimos músicos (Óscar Huaraga, bajo y dirección musical; Jonathan Mendoza, guitarra acústica; Álex Quijandía, percusión y voces; Jorque Campos, voces; Renzo Vignati, guitarra eléctrica, y Miguel Díaz, percusiones). Susana es la negritud del Perú más negro, la voz de los que no pueden usarla, la lengua de quienes la tiene cortada por los poderosos. Es la memoria viva de quienes se dejaron la piel por el Perú, pero fueron masacrados. Con todo, esta artista genial, que sigue dominando el escenario, cantando descalza y bailando como si el reuma fuese cosa de adolescentes, trasciende lo que es sin dejar de ser ella misma. Un lujo.

Raíz transculturada

Es la raíz, sí, pero transculturada (como anotaría el cubano Fernando Ortiz), transformada, reformulada, mezclada con el sonido de los hijos de los hijos de los hijos de los esclavos que un día fueron libres, aunque los tambores zumben como en el palenque y la Historia resuene a borbotones: "De África llegó mi abuela / vestida con caracoles / la trajeron lo` epañoles en un barco carabela / La marcaron con candela, la carimba fue su cruz / Y en América del Sur / al golpe de sus dolores / dieron los negros tambores / ritmos de la esclavitud”, poema del poeta peruano Nicomedes Santa Cruz que se escucha en 'Sorongo', una de las canciones del repertorio que ofreció el jueves. También recordó a Chabuca Granda ('Canterurías'); llevó a su terreno el tango 'Cambalache', que unió con un fragmento de Latinoamérica, su colaboración con Calle 13;  homenajeo a una heroína boliviana con la canción que lleva su nombre: 'Juana Azurduy…'. Y no olvidó 'Molino molero', 'Toro mata', 'Negra presuntososa', 'María Lando', 'Caras lindas'…

Susana Baca es el presente del pasado; una artista de impecable trayectoria que ha abierto con su voz cálida y maleable no pocas vías a la libertad creativa. Y a la libertad a secas, vaya.

Joaquín Pardinilla Sexteto

Joaquín Pardinilla Sexteto, que abrió la velada, también parte de lo próximo para llevarnos allá donde se cruzan los caminos de la tradición y la contemporaneidad. 'El Ciervo', una de sus canciones, procede de una melodía de los danzantes de Santa Orosia, de Yebra de Basa, pero sus arreglos e interpretación la convierten en baile universal; el bolero (aragonés) 'Ver Para creer' salta las costuras (y los mares) para diseñar un nuevo traje sonoro; el pasodoble 'Vicente Pastor' entra en los Balcanes con el vigor del Imperio Otomano… Podríamos ir pieza por pieza, pero no es necesario. Lo que importa es cómo seis músicos suenan como 12, y como sus músicas, ancladas en lo popular, recogen los ecos del devenir histórico de Aragón y enlazan, sin que las bisagras chirríen, con espléndidas construcciones sonoras que aparentemente son ajenas a las bases de las canciones. Lo que Pardinilla (guitarras y mandola), Ernesto Cossío (guitarras española y acústica), Juan Luis Royo (clarinete), Alberto Artigas (laúd), Toto Sobieski (bajo eléctrico) y José Luis Seguer Fletes (percusiones) hacen va más allá de lo que podríamos llamar recreación para instalarse en la creación pura y dura, asumiendo que esa vaina del apropiacionismo cultural es tan antigua como la flauta neardental de Divje Babe.

El jueves, tras un inicio sin contemplaciones con la mencionada 'Vicente Pastor' y 'Guatizalema', el concierto continuó gozosa y sinuosamente con 'Degollau', 'Por tus orillas', 'Donde vuelvo los ojos', 'Dance de la hoguera', las también nombradas 'Ver para creer' y 'El ciervo', además de 'Folía' y 'Mascún'. Si les gustan las taxonomías ahí va una: Joaquín Pardinilla Sexteto es un extraordinario modelo de música progresiva, entendiendo que la progresión transita tanto por el folclore como por el jazz, tanto por el rock como por las mal llamadas músicas del mundo. Y, aunque tal vez en ocasiones muestre cierto desequilibrio instrumental, suena conjuntamente como un cañón. ¡Ahí les dejo!